Opinión: El trabajo en casa llegó para quedarse
Cerca de un año después de la llegada del Covid-19 a Colombia, cada vez es más claro que el trabajo en casa y las modalidades laborales híbridas llegaron para quedarse. Según el Boston Consulting Group (BCG) se espera que el 40% de los empleados en el mundo teletrabajen en el futuro, y que los modelos híbridos se consoliden en el 37% de las empresas, aún después de la aplicación masiva de la vacuna.
Juan Felipe Campos Contreras*
Estas formas de trabajo suponen importantes beneficios en la reducción de costos, mayor flexibilidad horaria, y mayor productividad, la cual, según estimaciones de BCG, puede aumentar entre 15% y 20%. Sin embargo, en Colombia aún existen grandes retos que se deben abordar para consolidar el trabajo remoto, más allá de garantizar la conectividad.
Primero, se encuentra la baja educación de la fuerza laboral. Según cifras del DANE, el 67,7% de los ocupados de las grandes ciudades del país no cuentan con un título de educación superior. Esto impone una limitación pues la educación superior brinda herramientas para una mayor adaptabilidad a diferentes contextos laborales y un mayor aprovechamiento de la tecnología, beneficiando la productividad y el desempeño laboral de los trabajadores que ejercen remotamente. En este sentido, es fundamental buscar una mayor penetración de la educación pos-escolar, así como generar incentivos para que las empresas impulsen el reentrenamiento de sus empleados en habilidades que respondan a las cambiantes necesidades del mercado laboral.
Otro de los principales retos radica en el bienestar emocional de los trabajadores en contextos laborales remotos. Según la Federación Colombiana de Gestión Humana (ACRIP), el 52,8% de las empresas han percibido mayores sentimientos de ansiedad entre sus trabajadores a causa del trabajo remoto, y el 25,5% mayores sensaciones de soledad. Para esto es de la mayor importancia que los empleadores diseñen estrategias para construir capital social, promoviendo espacios de interacción no laboral entre sus trabajadores, lo que, según la compañía VitalSmarts, tiene efectos importantes sobre el bienestar y el compromiso de los empleados con sus empresas.
En esta misma línea, se debe incentivar a las empresas a que cultiven límites saludables entre el trabajo y las actividades no laborales. Según la ACRIP, el 53,9% de los trabajadores han reportado haber trabajado más horas desde que trabajan remotamente por la pandemia, lo que implica menor tiempo libre disponible. Expertos como Tracy Browers, PhD en sociología y escritora para la revista Forbes, mencionan que los empleados tienen un mayor desempeño cuando son capaces de invertir tiempo en sus metas personales, para lo cual es esencial que los empleadores impulsen su buen uso del tiempo.
Si bien el Proyecto de Ley 352 de 2020, el cual busca regular el trabajo en casa en Colombia, es un paso en la línea correcta para garantizar ambientes de trabajo remoto sanos y adecuados, resulta también fundamental generar incentivos para que los empleadores promuevan buenas prácticas en relación al trabajo en casa. Visibilizar los beneficios de dichas prácticas es primordial con el fin de conectar al país a las tendencias laborales internacionales, fomentando así el bien común y la mayor calidad de vida de los trabajadores colombianos.
*Analista de futuro del empleo y desarrollo económico, ProBogotá Región.
Estas formas de trabajo suponen importantes beneficios en la reducción de costos, mayor flexibilidad horaria, y mayor productividad, la cual, según estimaciones de BCG, puede aumentar entre 15% y 20%. Sin embargo, en Colombia aún existen grandes retos que se deben abordar para consolidar el trabajo remoto, más allá de garantizar la conectividad.
Primero, se encuentra la baja educación de la fuerza laboral. Según cifras del DANE, el 67,7% de los ocupados de las grandes ciudades del país no cuentan con un título de educación superior. Esto impone una limitación pues la educación superior brinda herramientas para una mayor adaptabilidad a diferentes contextos laborales y un mayor aprovechamiento de la tecnología, beneficiando la productividad y el desempeño laboral de los trabajadores que ejercen remotamente. En este sentido, es fundamental buscar una mayor penetración de la educación pos-escolar, así como generar incentivos para que las empresas impulsen el reentrenamiento de sus empleados en habilidades que respondan a las cambiantes necesidades del mercado laboral.
Otro de los principales retos radica en el bienestar emocional de los trabajadores en contextos laborales remotos. Según la Federación Colombiana de Gestión Humana (ACRIP), el 52,8% de las empresas han percibido mayores sentimientos de ansiedad entre sus trabajadores a causa del trabajo remoto, y el 25,5% mayores sensaciones de soledad. Para esto es de la mayor importancia que los empleadores diseñen estrategias para construir capital social, promoviendo espacios de interacción no laboral entre sus trabajadores, lo que, según la compañía VitalSmarts, tiene efectos importantes sobre el bienestar y el compromiso de los empleados con sus empresas.
En esta misma línea, se debe incentivar a las empresas a que cultiven límites saludables entre el trabajo y las actividades no laborales. Según la ACRIP, el 53,9% de los trabajadores han reportado haber trabajado más horas desde que trabajan remotamente por la pandemia, lo que implica menor tiempo libre disponible. Expertos como Tracy Browers, PhD en sociología y escritora para la revista Forbes, mencionan que los empleados tienen un mayor desempeño cuando son capaces de invertir tiempo en sus metas personales, para lo cual es esencial que los empleadores impulsen su buen uso del tiempo.
Si bien el Proyecto de Ley 352 de 2020, el cual busca regular el trabajo en casa en Colombia, es un paso en la línea correcta para garantizar ambientes de trabajo remoto sanos y adecuados, resulta también fundamental generar incentivos para que los empleadores promuevan buenas prácticas en relación al trabajo en casa. Visibilizar los beneficios de dichas prácticas es primordial con el fin de conectar al país a las tendencias laborales internacionales, fomentando así el bien común y la mayor calidad de vida de los trabajadores colombianos.
*Analista de futuro del empleo y desarrollo económico, ProBogotá Región.