Noche de disturbios en San Victorino en medio de redadas contra el contrabando
Los operativos adelantados anoche por la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA) para decomisar mercancías de contrabando terminaron en disturbios.
Con sus cristales rotos y gran parte de su infraestructura dañada, amaneció hoy la estación de la Av. Jiménez. Los daños, en su mayoría provocados por piedras, se originaron por los fuertes disturbios que tuvieron lugar anoche en el popular sector de San Victorino.
Puede interesarle: Vendedores informales deberán pagar por el uso del espacio público, de esto se trata.
A este punto, sobre las 11:30 p.m. arribaron miembros de la POLFA para llevar a cabo una redada contra el comercio de mercancías de contrabando.
Al comenzar con el proceso de decomiso, los agentes encargados fueron recibidos a piedra por los comerciantes del sector, que se negaban a entregar sus mercancías. Para calmar las tensiones, efectivos de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo) se movilizaron a la zona para mediar entre los comerciantes y la Policía, aunque no lograron atenuar la ira de los vendedores, que continuaron lanzando piedras y la emprendieron con la estación de la Av. Jiménez.
Como las vías de diálogo se agotaron, el Esmad llegó para dispersar a los manifestantes, y logró que se movieran hacia la carrera 10. Allí, arrinconados por las autoridades, algunos de los comerciantes optaron por incinerar contenedores de basura y otros desechos que se encontraban en el suelo, lo que provocó quemas pequeñas que fueron rápidamente controladas.
Los choques entre los empleados de los comercios intervenidos y las autoridades, se prolongaron toda la madrugada, hasta que la arremetida se dispersó y la POLFA terminó el operativo. Varias bolsas de mercancías, como ropa y artículos varios, algunos importados desde China, fueron subidos a camiones de la Dian como sanción por no cumplir con la documentación requerida para importar y vender este tipo de productos.
El decomiso como última instancia
Las autoridades que llevaron a cabo el operativo argumentaron que el decomiso de estas mercancías es la última instancia para lidiar con el contrabando.
Previamente, conforme a los protocolos de la POLFA, a los comerciantes que venden este tipo de productos sin declarar, se les realizan visitas para alertarles de la falta que están cometiendo, y se les advierte de la obligación de poner al día la documentación de su inventario, sobre todo de los productos importados.
Ante la omisión de las advertencias, la POLFA no tiene más opción que la de activar el mecanismo de redada para decomisar estos artículos a través de medidas coactivas, como las que derivaron en los disturbios de anoche.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), el contrabando de mercancías le cuesta al país cerca de $25 billones. Las dos modalidades más usadas, son las de transporte de estos artículos por vías de ingreso al país no convencionales, y a través de la técnica, en la que se manipula la documentación de la mercancía para hacerla figurar como legal, cuando no lo es.
Esta modalidad, según el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), Luis Carlos Reyes, no solo genera perdidas a la recaudación, sino que además pone en desventaja a los comercios informales, que no pueden competir con los precios que tienen los artículos del contrabando.
Arbitrariedad en los operativos
El Espectador pudo hablar con dos vendedores del sector a los que se le decomisó mercancía. Uno de ellos, que solicitó ocultar su verdadero nombre, se dedica a vender ropa importada desde China hace 3 años. Dice él, que toda la documentación de la mercancía se encontraba al día, pero que la hora en la cual se hacen los operativos, y las formas en las que transcurren, impiden cualquier mecanismo de diálogo o explicación para evitar los decomisos.
Esto ocurre, dice él, porque los dueños de los establecimientos son los que poseen los papeles que justifican el pago de los impuestos correspondientes por el concepto de importe de la mercancía. El otro vendedor, con el que pudo hablar este diario, negó que miembros de la POLFA visitarán los establecimientos previamente para realizar las advertencias mencionadas anteriormente.
“Casi siempre vienen en la noche, sin avisar, y nos atropellan sin escuchar una explicación. Nosotros trabajamos honradamente y no plagiamos ni robamos nada”, dijo el vendedor, que trabaja en una tienda de variedades y artículos para el hogar.
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Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Con sus cristales rotos y gran parte de su infraestructura dañada, amaneció hoy la estación de la Av. Jiménez. Los daños, en su mayoría provocados por piedras, se originaron por los fuertes disturbios que tuvieron lugar anoche en el popular sector de San Victorino.
Puede interesarle: Vendedores informales deberán pagar por el uso del espacio público, de esto se trata.
A este punto, sobre las 11:30 p.m. arribaron miembros de la POLFA para llevar a cabo una redada contra el comercio de mercancías de contrabando.
Al comenzar con el proceso de decomiso, los agentes encargados fueron recibidos a piedra por los comerciantes del sector, que se negaban a entregar sus mercancías. Para calmar las tensiones, efectivos de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo) se movilizaron a la zona para mediar entre los comerciantes y la Policía, aunque no lograron atenuar la ira de los vendedores, que continuaron lanzando piedras y la emprendieron con la estación de la Av. Jiménez.
Como las vías de diálogo se agotaron, el Esmad llegó para dispersar a los manifestantes, y logró que se movieran hacia la carrera 10. Allí, arrinconados por las autoridades, algunos de los comerciantes optaron por incinerar contenedores de basura y otros desechos que se encontraban en el suelo, lo que provocó quemas pequeñas que fueron rápidamente controladas.
Los choques entre los empleados de los comercios intervenidos y las autoridades, se prolongaron toda la madrugada, hasta que la arremetida se dispersó y la POLFA terminó el operativo. Varias bolsas de mercancías, como ropa y artículos varios, algunos importados desde China, fueron subidos a camiones de la Dian como sanción por no cumplir con la documentación requerida para importar y vender este tipo de productos.
El decomiso como última instancia
Las autoridades que llevaron a cabo el operativo argumentaron que el decomiso de estas mercancías es la última instancia para lidiar con el contrabando.
Previamente, conforme a los protocolos de la POLFA, a los comerciantes que venden este tipo de productos sin declarar, se les realizan visitas para alertarles de la falta que están cometiendo, y se les advierte de la obligación de poner al día la documentación de su inventario, sobre todo de los productos importados.
Ante la omisión de las advertencias, la POLFA no tiene más opción que la de activar el mecanismo de redada para decomisar estos artículos a través de medidas coactivas, como las que derivaron en los disturbios de anoche.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), el contrabando de mercancías le cuesta al país cerca de $25 billones. Las dos modalidades más usadas, son las de transporte de estos artículos por vías de ingreso al país no convencionales, y a través de la técnica, en la que se manipula la documentación de la mercancía para hacerla figurar como legal, cuando no lo es.
Esta modalidad, según el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), Luis Carlos Reyes, no solo genera perdidas a la recaudación, sino que además pone en desventaja a los comercios informales, que no pueden competir con los precios que tienen los artículos del contrabando.
Arbitrariedad en los operativos
El Espectador pudo hablar con dos vendedores del sector a los que se le decomisó mercancía. Uno de ellos, que solicitó ocultar su verdadero nombre, se dedica a vender ropa importada desde China hace 3 años. Dice él, que toda la documentación de la mercancía se encontraba al día, pero que la hora en la cual se hacen los operativos, y las formas en las que transcurren, impiden cualquier mecanismo de diálogo o explicación para evitar los decomisos.
Esto ocurre, dice él, porque los dueños de los establecimientos son los que poseen los papeles que justifican el pago de los impuestos correspondientes por el concepto de importe de la mercancía. El otro vendedor, con el que pudo hablar este diario, negó que miembros de la POLFA visitarán los establecimientos previamente para realizar las advertencias mencionadas anteriormente.
“Casi siempre vienen en la noche, sin avisar, y nos atropellan sin escuchar una explicación. Nosotros trabajamos honradamente y no plagiamos ni robamos nada”, dijo el vendedor, que trabaja en una tienda de variedades y artículos para el hogar.
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