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Tres domingos ajusta ya un grupo de vendedores de cachivaches, ropa usada y alimentos fritos acomodándose en el Parque de los periodistas, aledaño al Eje Ambiental de Bogotá, en pleno centro. Los vecinos se quejan porque, a pesar de sus súplicas ante las autoridades, la situación se mantiene y el espacio público permanece invadido durante esos días de fin de semana, a lo que se suma la basura que dejan los comerciantes informales después de cada jornada.
Lirián Marulanda, representante de la Asociación de Vecinos del Parque de los Periodistas, se queja en una carta que hizo llegar a los medios de comunicación porque “el pasado miércoles el comandante de Policía, teniente Diego Amorocho, el alcalde local de Santa Fe, Gustavo Niño y sus asesores en Territorio y Seguridad afirmaron que este domingo se impediría la invasión. El resultado es mayor invasión, mayor contaminación auditiva y mayor desaseo. Esto pone en evidencia que a la comunidad de residentes nos dicen una cosa, mientras se acuerda otra con los ‘dueños’ del espacio público”.
A las 6:00 de la mañana de este domingo, cuando algunos vecinos apenas se despertaban, se percataron de que alrededor del Parque ya se habían instalado los vendedores, que suelen quedarse aproximadamente hasta las 4:00 o 5:00 de la tarde.
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Marulanda considera una paradoja que tan solo hace tres semanas, el sábado 11 de junio, la Alcaldía convocó a los ciudadanos a participar en una jornada de limpieza del Eje Ambiental, que incluyó la entrega completa del monumento del Templete del Libertador, a un costado del Parque. Ese día, el mandatario puso ese sector como ejemplo de recuperación del espacio público, pero al día siguiente llegaron en manada los vendedores.
Primero se apostaron en el corredor que conecta la esquina de la carrera 3 con calle 19 hasta el Templete. Una semana después hicieron lo mismo, pero la Policía les hizo levantar su mercancía en esa esquina y desde entonces se concentran en el Parque de los periodistas. “¡Queremos trabajar!”, les gritaron algunos de ellos a los uniformados que les pedían desalojar.
En ese sector, sin embargo, ya están ubicados y organizados dos grupos de vendedores que cuentan con apoyo de la Alcaldía de Bogotá. Uno, precisamente de ropavejeros y cachivacheros, trabaja los domingos en un parqueadero ubicado sobre el Eje Ambiental, bajo carpas temporales que les proporciona el Ipes.
El otro grupo se ubica permanentemente en un pasaje frente a la plazoleta de La Pola, también bajo carpas del Ipes, y se dedica a vender artesanías.
Es una situación que los vecinos ponen sobre la mesa para argumentar que la zona ya cuenta con negocios callejeros organizados que no afectan el espacio público.
Este conflicto se presenta justo cuando ha comenzado la intervención del Eje Ambiental, donde el Instituto de Desarrollo Urbano invertirá $5.300 millones con miras a mejorar vías el mobiliario urbano.