Opinión: Subámonos al bus en Bogotá
Quienes se cuelan al sistema de transporte, no solo lo erosionan y lo destruyen, sino que roban a los demás ciudadanos. Debemos cambiar el comportamiento del usuario hacia el sistema y reconocer su impacto en la calidad de vida en Bogotá.
Maria Carolina Castillo
En Bogotá, a partir del 12 de febrero, el tiquete del bus zonal, el cable aéreo y el troncal, sistema integrado de transporte público – SITP –, valen lo mismo. El alcalde Galán igualó a $2.950 el costo durante seis meses. Busca reducir la evasión y promover que los usuarios del sistema contemplen distintas alternativas de viaje.
LEA: Alerta de Defensoría sobre guerra entre bandas en Bogotá no es inminente: Galán
Esta decisión también incentiva el uso del componente troncal gracias a que el valor no será el factor exclusivo de elección. También podremos considerar elementos asociados al tiempo y a la experiencia del usuario, a la opción de rutas óptimas o combinaciones modales que incorporen trayectos a pie y en bicicleta.
Ahora bien, el costo real del transporte o tarifa técnica corresponde a la operación, el mantenimiento y la reposición de flota. La tarifa comercial o precio del tiquete que paga quien se transporta es menor al costo real. Esto depende de una decisión de política pública en la cual se sopesan criterios fiscales, económicos y sociales para determinar el valor que asume la ciudad a través del Fondo de Estabilización Tarifaria – FET -. La diferencia es subsidiada con recursos públicos aportados por todos los ciudadanos.
Más información: Grupos armados en Bogotá: se reabre el debate
Pero ¿de cuánto estamos hablando? La tarifa técnica del sistema troncal es de $4.084 pesos y el 28 % es subsidiado. En el sistema zonal, la tarifa técnica asciende a $5.541 pesos y el 47 % subsidiado. Tan solo en el año 2023 se realizaron 4,2 millones de viajes en el SITP que usaron subsidios por $3,2 billones de pesos.
El alto monto del FET es producto de los retrasos en el desarrollo de la infraestructura de la red troncal, la reposición de la infraestructura vandalizada, la disminución de usuarios durante la COVID19, la reposición de flota exclusivamente eléctrica renunciando a energías de transición como el gas y la elevada inflación, que impactó de forma relevante los costos de mantenimiento y operación, y de la evasión del 15,3 % que equivale a medio billón de pesos al año.
Le puede interesar: Regiotram sin licencia ambiental, claves para entender el giro ferroviario del Gobierno
Por ello, quienes se cuelan roban a los demás ciudadanos. Tanto a quienes lo usan, como a quienes al pagar impuestos aportan al fondo para subsidiar los pasajes así no lo usen. Quienes usan el sistema de transporte público sin pagar su pasaje lo erosionan y destruyen con gran efectividad.
El alcalde Galán nos invita a disminuir los colados para conservar el valor del pasaje del sistema troncal en $2.950 pesos durante todo el año y no solo seis meses. Desde Probogotá Región nos subimos al bus y aceptamos el reto de cultura ciudadana. Contribuiremos a cambiar la aproximación y comportamiento del usuario hacia el sistema, a través de estrategias empresariales orientadas a reconocer su impacto en la calidad de vida en Bogotá.
Juntos debemos trabajar por recuperar la cultura de pago del pasaje con sentido de urgencia, puesto que la ampliación del sistema asociada a las obras en ejecución pondrá aun mayor presión sobre las finanzas de la ciudad.
Dentro de los próximos diez años el SITP demandará mayores recursos, con este fin le proponemos al gobierno distrital avanzar en estrategias de captura de valor asociadas a la planeación del sistema. Aprovechar la coyuntura actual de ejecución de grandes obras de infraestructura de transporte tales como la Avenida 68, el corredor verde de la carrera séptima, la calle 13, la extensión de la Av. Caracas y fases II y III de Soacha, para incorporar un modelo urbano de pago de cargas a cambio de derechos de edificabilidad, en el que la red de transporte se beneficie del valor inmobiliario generado.
Santiago de Chile o Hong-Kong han logrado tener empresas públicas de transporte con superávit financiero gracias a que son también gestoras de suelo, objetivo que no da espera.
De igual forma, vemos otra oportunidad para aumentar el monto y las fuentes de financiación destinadas al transporte, en una versión mejorada del pico y placa. Proponemos implementar de manera progresiva el cobro por congestión -modelo de pico y placa territorializado, flexible e inteligente- en el que todos paguemos por las externalidades que generamos en la vía; trancón, accidentes y emisiones.
El aumento del costo de la gasolina está incentivando el cambio modal en los usuarios, es una oportunidad para que migren al SITP, para ello es prioritario agilizar la construcción de infraestructura de tal forma que se brinde un mejor servicio al usuario tanto en cobertura, costo y calidad.
El transporte es eje de la calidad de vida en las ciudades. Menores tiempos en movilidad permiten más tiempo para estudiar, para el deporte y para la cultura. Disminuye costos de los bienes y servicios que se producen y eso nos hace más competitivos frente a otras ciudades, con lo cual se generan más empleos y, en consecuencia, mayor inclusión social. ¿Qué estamos esperando? ¡Subámonos a ese bus!
En Bogotá, a partir del 12 de febrero, el tiquete del bus zonal, el cable aéreo y el troncal, sistema integrado de transporte público – SITP –, valen lo mismo. El alcalde Galán igualó a $2.950 el costo durante seis meses. Busca reducir la evasión y promover que los usuarios del sistema contemplen distintas alternativas de viaje.
LEA: Alerta de Defensoría sobre guerra entre bandas en Bogotá no es inminente: Galán
Esta decisión también incentiva el uso del componente troncal gracias a que el valor no será el factor exclusivo de elección. También podremos considerar elementos asociados al tiempo y a la experiencia del usuario, a la opción de rutas óptimas o combinaciones modales que incorporen trayectos a pie y en bicicleta.
Ahora bien, el costo real del transporte o tarifa técnica corresponde a la operación, el mantenimiento y la reposición de flota. La tarifa comercial o precio del tiquete que paga quien se transporta es menor al costo real. Esto depende de una decisión de política pública en la cual se sopesan criterios fiscales, económicos y sociales para determinar el valor que asume la ciudad a través del Fondo de Estabilización Tarifaria – FET -. La diferencia es subsidiada con recursos públicos aportados por todos los ciudadanos.
Más información: Grupos armados en Bogotá: se reabre el debate
Pero ¿de cuánto estamos hablando? La tarifa técnica del sistema troncal es de $4.084 pesos y el 28 % es subsidiado. En el sistema zonal, la tarifa técnica asciende a $5.541 pesos y el 47 % subsidiado. Tan solo en el año 2023 se realizaron 4,2 millones de viajes en el SITP que usaron subsidios por $3,2 billones de pesos.
El alto monto del FET es producto de los retrasos en el desarrollo de la infraestructura de la red troncal, la reposición de la infraestructura vandalizada, la disminución de usuarios durante la COVID19, la reposición de flota exclusivamente eléctrica renunciando a energías de transición como el gas y la elevada inflación, que impactó de forma relevante los costos de mantenimiento y operación, y de la evasión del 15,3 % que equivale a medio billón de pesos al año.
Le puede interesar: Regiotram sin licencia ambiental, claves para entender el giro ferroviario del Gobierno
Por ello, quienes se cuelan roban a los demás ciudadanos. Tanto a quienes lo usan, como a quienes al pagar impuestos aportan al fondo para subsidiar los pasajes así no lo usen. Quienes usan el sistema de transporte público sin pagar su pasaje lo erosionan y destruyen con gran efectividad.
El alcalde Galán nos invita a disminuir los colados para conservar el valor del pasaje del sistema troncal en $2.950 pesos durante todo el año y no solo seis meses. Desde Probogotá Región nos subimos al bus y aceptamos el reto de cultura ciudadana. Contribuiremos a cambiar la aproximación y comportamiento del usuario hacia el sistema, a través de estrategias empresariales orientadas a reconocer su impacto en la calidad de vida en Bogotá.
Juntos debemos trabajar por recuperar la cultura de pago del pasaje con sentido de urgencia, puesto que la ampliación del sistema asociada a las obras en ejecución pondrá aun mayor presión sobre las finanzas de la ciudad.
Dentro de los próximos diez años el SITP demandará mayores recursos, con este fin le proponemos al gobierno distrital avanzar en estrategias de captura de valor asociadas a la planeación del sistema. Aprovechar la coyuntura actual de ejecución de grandes obras de infraestructura de transporte tales como la Avenida 68, el corredor verde de la carrera séptima, la calle 13, la extensión de la Av. Caracas y fases II y III de Soacha, para incorporar un modelo urbano de pago de cargas a cambio de derechos de edificabilidad, en el que la red de transporte se beneficie del valor inmobiliario generado.
Santiago de Chile o Hong-Kong han logrado tener empresas públicas de transporte con superávit financiero gracias a que son también gestoras de suelo, objetivo que no da espera.
De igual forma, vemos otra oportunidad para aumentar el monto y las fuentes de financiación destinadas al transporte, en una versión mejorada del pico y placa. Proponemos implementar de manera progresiva el cobro por congestión -modelo de pico y placa territorializado, flexible e inteligente- en el que todos paguemos por las externalidades que generamos en la vía; trancón, accidentes y emisiones.
El aumento del costo de la gasolina está incentivando el cambio modal en los usuarios, es una oportunidad para que migren al SITP, para ello es prioritario agilizar la construcción de infraestructura de tal forma que se brinde un mejor servicio al usuario tanto en cobertura, costo y calidad.
El transporte es eje de la calidad de vida en las ciudades. Menores tiempos en movilidad permiten más tiempo para estudiar, para el deporte y para la cultura. Disminuye costos de los bienes y servicios que se producen y eso nos hace más competitivos frente a otras ciudades, con lo cual se generan más empleos y, en consecuencia, mayor inclusión social. ¿Qué estamos esperando? ¡Subámonos a ese bus!