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La Planta Vitelma, ubicada en San Cristóbal, vuelve a operar luego de cinco años. Su operación pretenderá disminuir la producción de agua potable proveniente del Sistema Chingaza, contribuyendo así a que los embalses de Chuza y San Rafael sigan recuperando sus niveles.
Esta nueva estrategia operativa de la Empresa de Acueducto de Bogotá, diseñada en el marco del esquema de racionamiento, permitirá suministrar al suroriente de la ciudad 300 litros por segundo de agua tratada, proveniente del río San Cristóbal.
Vitelma, hace parte del sistema sur de abastecimiento de agua potable a Bogotá, fue construida en las primeras décadas del siglo pasado, entró en operación en 1938, con ocasión del cuarto centenario de la fundación de la ciudad y cesó su operación continua en 2003.
Esta planta fue declarada patrimonio histórico por su referente arquitectónico y cultural. Recientemente, fue objeto de un proceso de recuperación de su bocatoma e infraestructura, con lo cual servirá como respaldo al abastecimiento de la ciudad, especialmente en temporadas de sequía o de contingencias.
Cabe recordar que actualmente, el sistema Chingaza, que surte el 70 % de agua a Bogotá, está en niveles muy por debajo del 20 %, producto de la sequía del fenómeno de El Niño. Por ello, el Distrito tiene metas claras con el racionamiento: que el consumo diario pase de 18 a 15 m3/s y que con las lluvias el sistema Chingaza llegue al 75 % de su capacidad a finales de este año y, así no pasar afugias en 2025.
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Si bien en la ciudadanía avanza un uso consciente del agua, llegar a los 15 m³ de consumo por segundo todavía es un reto que, para Jorge Aurelio Herrera, docente de la Universidad Jorge Tadeo e investigador senior del Minciencias desde 2017 no solo debe ser una responsabilidad que recaiga en los habitantes o en los pronósticos del clima, sino en el Distrito con nuevos planes de contingencia.
“Yo no creo que lo de la penalización funcione tanto. De pronto se va a evitar gastar algo. Sí, hay un tema cultural que estamos cambiando, pero el punto es si la Alcaldía puede hacer algo más que solamente pedir que ahorren. Lo que hizo fue pasarle el problema a la ciudadanía. En ese sentido, podemos pensar en reservorios en localidades, porque el agua que llega a Bogotá no se reutiliza fácilmente. Tenemos que almacenar agua”.
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