PEMP, la apuesta en Teusaquillo por conservar su patrimonio cultural
Se trata de una modificación a la norma urbanística y el uso de suelos, entre otros, la cual prevalece sobre el POT. El Centro Histórico ya se rige bajo este plan, y vienen en camino Teusaquillo, Bosa y el Parque Nacional.
Sara Caicedo
Conservar el patrimonio cultural en Teusaquillo es la razón de los habitantes de la localidad para impulsar un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), documento que la blindaría de cambios que pretendan borrar su historia, representada en espacios públicos, edificios y tranquilidad. De lograrlo, regiría una norma urbanística, por encima del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), y aplicaría por los próximos 20 años.
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Conservar el patrimonio cultural en Teusaquillo es la razón de los habitantes de la localidad para impulsar un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), documento que la blindaría de cambios que pretendan borrar su historia, representada en espacios públicos, edificios y tranquilidad. De lograrlo, regiría una norma urbanística, por encima del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), y aplicaría por los próximos 20 años.
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El Plan tiene metas claras: garantizar la conservación de las zonas verdes, la recuperación del Park Way y la regulación del tráfico de ciudadanos en las noches, entre otras actividades que se desarrollen. La idea surgió de un grupo de habitantes y ahora el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural de Bogotá (IDPC), está a cargo del proceso, que pasará por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, para su revisión y aprobación.
Hacerlo no será tarea fácil. Ya existe un referente: el PEMP del Centro Histórico de Bogotá, el cual duró en trámite dos administraciones (ocho años), hasta que lo aprobó el Ministerio de Cultura en 2021 por ser patrimonio nacional. Sin embargo, esto no los desanima, pues “no todos los PEMP son iguales, ya que son una norma urbanística pensada para cada zona. Esta norma vigila el uso de suelo y entraría a reemplazar el POT”, explica Andrés Felipe Villamil, coordinador del PEMP de Teusaquillo.
Por eso, el gran interés que despierta un proyecto que nació de la gente. Según Alfonso Gutiérrez, consejero patrimonial de Teusaquillo e integrante de Corpopatrimonio, esta idea “es el fruto de un trabajo de hace años, que estuvo engavetado. Surgió porque estábamos preocupados por cómo estaban acabando con el territorio y cómo la Alcaldía no hacía nada”.
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Luego “radicamos una acción popular y se logró. El IDPC hizo un prediagnóstico y hoy estamos en etapa de formulación. Es algo esperanzador y queremos que las cosas funcionen”, agregó Gutiérrez. Habla con confianza, porque sabe que el corazón de la estructuración son los habitantes y los comerciantes de las zonas.
Como respaldo para que este Plan se logre, los vecinos tienen a su favor el Decreto 2358, el cual “establece que cada sector de la ciudad debe tener un manejo de protección. En Bogotá hay 25 sectores, que deberían regirse bajo un PEMP”, cuenta Miguel Ángel Villamizar, coordinador del PEMP del Centro Histórico.
De las 25 zonas hay algunas priorizadas que se deben intervenir pronto y están en proceso de formulación, entre esas Teusaquillo, barrios de Bosa y el Parque Nacional. Una vez tengan el documento completo, y radicado, dependiendo de la complejidad, deberán esperar 30 días hábiles para la evaluación técnica y 30 más para la jurídica. “Estos tiempos aplican para las solicitudes con la documentación completa, de lo contrario serán devueltas para subsanar errores”, explica el Ministerio de Cultura, quien aprueba los PEMP nacionales.
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Pese al complejo camino, los habitantes de Teusaquillo ya piensan en cómo será la ejecución en su zona de influencia: desde la carrera 13 (al oriente), calle 26 (al suroccidente) y carrera 30 (al occidente). “Una vez entre en vigor se desarrollarán proyectos específicos en los barrios como iluminación, cierre o apertura de negocios, arreglo de calles, normas de uso de suelo, entre otras”, agregó el coordinador del PEMP de Teusaquillo.
“Hay borrachos y gente fumando en el Park Way, a las 3:00 a.m. suenan batucadas e incluso hay quienes hacen las necesidades en las entradas de los edificios y nadie les dice nada”, indica Gutiérrez, el consejero patrimonial de Teusaquillo, quien agrega que el sector llegó a ese nivel de deterioro “por omisión de la administración”.
Andrés Villamil, por su parte, señala que llevar la iniciativa a buen puerto depende de la articulación de varias entidades, como el IDU, el IDRD, el Jardín Botánico y las secretarías de Ambiente y Seguridad, entre otras, que destinarían parte de su presupuesto para hacer intervenciones, pues a pesar de que este proceso está a cargo del IDPC, necesita recursos que no puede cubrir sola.
Por todo esto quienes adelanten el PEMP deben ser precisos, porque una vez plasmada la propuesta y aprobada no será fácil hacer modificaciones. Cada solicitud de cambio “requiere una evaluación técnica y jurídica de los equipos del Ministerio de Cultura. Asimismo, deberá contar con el visto bueno del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, como ente encargado de brindar asesoría y lineamientos sobre el manejo del patrimonio”, señala la entidad del Gobierno Nacional.
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Un proceso engorroso que hoy padecen algunos vecinos bajo el rigor del PEMP del Centro Histórico, puntualmente los que viven en inmediaciones del Parque de los Periodistas. Sus vecinos llevan meses pidiendo la intervención del espacio público y no han hecho más que tocar de manera infructuosa las puertas de distintas entidades, esperando a que su solicitud sea aprobada, pero hay requerimientos que llevan más de seis meses en revisión.
Por ahora, para que los próximos PEMP se implementen con éxito, el Distrito debe tener como referencia la situación del Centro Histórico, el cual tiene problemas de seguridad e inconformidad de los residentes. Por lo tanto, el reto más grande será mantener aquellos cambios y mejoras.
Algo que se cumple no solo garantizando que la administración haya firmado, sino con la participación ciudadana, la cual debe conocer por completo las modificaciones en su barrio, para respetarlas y cumplirlas e, incluso, hacer el papel de veedores, pero, sobre todo, darles el respectivo cuidado a estas zonas patrimoniales de la capital. Esperemos a ver qué pasa en los próximos 20 años.
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