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¿Para dónde va la protesta en Bogotá?

En los últimos días, diferentes hechos en contra de civiles, en medio de las manifestaciones, han hecho cuestionar el actuar de los colectivos que han mantenido viva la protesta los últimos dos meses, en especial a la “Primera Línea”. Ellos aseguran que quieren deslegitimizarlos. La Alcaldía asegura que busca hacerles frente a los problemas de seguridad.

Esperanza de la Calle
29 de junio de 2021 - 02:16 a. m.
Protestas en Bogotá
Protestas en Bogotá
Foto: Gustavo Torrijos
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Pasados dos meses de manifestaciones en Bogotá, la protesta ha cambiado. Ya no se ven en las calles las multitudinarias marchas hacia la Plaza de Bolívar o a lugares estratégicos, como el Monumento a los Héroes, sino que ahora el paro se ubica en cuatro puntos de la ciudad (Portal Américas, Portal Suba, 20 de Julio y Usme), donde a diario se presentan concentraciones, ollas comunitarias, expresiones artísticas y enfrentamientos nocturnos con las autoridades.

El problema es que en los últimos días, en medio de estos disturbios, han muerto tres personas, las cuales no tenían que ver con las protestas, así como hechos que han sido reprochables por la ciudadanía, como las afectaciones al Portal de Suba o la retención, en la tarde de ayer, de cinco buses zonales con pasajeros en el sector de Yomasa.

La respuesta del Distrito se ha enfocado en la seguridad. El fin de semana la alcaldesa Claudia López señaló que, dadas las condiciones de la pandemia en la ciudad (80.783 casos activos y con el 96 % de las UCI ocupadas) y la falta de garantías para proteger la vida de los jóvenes, prohibiría las aglomeraciones en los portales de Suba y las Américas, aunque señaló que esto no quería decir que se prohibiera la protesta social.

En parte, la decisión se dio en respuesta al asesinato de Camilo Vélez, un joven de 27 años que murió en el Portal de las Américas, por cuenta de un cable extendido sobre la vía que no vio. Además, como respuesta a los problemas que se han evidenciado por cuenta de la venta de droga en este punto.

Sumado a esto, según ha dicho Andrés Macías, experto en seguridad, el prolongado descontento social hace que también se vaya perdiendo el apoyo de la comunidad. “Al principio hubo un ambiente de tolerancia y de apoyo, pero a medida que pasa el tiempo se van visibilizando más los problemas en la movilidad y en el comercio”.

A la par, se han presentado otras circunstancias. Por ejemplo, en los últimos días la alcaldesa López recriminó un supuesto comunicado de la Primera Línea, en el que se leía una amenaza que se irían directamente contra Transmilenio. El grupo negó que fuera de ellos. Pese a esto, tras la retención de los buses ayer, ellos fueron los primeros llamados a responder.

“La Primera Línea no forma parte de un grupo terrorista. Ese no es nuestro fin, pero hemos encontrado mucha gente infiltrada. Nosotros lo que hemos aceptado es el hecho de que salir a la calle puede acabar con nuestra vida, pero salimos con el fin de proteger a las personas, cambiar la realidad que vivieron nuestros papás y la cual no queremos para nuestros hermanos”, explica uno de los líderes de la Primera Línea de Suba.

Expertos en seguridad coinciden en que es evidente que a estas alturas hay una transformación de las movilizaciones, que puede encontrar su origen en lo atomizado, amorfo y descentralizado que están los movimientos que lideran las marchas en los distintos puntos de la ciudad. Aunque se sabía que organizaciones como la Primera Línea no se sentían representados por el Comité del Paro Nacional, que se sentó a negociar con el Gobierno Nacional, y que por lo tanto las movilizaciones iban a continuar por más de que se llegara a un acuerdo, sigue sin haber un acercamiento para tratar de revisar las demandas que tienen.

A eso se suma que, tras dos meses de protestas, se empieza a ver desgastado el discurso de lucha social y muchos grupos, conscientes de eso, “pescan en río revuelto” y adelantan actos para seguir deslegitimando las movilizaciones. De acuerdo con Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, uno de los errores que se han cometido para llegar a este punto es que no hay una fotografía social de qué y quiénes conforman organizaciones como la Primera Línea.

“Es todo y nada. No hay un vocero, no hay una línea de mando y no es algo que se pueda homogeneizar. Incluso, se financian de formas diferentes y tienen hasta discursos distintos, pues algunos voceros hablan más de educación, otros de trabajo y, en zonas como las Américas y Suba, se ve muy marcado un discurso político”, aseguró el analista, quien explicó que todo esto es aprovechado por la delincuencia común y empieza a pasar factura en cuanto a la legitimidad del grupo. “Desde muchos sectores políticos los están identificando como promotores de la violencia, pues no hay quién los dirija y, por lo tanto, da la sensación de que no pueden desmentir los señalamientos”.

En esa misma vía, Luis Fernando Echevarría, experto en seguridad, comentó que este era un efecto previsible, teniendo en cuenta que la larga duración de la protesta, sin que se lleguen a acuerdos, deriva en que grupos delincuenciales aprovechen la coyuntura, ya sea porque les interesa el desorden o porque la protesta puede ser la excusa para realizar otro tipo de actividades, como las que se han visto en las últimas semanas.

“Todo esto comienza a deslegitimar las protestas. Hay cansancio, por el tiempo y los hechos vandálicos, y eso empieza a desgastar el discurso. Es complejo tanto para el Distrito como para los mismos manifestantes que de verdad salen a marchar, porque ha sido muy acéfalo y no hay con quién negociar”, concluyó el experto.

Los próximos días todos los ojos estarán puestos sobre lo que ocurra en medio de las manifestaciones, así como a los avances que logre el Distrito frente a las peticiones locales, pues además del tema de seguridad, las necesidades por resolver cada vez son más fuertes, de cara a las nuevas protestas en el marco del paro nacional convocadas para el próximo 20 de julio.

Por Esperanza de la Calle

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Atenas(06773)29 de junio de 2021 - 11:27 a. m.
¿Y adonde podría ir un movimiento criminal? a seguir delinquiendo bajo un libreto ya bien planeado por la izquierda en cabeza del siniestro Petro. Ya nuestras Fuerzas armadas los tiene tan identificados q' innegable es su accionar, están con un único objetivo, tratar de sostener el caos.
  • Hector(76745)29 de junio de 2021 - 05:01 p. m.
    Como chismosa esta sirvienta ..bodeguera..prepagada
Carlosé Mejía(19865)29 de junio de 2021 - 10:14 a. m.
El otro factor obedece a razones culturales: en el trópico creemos que los cambios macro obedecen a golpes instantáneos no a procesos. Aquí, siempre dejamos de lado la formación de conciencia y preferimos la fogosidad momentánea que, a la larga, se convierte en folclor y no transforma de fondo nada.
  • Atenas(06773)29 de junio de 2021 - 11:34 a. m.
    De acuerdo, Carlosé Mejia. Este es el trasfondo de lo q' aquí he venido sosteniendo: nuestro esquema mental no surte procesos, es una cultura de atajos. Y en reiteradas ocasiones he traducido un dicho sajón sobre nosotros en el trópico, "donde crece el banano no hay civilización". Y el enorme pecado de EE es sostener una tribuna de vagarosos opinadores q' mucho más alientan nuestra secular falla.
Carlosé Mejía(19865)29 de junio de 2021 - 10:10 a. m.
De la falta de organización y liderazgo culpo a la izquierda: desunida, atomizada, sin nexos reales e influyentes con el sindicalismo, el campesinado, los indígenas y el estudiantado, dedicada a las peleas intestinas y a la figuración egoísta de unos pocos que no despiertan confianza ni pasión.
  • Danilo(14415)29 de junio de 2021 - 10:57 a. m.
    de acuerdo
Carlosé Mejía(19865)29 de junio de 2021 - 10:05 a. m.
Es penosa la degradación de la protesta social, un verdadero retroceso en términos históricos. Lo que empezó bien, con estallidos en muchos lugares del país, se ha ido tornando en algo oscuro cercano a la criminalidad. A esto han contribuido múltiples factores, pero sobre todo dos desde mi punto de vista: la falta de organización y liderazgo y el creer que se iba a cambiar el mundo de un golpe.
Pathos(78770)29 de junio de 2021 - 08:01 a. m.
La táctica de desestabilización viene operando,desde hace dos meses.Los servicios secretos del Estado y todos los poderes legítimos,deben actuar en conjunto para proteger la ciudadania trabajadora.No se puede vivir a la deriva,mientras pagamos impuestos sin que tengamos derecho siquiera al uso del transporte.Nos estan haciendo la vida imposible.Toda la ciudadanía debe rechazar este permanente atropello
  • Hector(76745)29 de junio de 2021 - 05:03 p. m.
    Luche en vez de ser un servil conformista cobarde..
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