Pólvora en Bogotá: año tras año se repiten las tragedias, ¿qué está fallando?
Durante lo que va de diciembre se reportaron 42% más quemados que el año anterior. ¿En qué radica la dificultad de lidiar con esta problemática?
Año tras año, con la llegada de la temporada de fin de año se repite la misma historia: venta ilegal de pólvora, quemados por manipulación irresponsable de elementos pirotécnicos, animales martirizados y uso de estos elementos de manera cotidiana a lo largo y ancho de la ciudad.
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Año tras año, con la llegada de la temporada de fin de año se repite la misma historia: venta ilegal de pólvora, quemados por manipulación irresponsable de elementos pirotécnicos, animales martirizados y uso de estos elementos de manera cotidiana a lo largo y ancho de la ciudad.
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Si bien el uso y la venta de artefactos pirotécnicos a personas no expertas en la materia es una prohibición expresa de las autoridades nacionales y distritales, la realidad es otra. El uso de elementos pirotécnicos es, además de expandido, normalizado. Voladores, totes, mechas, volcanes, pitos y bengalas, entre otros, conforman un amplio catálogo de productos que contienen pólvora y que se venden y se usan en el espacio público como si se tratara de cualquier producto de carácter legal.
En el centro de la ciudad, por ejemplo, en sectores populares como el barrio La Perseverancia, o el Egipto, zonas de La Candelaria y de la localidad de Santa Fe, el uso de pólvora se entiende como un ingrediente más de las celebraciones. Así como se come buñuelo y se escucha la música tradicional de diciembre, del mismo modo se usa la pólvora, que también se entiende como una tradición. La situación, en mayor o menor medida, se replica prácticamente en toda la ciudad.
Más de 150 reportes diarios por uso de pólvora
De acuerdo con la Policía Metropolitana de Bogotá, en este mes de diciembre, el promedio diario de llamadas que se reciben en la línea única de emergencia 123 por hechos relacionados con pólvora, es de unas 170 llamadas.
“La mayoría de las llamadas se reciben por la venta o el uso de pólvora en calles, parques o espacios de alta confluencia de gente, o por el transporte de grandes cantidades de estos elementos. Lo que hacemos una vez recibimos la denuncia es pasar la información al C4, hacer la verificación a través del sistema de videovigilancia si es el caso, y proceder”, confirma la Mebog. Por otro lado, buena parte de esas atenciones, además de ser por el uso de pólvora, terminan siendo por riñas.
“La gente que está cometiendo las infracciones por el uso de pólvora resulta agrediendo o riñendo con la persona que denuncia, quien generalmente acude a la Policía luego de solicitarle directamente a la otra persona que no use o venda pólvora. Entonces, además de los índices de quemados y los problemas medioambientales que se desprenden, hay delitos asociados como las lesiones personales”, señala la Policía.
Para hacerle frente a la cantidad de denuncias y el uso generalizado de pólvora a lo largo y ancho de la ciudad la Policía retomó estrategias de años anteriores como el Escuadrón Antipólvora, compuesto por guías caninos, funcionarios de infancia y adolescencia, Seccional de Investigación Judicial y Criminal (SIJÍN), de la Seccional de Inteligencia Policial (SIPOL) y uniformados del sistema de cuadrantes.
A la fecha, el desarrollo de la estrategia, de acuerdo con las cifras de Mebog, permitió, con corte al martes 17 de diciembre, la incautación de más de dos toneladas de pólvora representadas en 271.338 elementos.
Uno de los golpes más contundentes ocurrió el 10 de diciembre en una vivienda ubicada en la local de Usme, allí “el ‘escuadrón antipólvora’ halló 126.215 unidades de juegos artificiales. Se encontraron, totes, tortas de bengala, entre otros artefactos”, informó el coronel, Pedro Saavedra, Comandante Operativo de control y reacción de la Policía de Bogotá.
En otra vivienda de San Cristóbal incautaron un cargamento similar de 600 kilos de pólvora, además de varios cientos de kilos más incautados en operativos realizados en localidades como Engativá, Rafael Uribe Uribe, Suba y Los Mártires.
En comparación con las cifras de incautación del 2023, los resultados son exitosos, pues en el mismo periodo del año pasado la cantidad de pólvora incautada apenas superaba los 500 kilos. Sin embargo, lamentablemente los accidentes que resultan en quemaduras continúan siendo otra constante de la época de fin de año.
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Bogotá reporta más de 60 quemados por pólvora
Sin embargo, pese a la incidencia de los operativos y de los controles en espacio público que realizan las autoridades, es evidente que el uso de la pólvora, además de normalizado, en Bogotá es generalizado. Esta semana, por ejemplo, con el inicio de las novenas de aguinaldos el 16 de diciembre, en varias partes de la ciudad reportaron el uso de pólvora y la venta en el espacio público como si se tratara de dulces, eso sin contar el uso desmedido durante el fin de semana de la celebración del Día de las Velitas.
“Si la pólvora está prohibida en Bogotá, ¿por qué hay un expendio de venta sobre la Carrera 10 entre Calles 7 y 8 sentido sur -norte?”; En el parque Santo Cristo ubicado en Fontibón Versalles siempre dejan usar pólvora a pesar de que ahí queda un CAI”; “Si la pólvora está prohibida en Bogotá, ¿por qué todos los días se escucha pólvora en Fontibón Incluso a las 2 o 3 am?”, son algunas de las interrogantes que varios ciudadanos le han planteado a la alcaldía en redes sociales.
Pese a que este año las incautaciones superan por más del triple el número de kilos de pólvora decomisados el año pasado, los índices de quemados aumentaron más del 40% en comparación con 2023. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud publicadas en la plataforma Saludata, durante el mes de diciembre, con corte el domingo 15, en Bogotá se han reportado 67 casos de quemados por el uso irresponsable de pólvora.
La cifra, según reveló el secretario de Salud, Gerson Bermont, representa un aumento del 42% en relación con las cifras de quemados del 2023. Además, de las 67 víctimas, 25 son menores de edad (en 2023 fueron 19), 10 de ellos menores de cinco años, es decir, niños y niñas que apenas están atravesando la etapa de primera infancia. Además, otros siete menores están entre los cinco y los doce años.
“No vamos muy bien. Como sociedad tenemos que reflexionar cómo nos estamos comportando y las decisiones que tomamos para celebrar en esta navidad. Hay un descuido de las familias, no estamos protegiendo a nuestros niños. Detrás de cada menor lesionado hay un adulto irresponsable que compra y prende la pólvora y un niño curioso que se acerca o está en el sitio equivocado y resulta afectado”, señaló Bermont en entrevista con Noticias Caracol.
De las 67 personas lesionadas, dos sufrieron amputación de falanges, seis más resultaron con lesiones y secuelas oculares de por vida y dos más han perdido funciones auditivas. Además, las lesiones más comunes ocurren en cara, cuello, genitales, manos, miembros inferiores, miembros superiores, ojos y pies, en ese orden.
Por otro lado, los elementos que más causan lesiones son los voladores (23 casos), totes (14 casos) Luces de bengala (6 casos) y otros elementos (13 casos). La mayoría de los casos se presentan por manipulación de pólvora (38 casos) y por observación (23 casos)
El suplicio de los animales y otros problemas relacionados
Además de la alarmante cantidad de heridos por manipulación de pólvora, el uso de estos elementos causa varias afectaciones en distintos ámbitos. Por un lado, el uso de voladores, por ejemplo, cuya caída está fuera del control de quien lo lanza, ha causado incendios y connatos de incendio en varias oportunidades.
Un caso reciente que ilustra el problema sucedió la noche de velitas en el sector de Potreritos, en la localidad de Bosa. Esa noche, dos fábricas, una de icopor y otra de plásticos, y varias casas aledañas quedaron totalmente calcinadas tras un grave incendio que dejó a más de 80 personas damnificadas.
De acuerdo con testigos del hecho consultados por este medio en el lugar de la emergencia, las llamas se habrían generado por un volador que alguien del sector lanzó y terminó cayendo en una de las fábricas. Una vez allí el volador habría hecho contacto con otros elementos altamente inflamables, generando una pequeña llama que en cuestión de minutos se expandió y terminó consumiendo varias viviendas.
Por otro lado, la afectación que las explosiones de elementos pirotécnicos generan en los animales son graves y pese a las campañas que desincentivan el uso de pólvora en beneficio de la fauna de la ciudad, poco o nada cambia en ese sentido.
Incluso en eventos masivos como conciertos, partidos de fútbol, celebraciones religiosas o eventos culturales de gran calado, el uso de pólvora es normal e incluso avalado por las autoridades.
En perros y gatos, por ejemplo, las explosiones causan severos episodios de estrés que pueden generar una pérdida del animal por desorientación o por físico miedo, incluso en casos más extremos, como ocurrió en diciembre del año pasado en Medellín, un perro murió tras caer de un balcón de un sexto piso en su desesperado intento por buscar un refugio ante las explosiones de pólvora.
Un factor de riesgo que incide altamente en la muerte de aves, es el uso de pólvora, la cual, tras los estallidos que produce, puede causar episodios de estrés agudo y reacciones involuntarias de las aves para escapar de la amenaza que para ellas supone el ruido. En muchos de esos casos, las aves terminan estrellándose contra altos edificios y tras el trauma, generalmente fallecen.
Desde noviembre de 2022 hasta noviembre de 2024, el Instituto de Protección y Bienestar Animal de Bogotá, IDPYBA, registró 1.901 animales presuntamente afectados por el uso de pólvora en Bogotá, incluyendo 702 animales de compañía y 1.199 animales silvestres. Estas reporten tuvieron un pico significativo en fechas como el 24 y 31 de diciembre de los años anteriores.
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Algunas recomendaciones para cuidar a los animales en las festividades
- Identificar una zona de refugio donde los perros o gatos puedan sentirse seguros y cómodos.
- Acondicionar la zona cerrando cortinas, poniendo música relajante y dejando a su alcance sus juguetes favoritos.
- Utilizar feromonas o esencias florales especiales para que estén más tranquilos y reducir el estrés.
- Realizar actividades físicas previas para que los animales estén relajados y descansados al momento de los estallidos.
- Mantener puertas, ventanas y balcones cerrados para evitar fugas o accidentes.
- En caso de estar en la calle, se debe asegurar al perro con correa y arnés, con el fin de evitar que huya debido al miedo causado por la pirotecnia.
Sanciones
Finalmente, tenga en cuenta que el uso de pólvora le puede ocasionar sanciones económicas o en casos más graves, cuando un menor de edad resulte herido, sus acudientes recibirán sanciones penales y administrativas.
Así las cosas, los establecimientos comerciales que sean sorprendidos comercializando pólvora sin los permisos respondientes de Cámara de Comercio y sin atender las medidas de seguridad necesarias para el almacenamiento de material pirotécnico e inflamable, recibirán una suspensión de su actividad comercial de 10 días y en caso de que se compruebe una reincidencia, la sanción será de carácter definitivo.
Además de la suspensión de la actividad comercial, los responsables de vender pólvora serán sancionados con una multa de $693.333 y el material pirotécnico será incautado y destruido, según señala la norma.
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