Pagadiarios: la puerta para los excluidos y la estrategia de inclusión de Bogotá
El Distrito empezó la caracterización de las personas que viven en los pagadiarios, para incluirlos en la oferta institucional. La estrategia comenzará en Los Mártires, Santa Fe y La Candelaria, donde se concentra el 80 % de estos sitios.
Juan Camilo Parra
Hasta altas horas de la noche, a las afueras de un Oxxo, Duvani (14 años), su padre y sus tres hermanos (todos migrantes) intentan reunir los $20.000 que cuesta la noche en un pagadiario de la carrera décima, en el barrio La Capuchina (Santa Fe). Dicen que es una de las habitaciones más caras, pues tiene televisor, dos camas y espacio suficiente para los cuatro. Y tienen razón. Según la “Focalización de población usuaria de pagadiarios en Bogotá', que hizo la Secretaría de Planeación, se encontró que los precios por noche parten desde los $3.000. Sin embargo, estos son datos que apenas rozan un escenario poco claro, por lo difícil que es caracterizar a una población excluida, incluso de las cifras.
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Hasta altas horas de la noche, a las afueras de un Oxxo, Duvani (14 años), su padre y sus tres hermanos (todos migrantes) intentan reunir los $20.000 que cuesta la noche en un pagadiario de la carrera décima, en el barrio La Capuchina (Santa Fe). Dicen que es una de las habitaciones más caras, pues tiene televisor, dos camas y espacio suficiente para los cuatro. Y tienen razón. Según la “Focalización de población usuaria de pagadiarios en Bogotá', que hizo la Secretaría de Planeación, se encontró que los precios por noche parten desde los $3.000. Sin embargo, estos son datos que apenas rozan un escenario poco claro, por lo difícil que es caracterizar a una población excluida, incluso de las cifras.
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Las soluciones habitacionales temporales en la ciudad se entienden como el alquiler de camas o habitaciones, y en Bogotá se han identificado varias modalidades, pero el inquilinato, tipo pagadiario, se ha insertado en el ADN del centro capitalino. En los inquilinatos que no se clasifican como pagadiarios, se puede pagar por semanas o meses, y han servido para las personas, por ejemplo, con desplazamiento interno. Los segundos se pagan a diario, con horarios de entrada y salida, y sin garantía de tenencia sobre el espacio. A ellos acuden personas o familias sin ingresos o de bajos niveles que no pueden acceder a vivienda propia.
La familia de Duvani ha vivido así desde que llegó hace cuatro meses, provenientes de Venezuela. Algunas veces consiguen aplazar el pago, pero la situación es insostenible: hay que pagar. Y así como ellos viven miles de pesonas que, según el sondeo distrital, ocupan algún espacio en los casi 650 pagadiarios identificados en la ciudad, la mayoría (552) ubicados en las localidades de Los Mártires, Santa Fe y La Candelaria. Con algunas particularidades: se estima que el 60,7 % de los inquilinos son migrantes, el 59 % llevan más de un año en estos sitios y el 41 %, un año o menos.
“Esta modalidad se ha proliferado en los últimos años como respuesta a la alta demanda coyuntural de vivienda y opción habitacional para población migrante, población con desplazamiento interno y personas en riesgo de habitabilidad en calle. Si bien el fenómeno de pagadiarios en Bogotá ha sido persistente, ha sido difícil obtener datos y cifras sobre las condiciones de vida de la población usuaria, dada la naturaleza de no residencia habitual de estos hogares”, indicó la Secretaría de Planeación.
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¿Cómo funcionan los pagadiarios en Bogotá?
La entidad aclaró que hasta el momento no se ha determinado algún tipo de reglamentación para los pagadiarios. No obstante, hay operativos constantes tanto de Policía como de secretarías de Seguridad y de Gobierno. Pero teniendo en cuenta que la mayoría de usuarios de esta modalidad de residencia se encuentran en condiciones de pobreza o pobreza extrema, las secretarías de Integración Social, Salud y Hábitat desarrollan actividades de atención con sus diferentes ofertas.
El alcalde Carlos Fernando Galán, por su lado, sostuvo que estos lugares son el claro ejemplo de una realidad que invisibiliza a una población excluida. Son, además, escenarios perfectos para la vulneración de derechos y delitos. Solo ese año, en estos sitios encontraron a 50 menores en situación de riesgo e incluso a una menor que había desaparecido en Santa Marta y fue localizada cuatro meses despiués en un pagadiario de La Favorita (Los Mártires), gracias a un operativo.
Ante este panorama, el Distrito puso en marcha una estrategia para conocer al fondo la realidad detrás de estos sitios. “Una de las metas en esta apuesta de ciudad es poder luchar de manera efectiva contra las formas de exclusión extrema. Por eso debemos conocer la situación de la población que habita en pagadiarios y requiere los servicios sociales de la administración”, dijo el alcalde durante el anuncio de la estrategia que arrancó con un censo de esta población.
Estrategia de pagadiarios
Luego de haber concluido con éxito el censo de habitantes de calle, la Alcaldía busca hacer un diagnóstico alrededor de los pagadiarios e incluirlos en alguna oferta, para mitigar vulneraciones a los derechos. Galán explicó que esta idea le hará frente a la exclusión: “Estas personas no pueden acceder a servicios como el Sisbén, porque no tienen una vivienda donde ser encuestados”.
La secretaria de Planeación, Úrsula Ablanque, explicó que “la estrategia en pagadiarios comenzó con la aplicación de una encuesta, con la que caracterizaremos y validaremos las condiciones de quienes habitan estos lugares. Esta información servirá como instrumento de focalización, para orientar la oferta de servicios sociales”. Inicialmente, un equipo de 150 personas estarán recorriendo las zonas para garantizar que la recolección de información en las localidades de Santa Fe, La Candelaria y Los Mártires sea precisa .
En estos procesos intervienen de manera coordinada las secretarías de Salud e Integración Social, que tienen el reto de garantizar a niños, jóvenes, personas con discapacidad, integrantes de la comunidad LGTBIQ+, personas mayores y migrantes el acceso a 23 servicios, de los cuales 20 se concretarán en un plazo de uno a 10 días, mientras que los tres restantes (Ingreso Mínimo Garantizado, bono canjeable y acceso a comedor comunitario) se activarán tras obtener la clasificación de la encuesta.
La Secretaría de Hábitat, por su parte, diseña programas de arrendamiento con y sin opción de compra, para que los hogares de menores ingresos puedan acceder a arrendamiento formal y tengan una solución habitacional adecuada. En ambos casos, se asigna un subsidio para cubrir parte del canon de arrendamiento mensual. El ejercicio será interesante para la capital, que aún persevera en incluir en el sistema a aquellas personas excluidas que difícilmente son reconocidos como ciudadanos, además de aportar a la comprensión de estas realidades que viven familias como la de Duvain y otros miles de personas en riesgo o en habitabilidad de calle, que encontraron en los pagadiarios la única puerta y techo para pasar las noches en Bogotá.
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