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Opinión: subredes de salud en Bogotá, una visión más allá de la descalificación

Las subredes públicas de salud son una extraordinaria herramienta de salud pública para la ciudad. Es bueno recordar su protagonismo en la pandemia, avances en el pasado cuatrienio y el cómo la cartera no paga y la crisis del sector las afecta de manera dramática. Estas condiciones explican buena parte de lo que hoy se vive.

Alejandro Gómez López
15 de agosto de 2024 - 05:32 p. m.
Fachada de este centro de salud.
Fachada de este centro de salud.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

Las redes integradas e integrales de salud no son una propuesta nueva ni mucho menos. Algunos ejemplos en el país, desde lo público, son los casos de Cali, Barranquilla, Medellín y, como no, el caso de Bogotá. En esta ciudad se realizó una fusión que pasó de 22 hospitales a solo cuatro subredes, con argumentos que fueron compartidos por nosotros.

Frente a lo sucedido en el cuatrienio anterior en las subredes vale la pena recordar algunos elementos. En 2020 y 2021 hubo una pandemia, así algunos parezcan no haberse enterado, y con las subredes públicas de Bogotá, como eje, supimos enfrentarla y superarla, mejor incluso que ciudades similares a la capital.

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En los pasados cuatro años construimos, dotamos e inauguramos para las subredes públicas 18 nuevas infraestructuras como los centros de salud Tunal, Diana Turbay, Verbenal, Altamira, Manuela Beltrán, Candelaria, Tintal y Mexicana y hospitales como Torre II Meissen, Torre urgencias Kennedy, Bosa, entre otros, que dimos al uso efectivo del derecho a la salud frente a muy pálidos resultados de administraciones precedentes (gobierno Petro: cuatro obras inauguradas, gobierno Peñalosa: cero obras inauguradas). Terminamos el cuatrienio con 26 sedes acreditadas en calidad y el primer hospital universitario de la red pública hospitalaria.

En materia de dignificación laboral valoramos y reconocimos al talento humano nombrando en nómina a 1.345 enfermeras y profesionales de la salud, que llevaban décadas de maltrato bajo las órdenes de prestación de servicios entregando a la administración entrante una propuesta realista de Formalización Gradual para todo el personal para su consideración. ¡Durante el cuatrienio se cerraron nueve EPS que le dejaron a las subredes una cartera no cobrable de $291.550 millones, que vinieron a sumarse a las dejadas por las EPS cerradas entre 2016-2019, para sumar un gran total de 413.723 millones!

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¿Existen retos? ¡Por supuesto! Las Subredes Públicas de Salud de Bogotá son grandes empresas sujetas a los mismos malos tiempos que hoy aquejan a todo el sector salud del país; no es mejor lo privado como no lo es lo público, ambos son necesarios. Requirieron, requieren y requerirán apoyo decidido por parte de la administración distrital mejorando cada vez más en eficiencia y transparencia, como no.

Tal vez algunos entienden por politiquería abrir servicios en vez de cerrar; mejorar las condiciones laborales y contractuales en vez de ahondar la inequidad; inaugurar puntos nuevos de atención en vez de cambiarle los avisos a los antiguos para pretender decir que se mejora el servicio, puede ser, pero eso lo evalúan, en últimas, los pacientes y el talento humano de las subredes.

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Desacreditar lo hecho por los demás, injuriarlo, al tiempo que se exalta lo propio como lo único bueno es un ejercicio tan vanidoso como mezquino. No deberíamos olvidar que esto lo hacemos entre todos.

Por Alejandro Gómez López

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