Opinión | ¿Prevenir disminuye el gasto en salud?
Se cree que la prevención le ahorra gastos al sistema de salud, lo que en realidad no es del todo cierto. En la medida que se haga más prevención la gente vivirá más tiempo y habrá que atenderla durante más años, lo que demanda una mayor cantidad de recursos.
Luis Gonzalo Morales Sánchez
Mucha gente cree que invertir más recursos en prevención disminuye el gasto en salud que hacen los países. El actual gobierno utiliza este argumento para proponer un modelo “preventivo y predictivo” que permita “detectar y curar a tiempo las enfermedades ahorrándole dineros al sistema”. Aunque en principio esta afirmación tendría algo de cierta, en el fondo no lo es.
Lea: Ampliación de Av. Boyacá: tramos cuentan con avance y otros esperan licencia ambiental.
La Organización Mundial de la Salud define la prevención como “las medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida”. De esta definición se derivan tres formas diferentes de adelantar las acciones correspondientes.
La primaria, enfocada a evitar la aparición de la enfermedad en las personas sanas intentando mantenerlas así con labores sobre su conducta, el entorno o mediante tecnologías como las vacunas. La secundaria, dirigida a buscar la enfermedad, diagnosticarla y tratarla tempranamente para que la persona se recupere sin sufrir daños permanentes o morir. Y la terciaria, concentrada en quienes ya no es posible revertir la enfermedad para que el daño sea menos severo, evitando la discapacidad y la muerte prematura.
Lea también: Caso Yessica Calvera: preocupa aumento de participación de menores en delitos.
Buena parte de las acciones para anticiparse a la enfermedad se realizan en los entornos de vida de las personas, buscando disminuir los riesgos que pueden producirla, como son por ejemplo la falta de actividad física, la alimentación no saludable, la mala calidad del aire, la violencia o la inseguridad vial, entre otros. Estas tareas no son responsabilidad del sector salud, en cambio, las de tipo secundario y terciario sí.
Las acciones de prevención cuestan dinero y muchas veces más que lo que se gastaría en atender la enfermedad. Cuando estas se realizan de manera integral y completa, se evita que aparezca la enfermedad y sus complicaciones, disminuyendo con ello la probabilidad de morir prematuramente, lo que a la postre representa un aumento en la expectativa de vida de las personas.
Puede interesarle: Comando Nocturno ha logrado 420 capturas en Bogotá en cinco meses de operación.
Cuando la gente vive más tiempo, como sucede hoy en todos los países del mundo, situación conocida como el envejecimiento social, habrá que garantizar durante más años la atención en salud de esta población, lo que al final se traduce en un mayor gasto en salud. Es por ejemplo el paciente que padece de azúcar en la sangre quien gracias a la prevención vivirá diez o quince años más, por tanto, su consumo de servicios de salud se aumentará por ese tiempo de vida adicional.
El objetivo de los sistemas de salud no es ahorrar recursos, sino generar mejores condiciones de calidad de vida a las personas. La prevención evita gastos sociales innecesarios en discapacidad y muertes prematuras, pero como está demostrado, a medida que la sociedad se hace más vieja el gasto en salud será creciente. Este fenómeno amenaza hoy la sostenibilidad de todos los sistemas de salud en el mundo, en especial en los países desarrollados.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Mucha gente cree que invertir más recursos en prevención disminuye el gasto en salud que hacen los países. El actual gobierno utiliza este argumento para proponer un modelo “preventivo y predictivo” que permita “detectar y curar a tiempo las enfermedades ahorrándole dineros al sistema”. Aunque en principio esta afirmación tendría algo de cierta, en el fondo no lo es.
Lea: Ampliación de Av. Boyacá: tramos cuentan con avance y otros esperan licencia ambiental.
La Organización Mundial de la Salud define la prevención como “las medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida”. De esta definición se derivan tres formas diferentes de adelantar las acciones correspondientes.
La primaria, enfocada a evitar la aparición de la enfermedad en las personas sanas intentando mantenerlas así con labores sobre su conducta, el entorno o mediante tecnologías como las vacunas. La secundaria, dirigida a buscar la enfermedad, diagnosticarla y tratarla tempranamente para que la persona se recupere sin sufrir daños permanentes o morir. Y la terciaria, concentrada en quienes ya no es posible revertir la enfermedad para que el daño sea menos severo, evitando la discapacidad y la muerte prematura.
Lea también: Caso Yessica Calvera: preocupa aumento de participación de menores en delitos.
Buena parte de las acciones para anticiparse a la enfermedad se realizan en los entornos de vida de las personas, buscando disminuir los riesgos que pueden producirla, como son por ejemplo la falta de actividad física, la alimentación no saludable, la mala calidad del aire, la violencia o la inseguridad vial, entre otros. Estas tareas no son responsabilidad del sector salud, en cambio, las de tipo secundario y terciario sí.
Las acciones de prevención cuestan dinero y muchas veces más que lo que se gastaría en atender la enfermedad. Cuando estas se realizan de manera integral y completa, se evita que aparezca la enfermedad y sus complicaciones, disminuyendo con ello la probabilidad de morir prematuramente, lo que a la postre representa un aumento en la expectativa de vida de las personas.
Puede interesarle: Comando Nocturno ha logrado 420 capturas en Bogotá en cinco meses de operación.
Cuando la gente vive más tiempo, como sucede hoy en todos los países del mundo, situación conocida como el envejecimiento social, habrá que garantizar durante más años la atención en salud de esta población, lo que al final se traduce en un mayor gasto en salud. Es por ejemplo el paciente que padece de azúcar en la sangre quien gracias a la prevención vivirá diez o quince años más, por tanto, su consumo de servicios de salud se aumentará por ese tiempo de vida adicional.
El objetivo de los sistemas de salud no es ahorrar recursos, sino generar mejores condiciones de calidad de vida a las personas. La prevención evita gastos sociales innecesarios en discapacidad y muertes prematuras, pero como está demostrado, a medida que la sociedad se hace más vieja el gasto en salud será creciente. Este fenómeno amenaza hoy la sostenibilidad de todos los sistemas de salud en el mundo, en especial en los países desarrollados.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.