Peñalosa lo admite: el tal doctorado no existe
Un año después de que El Espectador revelara que el mandatario capitalino carece de los títulos académicos que se le adjudican en numerosas copias de su hoja de vida, el funcionario reconoció no tener posgrados homologables en Colombia.
Redacción Bogotá
Enrique Peñalosa es quizá uno de los mandatarios mejor preparados académicamente que ha tenido Bogotá. Su trayectoria como conferencista internacional, profesor, colaborador de medios de comunicación e investigador en áreas relacionadas con el desarrollo urbano y, muy específicamente, con temáticas sobre nuevos modelos de transporte le ha llevado por los centros de pensamiento más reputados del mundo en los cinco continentes. Y si hay una ciudad sobre cuyas problemáticas y oportunidades se ha preparado, es Bogotá.
No obstante, la falta de precisión con la que algunos de sus títulos académicos son enunciados en las hojas de vida que sobre él circulan en internet e incluso, en libros y textos académicos publicados, puso en entredicho desde hace 14 meses el asunto de los estudios que en realidad cursó el que hoy por hoy es considerado uno de los más reconocidos expertos en movilidad. El debate comenzó precisamente en El Espectador, luego de que el 7 de abril de 2016 se divulgara un artículo de los investigadores Juana Afanador y Carlos Carrillo, en la que se revelaba que los títulos de Peñalosa estaban inflados. "El tal doctorado no existe" se titulaba el artículo, que desató una polémica rápidamente aprovechada por los detractores del mandatario. De hecho, los autores del artículo que suscitó la controversia eran opositores del alcalde. (Lea: El tal doctorado de Peñalosa no existe)
El debate terminó en una cacería de brujas, en la que no solo Peñalosa, sino muchas personas resultaron con cuestionamientos sobre sus títulos, entre ellos el mismo expresidente del Concejo de Bogotá, Roberto Hinestrosa. A estas alturas del partido, mucha gente pensó que esa era una discusión perdida, hasta que Peñalosa volvió a encender el debate.
En desarrollo de un foro organizado por la Procuraduría General de la Nación, en el que fue presentado con títulos de maestría y doctorado, el alcalde reconoció que no cuenta con tales credenciales académicas, dado que sus posgrados no homologables en Colombia.
Aunque en eventos anteriores, como el realizado en la Universidad de los Andes el 16 de marzo de este año, ya se había pronunciado sobre este tema, no fue sino hasta este viernes que el alcalde aceptó que ningunos de sus estudios de posgrados son homologables, por lo que no pueden ser calificados como maestría o doctorado. (Lea aquí: “Estoy acostumbrado a que me madreen”: Peñalosa tras salir aplaudido de Los Andes)
“Quiero aclarar, respecto a la presentación, que no tengo ni maestría ni doctorado. Tengo un posgrado del Instituto Internacional en Administración Pública (IIAP), en París, y otro posgrado de la Universidad de Paris”, manifestó el alcalde al auditorio donde se encontraba.
Con estas palabras, el alcalde Peñalosa deja claro que no ha cursado estudios académicos de este tipo, aunque sostiene que los cursos que realizó en el exterior son del más alto nivel y, en el caso concreto de Colombia, no son equiparables.
Enrique Peñalosa es quizá uno de los mandatarios mejor preparados académicamente que ha tenido Bogotá. Su trayectoria como conferencista internacional, profesor, colaborador de medios de comunicación e investigador en áreas relacionadas con el desarrollo urbano y, muy específicamente, con temáticas sobre nuevos modelos de transporte le ha llevado por los centros de pensamiento más reputados del mundo en los cinco continentes. Y si hay una ciudad sobre cuyas problemáticas y oportunidades se ha preparado, es Bogotá.
No obstante, la falta de precisión con la que algunos de sus títulos académicos son enunciados en las hojas de vida que sobre él circulan en internet e incluso, en libros y textos académicos publicados, puso en entredicho desde hace 14 meses el asunto de los estudios que en realidad cursó el que hoy por hoy es considerado uno de los más reconocidos expertos en movilidad. El debate comenzó precisamente en El Espectador, luego de que el 7 de abril de 2016 se divulgara un artículo de los investigadores Juana Afanador y Carlos Carrillo, en la que se revelaba que los títulos de Peñalosa estaban inflados. "El tal doctorado no existe" se titulaba el artículo, que desató una polémica rápidamente aprovechada por los detractores del mandatario. De hecho, los autores del artículo que suscitó la controversia eran opositores del alcalde. (Lea: El tal doctorado de Peñalosa no existe)
El debate terminó en una cacería de brujas, en la que no solo Peñalosa, sino muchas personas resultaron con cuestionamientos sobre sus títulos, entre ellos el mismo expresidente del Concejo de Bogotá, Roberto Hinestrosa. A estas alturas del partido, mucha gente pensó que esa era una discusión perdida, hasta que Peñalosa volvió a encender el debate.
En desarrollo de un foro organizado por la Procuraduría General de la Nación, en el que fue presentado con títulos de maestría y doctorado, el alcalde reconoció que no cuenta con tales credenciales académicas, dado que sus posgrados no homologables en Colombia.
Aunque en eventos anteriores, como el realizado en la Universidad de los Andes el 16 de marzo de este año, ya se había pronunciado sobre este tema, no fue sino hasta este viernes que el alcalde aceptó que ningunos de sus estudios de posgrados son homologables, por lo que no pueden ser calificados como maestría o doctorado. (Lea aquí: “Estoy acostumbrado a que me madreen”: Peñalosa tras salir aplaudido de Los Andes)
“Quiero aclarar, respecto a la presentación, que no tengo ni maestría ni doctorado. Tengo un posgrado del Instituto Internacional en Administración Pública (IIAP), en París, y otro posgrado de la Universidad de Paris”, manifestó el alcalde al auditorio donde se encontraba.
Con estas palabras, el alcalde Peñalosa deja claro que no ha cursado estudios académicos de este tipo, aunque sostiene que los cursos que realizó en el exterior son del más alto nivel y, en el caso concreto de Colombia, no son equiparables.