Pese al riesgo de derrumbe, ¿por qué hay familias que se niegan a dejar sus casas?
Pese a las múltiples advertencias de las autoridades locales, solo 11 casas han evacuado el lugar.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
Una de las zonas más afectadas por la ola invernal en Bogotá es Ciudad Bolívar, localidad que se encuentra en estado de alerta por un posible colapso de viviendas, en los sectores de Bella Flor y Brisas del Volador.
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Una de las zonas más afectadas por la ola invernal en Bogotá es Ciudad Bolívar, localidad que se encuentra en estado de alerta por un posible colapso de viviendas, en los sectores de Bella Flor y Brisas del Volador.
De acuerdo con el IDIGER, más de 900 habitantes de 553 casas deben evacuar estos sectores por el alto riesgo de deslizamientos. De hecho, cinco familias ya se han visto afectadas y al menos 15 personas han perdido sus viviendas. Ante esta situación, las autoridades del distrito instalaron un Puesto de mando Unificado (PMU), para llevar a cabo una constante evaluación del terreno.
La Secretaría Distrital del Hábitat, la Caja de Vivienda Popular, el IDIGER y la Secretaría de Integración Social proponen una oferta social para que dichas familias salgan de estos asentamientos ilegales y accedan a una vivienda digna. Esta oferta consiste en ayudas para el pago de arrendamiento hasta por tres meses en lugares que ofrezcan condiciones de seguridad y bienestar, así como bonos de alimentos para las personas en estado de vulnerabilidad.
Sin embargo, hasta el momento solo 11 casas han sido desocupadas y nueve desmontadas. A pesar de las múltiples advertencias y el llamado urgente de las autoridades locales, quienes viven allí se rehúsan a dejar el lugar, pues afirman que las garantías de la Administración Distrital no son suficientes.
Helena Useche, líderesa social de Ciudad Bolívar y representante de la comunidad de Brisas del Volador parte alta, asegura que las familias no abandonan el lugar, porque temen perder lo poco que tienen: “son personas que la verdad no tienen recursos, no es fácil salir de su rancho a pagar un arriendo con apoyo para solo 3 meses, ¿después qué? Esas familias necesitan es trabajo para que puedan suplir sus necesidades”.
Por otra parte, Alejandra Melo, habitante de Ciudad Bolívar, confirma esa falta de garantías: “La alcaldía ha ofrecido algunos meses de arriendo, de ahí en adelante sálvese quien pueda. Nadie va entregar su casa para ir a pagar arriendo, eso es ilógico. En nuestro asentamiento no hay tierreros, los que estamos aquí es por nuestra condición socioeconómica, el mismo estado nos ha obligado a tomar esté camino, el terrorismo de estado, el abandono, la discriminación”.
Según el equipo de Gestión Policiva de la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar, la problemática es de carácter social y económica, pues los habitantes de Bella Flor y Brisas del Volador son migrantes, indígenas, desplazados y víctimas del conflicto armado.
“La mayoría de la población es vulnerable, son desplazados y migrantes, ellos consideran que las alternativas ofrecidas por el distrito no son suficientes. Adicionalmente, hay un componente de tipo cultural, ya que estos pobladores consideran que la permanencia en estos sectores les da la oportunidad de tener vivienda gratis, por proceso de reasentamiento, lo cual no es viable actualmente”, afirma Tatiana Piñeros, alcaldesa local de Ciudad Bolívar.
Aunque la Alcaldía Local tiene la obligación de realizar el control urbano y preservar la integridad física de las personas, razón por la cual deben acudir a los mecanismos legales para la recuperación de dichos predios, las ofertas y garantías están en cabeza de entidades del orden distrital como la Secretaría Distrital del Hábitat, la Caja de Vivienda Popular y la Secretaría de Integración Social.
De acuerdo con Alfredo Figueroa, profesional del área de Gestión de Riego y Cambio Climático de la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar, “desde la entidad se realizan acciones de prevención y contención para proteger la vida de quienes habitan en alto riesgo por la emergencia invernal. La invitación a los habitantes de este sector es a que evacuen, para que pongan a salvo sus familias y preserven sus vidas”.
Aunque los asentamientos irregulares están en riesgo continuamente, las amenazas por emergencias aumentan durante la temporada invernal. Parte del problema lo generan los acueductos artesanales que fabrican los habitantes de la zona, ya que esas aguas terminan filtrándose en las montañas e incrementan la probabilidad de deslizamientos. Para los habitantes del sector la problemática es mucho más grande, pues son las condiciones económicas las que no les permiten dejar sus hogares.
“Las personas que ofrecen esos terrenos son de dudosa procedencia, se aprovechan de la situación y la necesidad para ofrecer un pedazo de tierra que la gente termina comprando sin saber que es un riesgo, que es un peligro vivir allí. Yo vivo en las 21 casas de la entrada de Alpes, arriba de donde hicieron el refuerzo de la montaña. Compré ese predio hace 2 años, empezando la pandemia, cuando llegue no sabía que esto era invasión, hasta que el IDIGER nos dijo. Hay vecinos que llevan más de 10 años viviendo acá, no se quieren ir, porque es lo único que tienen”, cuenta Helena Useche.
Según los polígonos de monitoreo de la Secretaría del Hábitat, Bella Flor y Brisas del Volador hacen parte de los barrios de invasión registrados en Bogotá. Estos asentamientos están por fuera de las normas establecidas por las autoridades encargadas del ordenamiento urbano y, por lo tanto, son ilegales.
Por lo general, las viviendas ubicadas en estas zonas son autoconstruidas y no cuentan con las condiciones de habitabilidad necesarias como los servicios públicos. La invasión de estos terrenos termina generando una expansión de población en los límites de las zonas urbanas, donde los terrenos son poco estables. Ciudad Bolívar es la localidad con mayor número de ocupaciones de este tipo en la ciudad.
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