Lluvias y regreso a clases dispararían nuevo pico de enfermedades respiratorias

Desde mediados de marzo, la secretaría de Salud viene adelantando jornadas de prevención en las 20 localidades de Bogotá, como preparación ante el primer pico de enfermedades respiratorias del año que, en esta oportunidad, se disparó a mediados de mayo. En su momento, el subsecretario de Salud Pública, Julián Fernández Niño, reportó un incremento significativo del número de casos e insistió a los bogotanos en la necesidad de mantener y fortalecer las medidas básicas de autocuidado.

Desde mediados de marzo, la secretaría de Salud viene adelantando jornadas de prevención en las 20 localidades de Bogotá, como preparación ante el primer pico de enfermedades respiratorias del año que, en esta oportunidad, se disparó a mediados de mayo. En su momento, el subsecretario de Salud Pública, Julián Fernández Niño, reportó un incremento significativo del número de casos e insistió a los bogotanos en la necesidad de mantener y fortalecer las medidas básicas de autocuidado.

Y no era para menos. mientras entre enero y abril el promedio de atenciones por infección respiratoria aguda (IRA) rodeó los 35.000 casos semanales, a partir de mayo ese promedio se disparó: según información de SaludData, el promedio de atenciones entre mayo y junio alcanzó los 48.000. El incremento también se reflejó en las poblaciones más vulnerables a esta enfermedad: los niños, menores de cinco años y los adultos mayores de 60.

“Las dos poblaciones más vulnerables son los niños y las personas adultas mayores. En los menores, tienen sistemas inmunes inmaduros y es muy fácil que se contagien entre ellos, como en el colegio. Y en las personas mayores, porque como todo en la vida, las defensas también “envejecen” y la respuesta a los virus no es la misma. Entonces les suele dar más duro los cuadros gripales”, explicó el doctor Diego Severiche, médico internista neumólogo de la Fundación Neumológica Colombiana. Según la base de datos de la secretaría de Salud, el promedio semanal de atenciones de menores de cinco años pasó 6.700 (enero--abril) a casi 11.000 (mayo-junio).

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Pero ¿por qué se da en esta época del año? Según el doctor Severiche, los virus respiratorios son estacionarios y aunque en Colombia no existen tales fenómenos como la primavera, verano, otoño e invierno, sí existen picos climáticos como las lluvias recientes o el exceso de temperatura, “que favorecen la transmisión y la supervivencia de los virus en el ambiente”.

“Además, porque desde que pasó el control del covid, la gente ha bajado mucho la guardia y no ha tomado las medidas de precaución que se deberían tomar usualmente en los picos respiratorios. Entonces esto, sumado el hecho de que los programas de vacunación en adultos no es que estén en las mejores metas, pues favorece que cada año repitamos los picos respiratorios”, sentenció Severiche, quien agregó que esto último se debe a una falta de apropiación de ese hábito, como vacunarse contra la influenza cada año.

Con relación a la circulación viral para el 2024, en el análisis del comportamiento de los virus respiratorios por periodo epidemiológico desde 2022, la secretaría de Salud observó que se ha mantenido la circulación de virus como Rinovirus, Adenovirus, VSR y coronavirus. Sin embargo, esto puede cambiar y terminar por influenciar en el comportamiento del pico respiratorio. Así lo explica el médico de la Clínica Shaio, Juan Pablo Osorio Lombana, especializado en Infectología y Vigilancia Epidemiológica.

“Los picos cambian de temporada a temporada dependiendo de los virus que circulen y la intensidad de su transmisión en población susceptible. Por lo que la inmunidad contra los virus respiratorios puede ser transitoria dado que los virus mutan rápidamente, evitando la respuesta inmune, así pues, debemos estar atentos a las medidas de prevención y actualizar nuestros esquemas de vacunación”, recomendó Osorio.

Disminuye el pico respiratorio

El último reporte de atenciones por infección respiratoria aguda (IRA) en la población general en Bogotá, en lo corrido de 2024 se han reportado casi un millón de atenciones. Aunque la cifra preocupa, vale resaltar que, en comparación con el mismo periodo del año pasado, se observa una disminución del 4,5%.

En cuanto a la atención, se tiene que el 95,3% fueron en consulta externa y urgencias; 4,1% en hospitalización general y 0,5% en unidad de cuidados intensivos (UCI). Un dato que llama la atención es que, a la fecha, del total general, 5.422 casos llegaron a una unidad de cuidado intensivo. Los más afectados fueron los niños, menores de cinco años, con 53% de los casos, y los mayores de 60, con el 27%.

Aunque hay una leve disminución, las autoridades de salud siguen en alerta, pues, según el subsecretario de Salud, Julián Fernández, “hay una serie de situaciones que podrían volver a generar un incremento en las próximas semanas. Tales como los fenómenos climáticos con La Niña y el regreso de vacaciones escolares en julio-agosto”.

Este panorama lo reconfirma el doctor Diego Severiche, médico internista neumólogo de la Fundación Neumológica Colombiana. “A principios de mayo, comenzó un aumento en las consultas de cuadros respiratorios. Pero lo que es claro, es que sí estamos saliendo del pico. Si hay una disminución en las consultas, tanto de niños como de adultos. No sé si podemos decir que ya salimos, pero la tendencia es que vamos para allá”.

Respecto al porqué esta disminución en el pico, Severiche explicó que a medida que la gente se va infectando, esto se vuelve exponencial. “Uno infecta a dos, dos infectan a cuatro y así sucesivamente. Pero a medida que la gente se va infectando, va quedando menos gente para infectarse. Y como hubo un pico tan grande, hizo que buena parte de la población haya tenido contacto con el virus, y por ende, se deje de propagar con la misma velocidad”.

Ahora y con la llegada de un segundo pico respiratorio, probablemente en septiembre, octubre y noviembre, desde la secretaría de Salud indicaron estar preparándose en cuánto a intensificar la vacunación, “tenemos 200 puntos habilitados para aplicar todas las vacunas”, indicó el subsecretario, Julián Fernández; mantener la vigilancia epidemiológica “que hacemos todos los días, con o sin pico”, agregó; vigilar a los virus que están circulando; capacitar al talento humano en salud; y comunicar, enfáticamente, sobre como identificar los signos de alarma en grupos vulnerables.

No bajar la guardia y seguir recomendaciones

La vacunación es fundamental para la población con mayor riesgo, es decir, adultos mayores, niños menores de cinco años, personas con condiciones de salud especiales, talento humano en salud y gestantes, que incluso, puede salvar sus vidas. Señala la secretaría de Salud.

Para el doctor Diego Severiche, médico internista neumólogo de la Fundación Neumológica Colombiana, es válido aclarar que la vacunación no previene una infección, pero sí disminuye la probabilidad de presentar un caso severo que requiera un manejo hospitalario por infección. “Entonces, por ejemplo, la vacuna de la influenza, virus que seguramente todos caímos ahí, nos dio pocos síntomas con manejo en casa, sin acudir a urgencias”, explicó Severiche.

En cuanto a las estrategias de prevención, el médico señaló que es clave el uso del tapabocas en espacios cerrados, lavado de manos, evitar el contacto con personas con cuadros respiratorios, taparse la boca al momento de toser, mantener los espacios ventilados, evitar los cambios bruscos de temperatura, entre otros.

Eso sí, desde el ministerio de Salud, enfatizan que ante síntomas en menores de 5 años -población en mayor riesgo- como fiebre persistente, convulsiones, respira rápidamente, falta de apetito, cambios de coloración en labios y piel, se debe consultar inmediatamente al médico.

No bajar la guardia es clave en esta época donde, según el Ideam, las probabilidades de que haya fenómeno de La Niña a partir del trimestre julio- agosto- septiembre aumentaron al 64 %. Acatar y sumar a las rutinas las recomendaciones de expertos, son claves, como lo es completar el esquema de vacunación que permitirá que los virus se vuelvan leves y transitorios, y por ende, no desbordar los sistemas de atención.

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