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Parece tradición que, cuando aumenta la inseguridad, uno de los anuncios para aplacar las aguas es limitar la movilidad en motocicletas, bajo el argumento de que es uno de los vehículos más usados para delinquir. No obstante, la reciente decisión de restringir el parrillero y su circulación algunas noches (más laxa que otras medidas en el pasado) rebosó la copa. Miles de motociclistas de nuevo se tomaron las calles este miércoles y rodaron por varias avenidas, para reiterar su mensaje de protesta.
Al mediodía comenzaron las concentraciones. El principal punto estuvo en la biblioteca Virgilio Barco, donde alrededor de 3.000 motociclistas, entre ellos usuarios habituales y quienes trabajan con aplicaciones de domicilios, se fueron sumando. Todos con un mismo objetivo: pedir la eliminación de la restricción.
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Y es que su argumento es claro. Aunque son muchos los videos que circulan en redes, donde se ven sicarios y ladrones en moto, de las 510.000 matriculadas en Bogotá (sin contar las de municipios aledaños, que usan para viajar a la capital a trabajar o a estudiar) la inmensa mayoría las usan para movilizarse o trabajar. Por ejemplo, en un hogar, con los $318.000 que gastan al mes dos personas en Transmilenio, les alcanza para la cuota, mantener la moto y ahorrar, sobre todo, tiempo.
Tal vez esto motivó a los casi 10.000 motociclistas que finalmente se unieron a la protesta, que a la 1:00 de la tarde comenzó su recorrido por la calle 63, rumbo a la NQS. Su plan era ir por la carrera séptima, rumbo al centro de la ciudad. No obstante, el Distrito ordenó el cierre de varias vías, para evitar que llegaran hasta la Plaza de Bolívar, lo que obligó a que su recorrido siguiera al norte.
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Carlos Arturo Gómez, director de una red de motociclistas que dice apoyar a la Policía y asistente a la concentración, habló sobre su malestar. Afirma que la administración no tuvo en cuenta que este gremio puede aportar más a la seguridad, que lo que le puede afectar. “Nos extrañan las medidas tan arbitrarias. Estábamos en la mesa sectorial de diálogos y nos dieron la espalda, sobre todo porque estamos aportando a la seguridad”, añadió.
Vale recordar que previo a la marcha de ayer, el Distrito había tenido un primer acercamiento con los motociclistas el martes, en el que se aceptaron cinco excepciones frente a la restricción de parrillero, que comenzará el 14 de abril y que aplicará los jueves, viernes y sábado, entre 7:00 de la noche y las 4:00 de la mañana.
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La decisión fue que la medida no aplicaría para conductores que transporten personas en condición de discapacidad, trabajen en aseguradoras, sean conductores elegidos, atiendan emergencias o trabajen en empresas de vigilancia. Eso sí, la Alcaldía insistió en la necesidad de que en la indumentaria se visibilice el servicio que prestan, para claridad de las autoridades.
¿Injusta? ¿Efectiva?
A pesar de esto, no todos quedaron satisfechos y las medidas anunciadas el martes no contuvieron la manifestación de ayer. Los conductores consideran injusta la medida, pues sienten que los criminaliza. “Es como si por el aumento de paseos millonarios en taxi se restringiera el uso de ese vehículo”, dicen. Su malestar no solo tiene respaldo en sus comparaciones, también desde la academia.
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Una investigación del Centro de Estudios sobre Seguridad, el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico y la Facultad de Economía de la U. de los Andes puso a prueba en los últimos años la efectividad de las restricciones y los efectos sobre el crimen en Bogotá, Barranquilla, Cartagena y Neiva.
Si bien el estudio duró cuatro años y se dio a conocer en 2020, la conclusión sigue vigente: las medidas no disminuyeron significativamente los delitos o no se mantuvo la reducción en el tiempo. En el caso de Bogotá, no hubo un impacto relevante, es decir, ni subieron ni bajaron los niveles de criminalidad. Por el contrario, la investigación mostró que los delitos aumentaron en zonas colindantes al sector donde se aplicó la restricción.
Nueva reunión
Ayer, mientras la caravana avanzaba, la alcaldesa Claudia López, a través de su cuenta de Twitter, expresó a media tarde su respeto por la protesta, pero les pidió no afectar la movilidad de quienes iban en carro o Transmilenio, como ocurrió el pasado lunes. “Los he invitado hoy a las 6:00 p.m. para escucharlos y cerrar los ajustes finales al decreto. Todos aportamos y todos cuidamos nuestra seguridad y convivencia”, agregó.
La reunión con la alcaldesa era algo que habían pedido desde que se anunciaron las medidas, y la invitación aplacó las aguas, llevando a que al final de la tarde la movilización terminara de forma pacífica en un plantón en el parqueadero del Movistar Arena, a la espera de sus resultados. Aunque el borrador del decreto está abierto a observaciones, trámite previo a su expedición, los motociclistas insisten en reconsiderar la restricción al parrillero. Esta petición, en este momento, la administración cree que es difícil de cumplir, pues la consideran necesaria, en especial en las noches, que es cuando más delitos se registran, donde el responsable va en una motocicleta.
¿Seguridad versus movilidad? El debate sigue, y en el pulso de las conversaciones se tendrán que analizar en detalle las razones de cada lado. Por ahora es claro que la capital necesita ajustar los planes de vigilancia para tranquilizar la ciudad que, como lo dijo la alcaldesa, está “bajo amenaza terrorista”. La pregunta es, ¿será la restricción a los motociclistas la estrategia adecuada? Solo los resultados darán una respuesta.