Opinión: ¿Son las EPS un invento colombiano único en el mundo?

El aseguramiento en salud, que este gobierno descalifica llamando “intermediación financiera” y que el anterior ingenuamente se dedicó a desacreditar, es una figura que existe y perdura hasta hoy en todo el mundo desde hace varios siglos. Se encarga de mediar entre el paciente y los hospitales, para proteger al primero de los altos costos de la salud, organizar el servicio, promover la salud, prevenir la enfermedad y garantizar el sustento familiar durante la enfermedad.

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Su historia se remonta a finales del siglo XIX en Alemania con el primer seguro para los trabajadores instaurado por el canciller Otto von Bismark. Luego, en 1927 la Conferencia Internacional del Trabajo ordenó crear seguros sociales para los trabajadores, tratado que Colombia ratificó en 1930, hoy vigente. En 1942, Inglaterra creó el NHS, un seguro social propuesto por el economista William Beveridge para toda la población y no solo para los trabajadores. En los 40, se crearon los seguros sociales en América a pesar de la oposición del gremio médico que veía en estos una amenaza a su autonomía e incluso, en Estados Unidos, porque creían fomentaba la pereza en los trabajadores.

En Colombia, se fundó la Caja Nacional de Previsión en 1945 y el Instituto Colombiano de los Seguros Sociales en 1946 para cubrir a los trabajadores estatales y privados respectivamente. En 1953, se estableció el Ministerio de Salud encargado de la asistencia pública para la población pobre mediante hospitales públicos y privados que financiaba el Estado. En 1976, nació oficialmente el subsector privado de la seguridad social y se constituyó la primera aseguradora privada en 1980.

En 1991, se aprobó una nueva Constitución como resultado de un proceso democrático sin precedentes, que en su Artículo 48 elevó la seguridad social a la categoría de “derecho irrenunciable de todos los habitantes”, y ya no solo de los trabajadores. Esta idea se materializó en el Sistema General de Seguridad Social mediante la Ley 100 de 1993, que en el campo de la salud instauró un sistema de aseguramiento social universal para todos los colombianos.

Insinuar que la “intermediación” entre pacientes y hospitales es una figura única e innecesaria que solo existe en Colombia, es ignorar la historia y el significado de la seguridad social. Otra cosa es discutir si estas “intermediarias” deben ser públicas o privadas, o si debe ser una sola o varias entidades. Nadie discute que es tarea indelegable del Estado organizar, financiar y controlar la seguridad social, ¡pero no confundamos financiamiento con aseguramiento! Son cosas completamente diferentes.

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Sin duda que la seguridad social en salud en Colombia tiene problemas, pero acabar las entidades que la ejercen y con ello este sistema, como propone este gobierno, solo empeorará las cosas. Tampoco se puede seguir creyendo que hay que dejar las cosas como están sin tocar nada. Es hora de innovar y dejar de pensar que solo existe una sola forma de hacerlo, a la que parece nos acostumbramos irreflexivamente por 30 años.

El aseguramiento en salud, que este gobierno descalifica llamando “intermediación financiera” y que el anterior ingenuamente se dedicó a desacreditar, es una figura que existe y perdura hasta hoy en todo el mundo desde hace varios siglos. Se encarga de mediar entre el paciente y los hospitales, para proteger al primero de los altos costos de la salud, organizar el servicio, promover la salud, prevenir la enfermedad y garantizar el sustento familiar durante la enfermedad.

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Su historia se remonta a finales del siglo XIX en Alemania con el primer seguro para los trabajadores instaurado por el canciller Otto von Bismark. Luego, en 1927 la Conferencia Internacional del Trabajo ordenó crear seguros sociales para los trabajadores, tratado que Colombia ratificó en 1930, hoy vigente. En 1942, Inglaterra creó el NHS, un seguro social propuesto por el economista William Beveridge para toda la población y no solo para los trabajadores. En los 40, se crearon los seguros sociales en América a pesar de la oposición del gremio médico que veía en estos una amenaza a su autonomía e incluso, en Estados Unidos, porque creían fomentaba la pereza en los trabajadores.

En Colombia, se fundó la Caja Nacional de Previsión en 1945 y el Instituto Colombiano de los Seguros Sociales en 1946 para cubrir a los trabajadores estatales y privados respectivamente. En 1953, se estableció el Ministerio de Salud encargado de la asistencia pública para la población pobre mediante hospitales públicos y privados que financiaba el Estado. En 1976, nació oficialmente el subsector privado de la seguridad social y se constituyó la primera aseguradora privada en 1980.

En 1991, se aprobó una nueva Constitución como resultado de un proceso democrático sin precedentes, que en su Artículo 48 elevó la seguridad social a la categoría de “derecho irrenunciable de todos los habitantes”, y ya no solo de los trabajadores. Esta idea se materializó en el Sistema General de Seguridad Social mediante la Ley 100 de 1993, que en el campo de la salud instauró un sistema de aseguramiento social universal para todos los colombianos.

Insinuar que la “intermediación” entre pacientes y hospitales es una figura única e innecesaria que solo existe en Colombia, es ignorar la historia y el significado de la seguridad social. Otra cosa es discutir si estas “intermediarias” deben ser públicas o privadas, o si debe ser una sola o varias entidades. Nadie discute que es tarea indelegable del Estado organizar, financiar y controlar la seguridad social, ¡pero no confundamos financiamiento con aseguramiento! Son cosas completamente diferentes.

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