Para Marco Fidel Ramírez, Colombia será "ateo-marxista y homosexual" tras firma de paz
El "concejal de la familia" ve necesario que los colombianos rechacen lo que se firmó en La Habana para finalizar más de 50 años de guerra, pues en su concepto el acuerdo atacará a pastores e iglesias del país.
Redacción Política
A estas alturas del debate no sorprende hasta dónde han ido los promotores del “Sí” y del “No” en el plebiscito con el que los colombianos dirán si aprueban o no lo que firmarán el lunes el presidente Juan Manuel Santos y “Timoleón Jiménez”, máximo líder de las Farc. Exageraciones, falacias, montajes, ataques personales y hasta fantasías con adivinar el futuro, han rodeado las discusiones sobre el crucial paso que está dando el país. Los argumentos no han tenido el peso esperado en el debate, así que las principales motivaciones han sido los intereses e ideas de quienes se han animado a cautivar indecisos. (Lea: Votos por oraciones)
Por el aún ineludible carácter religioso de Colombia, lo que profesan los dogmas se han impuesto a los puntos acordados en La Habana. Y ni la devoción ha logrado tener unido al país, pues mientras muchos líderes religiosos han dado ciegamente su apoyo al proceso de paz, otros tantos han expresado su desacuerdo, aun cuando se trata de la misma religión. Todo un problema de interpretación de los libros sagrados. (Lea: Cristianos extremos: ¿A dejar la Biblia y a tomar las armas?)
Lo demostró Marco Fidel Ramírez, quien se llama a sí mismo como “El concejal de la familia” al alternar sus recuerdos como pastor con su obligación como cabildante de Bogotá. Aunque representantes de 10.000 iglesias cristianas del país manifestaron su apoyo al “Sí” en el plebiscito, Ramírez, también cristiano, se ha puesto en contra de los acuerdos. Lo más curioso es que ambas decisiones las han basado en las disposiciones de su fe.
En un encuentro con pastores de la religión, el concejal de Opción Ciudadana aseguró que el acuerdo entre Gobierno y Farc fue filtrado por una ideología, que bautizó como “ateo-marxista”, sin explicar exactamente qué significa el curioso híbrido y en cuáles puntos del acuerdo se ven reflejados. Fue más allá durante su intervención y afirmó que una vez empiece a cumplirse el acuerdo, el país se verá convertido en una “dictadura homosexual”.
Sobre esto, hay varios videos en la página oficial de Ramírez, en los que básicamente manifiesta su oposición a que en los acuerdos estén expresiones como “los y las” o “todos y todas”, que a su parecer van a tener mucha incidencia en el nuevo sistema que, asegura, tendrá el país, pese a que eso nunca se negoció. “Las primeras victimas de semejante atroz sistema seremos los pastores y las iglesias”, exclamaba Ramírez mientras muchos de sus espectadores decían “Amén”.
“El Acuerdo Final con las Farc apunta a imponerle a esta gran nación lo que este concejal de la familia ha denunciado en los últimos 5 años, en medio de una pavorosa soledad y en medio del desierto y la incomprensión: nos llevan de narices hacia una peligrosa dictadura homosexual”, profirió el cabildante. “Amén”, “Amén”, repetía y asentía el auditorio. La prueba que presenta Ramírez para hacer estas afirmaciones es que ningún miembro del gabinete ministerial sea cristiano, mientras sí hubo dos ministras abiertamente pertenecientes a la Comunidad LGBTI.
— por un pais Honesto (@sonisota) 23 de septiembre de 2016Esto, para el concejal de Opción Ciudadana, es motivo suficiente para decirle “No” a la paz, sin remitirse a los puntos esenciales del acuerdo con los que se pretende dar por finalizado un conflicto armado de más de medio siglo. No obstante, Ramírez considera más urgente, y peligroso, evitar la “homosexualización” de 47 millones de personas, y lo ha manifestado además en varios videos en sus distintas plataformas.
En una de esas piezas audiovisuales, muestra su descontento con que sean reconocidos en el acuerdo los gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, intersexuales y asexuales. Incluso afirma que con la paz se abre la posibilidad de que sean admitidas en el país la zoofilia, la necrofilia, el incesto, la pedofilia, y un sinnúmero de parafilias, que lo que avalan es lo alejado que está Ramírez del núcleo del acuerdo: la solución dialogada a una guerra que ha dejado 218.094 muertos, 150.000 víctimas, según el Centro de Memoria Histórica.
A estas alturas del debate no sorprende hasta dónde han ido los promotores del “Sí” y del “No” en el plebiscito con el que los colombianos dirán si aprueban o no lo que firmarán el lunes el presidente Juan Manuel Santos y “Timoleón Jiménez”, máximo líder de las Farc. Exageraciones, falacias, montajes, ataques personales y hasta fantasías con adivinar el futuro, han rodeado las discusiones sobre el crucial paso que está dando el país. Los argumentos no han tenido el peso esperado en el debate, así que las principales motivaciones han sido los intereses e ideas de quienes se han animado a cautivar indecisos. (Lea: Votos por oraciones)
Por el aún ineludible carácter religioso de Colombia, lo que profesan los dogmas se han impuesto a los puntos acordados en La Habana. Y ni la devoción ha logrado tener unido al país, pues mientras muchos líderes religiosos han dado ciegamente su apoyo al proceso de paz, otros tantos han expresado su desacuerdo, aun cuando se trata de la misma religión. Todo un problema de interpretación de los libros sagrados. (Lea: Cristianos extremos: ¿A dejar la Biblia y a tomar las armas?)
Lo demostró Marco Fidel Ramírez, quien se llama a sí mismo como “El concejal de la familia” al alternar sus recuerdos como pastor con su obligación como cabildante de Bogotá. Aunque representantes de 10.000 iglesias cristianas del país manifestaron su apoyo al “Sí” en el plebiscito, Ramírez, también cristiano, se ha puesto en contra de los acuerdos. Lo más curioso es que ambas decisiones las han basado en las disposiciones de su fe.
En un encuentro con pastores de la religión, el concejal de Opción Ciudadana aseguró que el acuerdo entre Gobierno y Farc fue filtrado por una ideología, que bautizó como “ateo-marxista”, sin explicar exactamente qué significa el curioso híbrido y en cuáles puntos del acuerdo se ven reflejados. Fue más allá durante su intervención y afirmó que una vez empiece a cumplirse el acuerdo, el país se verá convertido en una “dictadura homosexual”.
Sobre esto, hay varios videos en la página oficial de Ramírez, en los que básicamente manifiesta su oposición a que en los acuerdos estén expresiones como “los y las” o “todos y todas”, que a su parecer van a tener mucha incidencia en el nuevo sistema que, asegura, tendrá el país, pese a que eso nunca se negoció. “Las primeras victimas de semejante atroz sistema seremos los pastores y las iglesias”, exclamaba Ramírez mientras muchos de sus espectadores decían “Amén”.
“El Acuerdo Final con las Farc apunta a imponerle a esta gran nación lo que este concejal de la familia ha denunciado en los últimos 5 años, en medio de una pavorosa soledad y en medio del desierto y la incomprensión: nos llevan de narices hacia una peligrosa dictadura homosexual”, profirió el cabildante. “Amén”, “Amén”, repetía y asentía el auditorio. La prueba que presenta Ramírez para hacer estas afirmaciones es que ningún miembro del gabinete ministerial sea cristiano, mientras sí hubo dos ministras abiertamente pertenecientes a la Comunidad LGBTI.
— por un pais Honesto (@sonisota) 23 de septiembre de 2016Esto, para el concejal de Opción Ciudadana, es motivo suficiente para decirle “No” a la paz, sin remitirse a los puntos esenciales del acuerdo con los que se pretende dar por finalizado un conflicto armado de más de medio siglo. No obstante, Ramírez considera más urgente, y peligroso, evitar la “homosexualización” de 47 millones de personas, y lo ha manifestado además en varios videos en sus distintas plataformas.
En una de esas piezas audiovisuales, muestra su descontento con que sean reconocidos en el acuerdo los gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, intersexuales y asexuales. Incluso afirma que con la paz se abre la posibilidad de que sean admitidas en el país la zoofilia, la necrofilia, el incesto, la pedofilia, y un sinnúmero de parafilias, que lo que avalan es lo alejado que está Ramírez del núcleo del acuerdo: la solución dialogada a una guerra que ha dejado 218.094 muertos, 150.000 víctimas, según el Centro de Memoria Histórica.