Opinión: Enrique Peñalosa Vs Claudia López, ex peñalosista de primera línea
Enrique Peñalosa, de lejos, ha sido el mejor alcalde Bogotá en los últimos tiempos. No reconocerle su asertiva visión de ciudad y capacidad de ejecutoria es simplemente terquedad y negacionismo. Lo paradójico es que su mayor contradictor es una de sus pupilas.
Ricardo Felipe Herrera Carrillo
Cuando Enrique Peñalosa en 1997 quedó electo como alcalde Bogotá (1998-2001), habló de transformaciones en la ciudad, muy difíciles de creer y de visualizar. La de mayor incredulidad recaía sobre el poderoso pero caótico sistema de transporte -buses, busetas y colectivos- que muchos alcaldes anunciaron cambiar, pero que nunca pudieron.
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Peñalosa y su equipo lo logró y nació TransMilenio. Un sistema que antes de terminar su mandato dejó andando y proyectado para las más importantes avenidas de la ciudad. Lamentablemente, casi todos los que le sucedieron se quedaron en críticas infundadas y contribuyeron a retrasar las siguientes fases. Por ejemplo, el corredor de la carrera 7ª,debería estar operando desde hace años.
Sus transformaciones se dieron en casi todos los frentes: educación, salud, seguridad, servicios públicos, parques públicos, senderos, ciclorrutas, etc., etc. Bogotá empezó notoriamente a ser otra desde entonces y así se mantuvo durante la administración de quién lo sucedió -Antanas Mockus-.
Recuerdo que muchos, propios y extraños, reconocían los notorios avances de la capital. Los problemas y retrasos comenzaron con las administraciones de Garzón, Moreno y Petro. La actual administración recibió una ciudad nuevamente encausada, gracias a que Peñalosa, quien fue electo en 2015 para un segundo periodo (2016-2020).
La hoy alcaldesa distrital no solo hizo parte del equipo de Enrique Peñalosa en su primer mandato, sino que gozó de su confianza y promoción. Claudia López, con debida razón, se desbordaba en elogios y reconocimientos a su exjefe y amigo.
Sin embargo, sorpresivamente, eso cambió cuando ella fue electa alcaldesa de Bogotá en 2019 para el periodo comprendido entre 2020 y 2023. Las últimas y más recientes declaraciones a un medio escrito y sus manifestaciones en un programa radial de amplia audiencia, corroboran que no solo la alcaldesa López se halla distanciada del exalcalde Peñalosa, sino que ahora se desborda en críticas, en mi opinión, injustas e infundadas.
Desconozco las razones que llevan a Claudia López a hacer lo propio. Sin son políticas o personales, resulta intrascendente. Lo llamativo es que la alcaldesa López actúe como lo ha hecho, respecto de quien en un importante momento de su vida fuera su mentor.
Creo que la lealtad que la alcaldesa le debe a Peñalosa es disonante con la actitud actual respecto del exalcalde. Tanto así, que Enrique Peñalosa debió salir a señalar en un medio impreso que las afirmaciones de Claudia López son “mentirosas” y que hace “sugerencias calumniosas”.
Así, por ejemplo, culpar a la administración de Peñalosa de haber acordado un Tribunal de Arbitramento con el operador del relleno sanitario -CGR Doña Juana S.A. E.S.P.-, denota claramente una protuberante desinformación.
Valga advertir, al respecto, que este tipo de solución de conflictos contractuales se pactan en los contratos y este data de la administración de Moreno Rojas. Por lo demás, pactar una cláusula arbitral es perfectamente lícito y recomendable. El punto importante acá, se halla en el grueso contenido de la controversia que resolverá el panel arbitral en breve.
Sobre los escándalos de corrupción que hoy pesan sobre la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos -UAESP-, se hace mal culpando a la administración de Peñalosa, cuando todo se ha fraguado y desarrollado en el curso de la administración de López. Lo llamativo es que la administración no actúa sobre la UAESP, sino que parece avalar tanta desidia.
Este tipo de situaciones evidencian el talante de la controversia que propone López a Peñalosa, creo sinceramente que resulta innecesaria, cuando en realidad se termina poniendo en orillas distintas a dos amigos del pasado, cuando Claudia era una Peñalosista de primera línea. La política de hoy es muy confusa e indescifrable, como lo pone en evidencia esta absurda disputa.
Nota relacionada: Cancelaron vuelo en El Dorado luego de que se estallaran las llantas de un avión.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Cuando Enrique Peñalosa en 1997 quedó electo como alcalde Bogotá (1998-2001), habló de transformaciones en la ciudad, muy difíciles de creer y de visualizar. La de mayor incredulidad recaía sobre el poderoso pero caótico sistema de transporte -buses, busetas y colectivos- que muchos alcaldes anunciaron cambiar, pero que nunca pudieron.
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Peñalosa y su equipo lo logró y nació TransMilenio. Un sistema que antes de terminar su mandato dejó andando y proyectado para las más importantes avenidas de la ciudad. Lamentablemente, casi todos los que le sucedieron se quedaron en críticas infundadas y contribuyeron a retrasar las siguientes fases. Por ejemplo, el corredor de la carrera 7ª,debería estar operando desde hace años.
Sus transformaciones se dieron en casi todos los frentes: educación, salud, seguridad, servicios públicos, parques públicos, senderos, ciclorrutas, etc., etc. Bogotá empezó notoriamente a ser otra desde entonces y así se mantuvo durante la administración de quién lo sucedió -Antanas Mockus-.
Recuerdo que muchos, propios y extraños, reconocían los notorios avances de la capital. Los problemas y retrasos comenzaron con las administraciones de Garzón, Moreno y Petro. La actual administración recibió una ciudad nuevamente encausada, gracias a que Peñalosa, quien fue electo en 2015 para un segundo periodo (2016-2020).
La hoy alcaldesa distrital no solo hizo parte del equipo de Enrique Peñalosa en su primer mandato, sino que gozó de su confianza y promoción. Claudia López, con debida razón, se desbordaba en elogios y reconocimientos a su exjefe y amigo.
Sin embargo, sorpresivamente, eso cambió cuando ella fue electa alcaldesa de Bogotá en 2019 para el periodo comprendido entre 2020 y 2023. Las últimas y más recientes declaraciones a un medio escrito y sus manifestaciones en un programa radial de amplia audiencia, corroboran que no solo la alcaldesa López se halla distanciada del exalcalde Peñalosa, sino que ahora se desborda en críticas, en mi opinión, injustas e infundadas.
Desconozco las razones que llevan a Claudia López a hacer lo propio. Sin son políticas o personales, resulta intrascendente. Lo llamativo es que la alcaldesa López actúe como lo ha hecho, respecto de quien en un importante momento de su vida fuera su mentor.
Creo que la lealtad que la alcaldesa le debe a Peñalosa es disonante con la actitud actual respecto del exalcalde. Tanto así, que Enrique Peñalosa debió salir a señalar en un medio impreso que las afirmaciones de Claudia López son “mentirosas” y que hace “sugerencias calumniosas”.
Así, por ejemplo, culpar a la administración de Peñalosa de haber acordado un Tribunal de Arbitramento con el operador del relleno sanitario -CGR Doña Juana S.A. E.S.P.-, denota claramente una protuberante desinformación.
Valga advertir, al respecto, que este tipo de solución de conflictos contractuales se pactan en los contratos y este data de la administración de Moreno Rojas. Por lo demás, pactar una cláusula arbitral es perfectamente lícito y recomendable. El punto importante acá, se halla en el grueso contenido de la controversia que resolverá el panel arbitral en breve.
Sobre los escándalos de corrupción que hoy pesan sobre la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos -UAESP-, se hace mal culpando a la administración de Peñalosa, cuando todo se ha fraguado y desarrollado en el curso de la administración de López. Lo llamativo es que la administración no actúa sobre la UAESP, sino que parece avalar tanta desidia.
Este tipo de situaciones evidencian el talante de la controversia que propone López a Peñalosa, creo sinceramente que resulta innecesaria, cuando en realidad se termina poniendo en orillas distintas a dos amigos del pasado, cuando Claudia era una Peñalosista de primera línea. La política de hoy es muy confusa e indescifrable, como lo pone en evidencia esta absurda disputa.
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