Opinión: Embarazo en adolescentes, una trampa de pobreza que padece Bogotá
El embarazo en adolescentes es una trampa de pobreza que afecta el bienestar de la madre y su hijo. Combatirlo requiere de educación, acceso a información y a métodos anticonceptivos. Este debe ser un esfuerzo con el liderazgo del Distrito y el compromiso del Gobierno Nacional, EPS y prestadores de servicios.
Luis Gonzalo Morales Sánchez
El embarazo en adolescentes es una trampa que reduce las posibilidades de una madre de prepararse mejor para la vida. Esto trae como consecuencia un círculo vicioso que profundiza y perpetua la pobreza de ella y su hijo, quien tendrá unas menores posibilidades de tener una mejor calidad de vida.
Lea también: Bogotá: hallan tres cadáveres en bolsas de basura en el barrio El Amparo, Kennedy.
Cuando una adolescente queda en embarazo, es frecuente que pierda el apoyo de su familia, la abandone su pareja, no pueda seguir estudiando y no consiga un trabajo de buena calidad por su baja preparación y por el tiempo que debe dedicar a su hijo. Esto hace al hijo mucho más propenso al maltrato, desnutrición, enfermedades diarreicas y respiratorias que afectarán su crecimiento y desarrollo.
Es una tragedia para madre e hijo que no debería ocurrir en ninguna adolescente. Pero más aún, es una decisión que debería postergarse para después de los 24 años. Por un lado, la buena crianza de los hijos es una responsabilidad que demanda mucho tiempo, y por el otro, la maternidad temprana limita las posibilidades de desarrollo personal y profesional.
En Colombia, el embarazo en una menor de 14 años es considerado una violación que se castiga penalmente. En Bogotá esta es una situación que viene en descenso. Entre 2018 y 2021 se redujo casi a la mitad, pasando de 275 casos a 154, que, no obstante, aún siguen siendo muchos.
De otro lado, el embarazo en adolescentes entre 14 y 18 años presenta unas cifras bastante elevadas en Bogotá, pero que también tienen una tendencia al descenso. En este grupo, los nacimientos en 2018 comparados con los de 2021, pasaron de 10.676 a 6.446.
Combatir este fenómeno exige varias acciones de corto y largo plazo y de varios sectores del Estado y la sociedad trabajando en conjunto y no cada uno por su lado. Es fundamental la enseñanza de los derechos sexuales y reproductivos que debe ser obligatoria y desde muy temprana edad.
Pero controlar sus efectos inmediatos requiere de acciones en el corto plazo. En primer lugar, garantizar acceso libre, directo y sin ningún tipo de barreras, a la información, consejería y consulta médica confidencial.
Bogotá creó en 2016 la plataforma pública SEXPERTO, gratuita y de fácil acceso desde cualquier dispositivo celular, a través de la cual se podía obtener información, agendar una cita con el médico y acceder fácilmente a métodos anticonceptivos.
En segundo lugar, es indispensable ofrecer métodos anticonceptivos gratuitos, inmediatos y sin ningún condicionante. En especial los inyectables de depósito, que suelen ser más costosos, por lo que algunas EPS no los suministran. Estos reducen los fallos de adherencia que se presentan con otros métodos.
El éxito de este tipo de estrategias depende del liderazgo de las autoridades distritales de salud y del compromiso del gobierno nacional, EPS y prestadores de servicios. Todos deberían hacer parte de una estrategia única para la promoción, fomento y acceso real y efectivo a los derechos sexuales y reproductivos de nuestros jóvenes y adolescentes.
Nota relacionada: Temblor hoy: sismo de 3,7 grados de magnitud se registró en Cucunubá, Cundinamarca.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
El embarazo en adolescentes es una trampa que reduce las posibilidades de una madre de prepararse mejor para la vida. Esto trae como consecuencia un círculo vicioso que profundiza y perpetua la pobreza de ella y su hijo, quien tendrá unas menores posibilidades de tener una mejor calidad de vida.
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Es una tragedia para madre e hijo que no debería ocurrir en ninguna adolescente. Pero más aún, es una decisión que debería postergarse para después de los 24 años. Por un lado, la buena crianza de los hijos es una responsabilidad que demanda mucho tiempo, y por el otro, la maternidad temprana limita las posibilidades de desarrollo personal y profesional.
En Colombia, el embarazo en una menor de 14 años es considerado una violación que se castiga penalmente. En Bogotá esta es una situación que viene en descenso. Entre 2018 y 2021 se redujo casi a la mitad, pasando de 275 casos a 154, que, no obstante, aún siguen siendo muchos.
De otro lado, el embarazo en adolescentes entre 14 y 18 años presenta unas cifras bastante elevadas en Bogotá, pero que también tienen una tendencia al descenso. En este grupo, los nacimientos en 2018 comparados con los de 2021, pasaron de 10.676 a 6.446.
Combatir este fenómeno exige varias acciones de corto y largo plazo y de varios sectores del Estado y la sociedad trabajando en conjunto y no cada uno por su lado. Es fundamental la enseñanza de los derechos sexuales y reproductivos que debe ser obligatoria y desde muy temprana edad.
Pero controlar sus efectos inmediatos requiere de acciones en el corto plazo. En primer lugar, garantizar acceso libre, directo y sin ningún tipo de barreras, a la información, consejería y consulta médica confidencial.
Bogotá creó en 2016 la plataforma pública SEXPERTO, gratuita y de fácil acceso desde cualquier dispositivo celular, a través de la cual se podía obtener información, agendar una cita con el médico y acceder fácilmente a métodos anticonceptivos.
En segundo lugar, es indispensable ofrecer métodos anticonceptivos gratuitos, inmediatos y sin ningún condicionante. En especial los inyectables de depósito, que suelen ser más costosos, por lo que algunas EPS no los suministran. Estos reducen los fallos de adherencia que se presentan con otros métodos.
El éxito de este tipo de estrategias depende del liderazgo de las autoridades distritales de salud y del compromiso del gobierno nacional, EPS y prestadores de servicios. Todos deberían hacer parte de una estrategia única para la promoción, fomento y acceso real y efectivo a los derechos sexuales y reproductivos de nuestros jóvenes y adolescentes.
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