Este año, el caudal de agua que toma la ciudad desde Tibitoc aumentó de 4,5 metros cúbicos por segundo a 7,4 m³/s.
La crisis del agua se acentúa en Bogotá. Los embalses del sistema Chingaza (Chuza y San Rafael) llevan 25 días en caída libre (hoy están al 47,09%); los hogares aflojaron las medidas de ahorro, y los esperados aguaceros, que vendría con el fenómeno de La Niña, siguen sin aparecer. Hoy, a pesar de que las autoridades distritales parecen tener un plan, el futuro inmediato se ve complejo, en especial cuando entidades como el IDEAM y la Comisión Reguladora de Agua (CRA) advierten que la temporada de lluvias tardará más de lo esperado.
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com