Por baja disponibilidad, precio de los arriendos incrementó en Bogotá
Según el Reporte Catastral e Inmobiliario de Bogotá, 3 de cada 5 viviendas en la ciudad son para la venta, mientras que las dos restantes están disponibles para el arriendo.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
El comportamiento de la vivienda se está inclinando más hacia la venta que al arriendo. Así lo confirmó el más reciente informe sobre el mercado de inmuebles residenciales y empresariales de Catastro y el sitio web Finca Raíz.
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El comportamiento de la vivienda se está inclinando más hacia la venta que al arriendo. Así lo confirmó el más reciente informe sobre el mercado de inmuebles residenciales y empresariales de Catastro y el sitio web Finca Raíz.
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El sondeo, que toma como referencia los anuncios para el arriendo y venta de inmuebles en portales de internet, indicó que la tendencia en los últimos cuatro años ha mostrado una mayor disponibilidad para la comercialización de viviendas, que para su alquiler. De ahí, que 3 de cada 5 viviendas en la ciudad son para la venta, mientras que las dos restantes están disponibles para el arriendo.
Esta situación, que obedece a la ley de la oferta y la demanda del mercado, ha influido en el alza del precio para arrendar vivienda usada en la ciudad. Dicho rubro, conforme a los datos que arrojó el estudio, creció en un 3 % respecto a 2019. De hecho, este dato es coherente con el último reporte de inflación del Dane, el cual arrojó que el segmento de alojamiento, agua, electricidad y gas fue el segundo que más jalonó la inflación durante el último mes evaluado, con un total de 0,19 % puntos porcentuales.
Una realidad paralela se evidenció en el precio de los inmuebles para la venta, cuyo preció también aumentó 6.6% durante el primer semestre de 2023. El metro cuadrado (m2) más caro de la ciudad están en el sector de El Chico (localidad de Chapinero), en donde el precio del metro cuadrado en promedio cuesta $7.7 millones. En contraste, la vivienda más barata se puede encontrar en Tintalá (lodalidad de Kennedy) cuyos inmuebles cuestan, en promedio, 3.4 $ millones por m2.
Aunado a lo anterior, el portal inmobiliario destaca que dentro de las localidades de la ciudad las que registran mayor volumen de ofertas para la vivienda usada en venta y en arriendo son Usaquén, Suba, Chapinero, Engativá y Kennedy. No obstante, si se habla de las localidades donde hay un mayor porcentaje de viviendas en venta, respecto al arriendo, se han destacado Usme, Bosa y Usaquén.
El mercado de inmuebles corporativos no se movió tanto
La otra cara de la moneda se vivió en el mercado de las propiedades destinadas a uso empresarial. Las oficinas, bodegas y locales para el arriendo presentaron la mayor caída en la oferta desde el 2019, con una reducción del 55,5%. Ya adentrándose en el segmento, el estudio publicó que el 32% de la oferta de inmuebles no residenciales que se publicaron tenían como destino la venta y el 68% el arriendo.
Del total de la oferta de inmuebles no residenciales, el empleo como oficina ocupó la mayor participación del mercado, con 1.468 ofertadas para la venta y 2.910 para arrendar, lo que termina por acaparar el 56 % de las ventas y el 52% de los arriendos.
Es importante destacar que las localidades que registran un mayor volumen de oferta para inmuebles no residenciales usados (oficinas, locales y bodegas) son Chapinero, Usaquén, Barrios Unidos, Engativá y Fontibón.
Respecto al precio de este tipo de propiedades, para el caso de las ventas, el sector de Santa Ana Occidental (localidad de Usaquén) registró el valor más elevado, con un total de $12.2 millones por m2. Por otro lado, el sector más económico para comprar inmueble no residencial es Veracruz (localidad de Santa Fe), con un precio de $3.2 millones por m2.
La diferencia entre ambos mercados, asegura el estudio, radica también en el suelo habilitado y en la construcción de los dos tipos de inmuebles. Mientras que el residencial se apalanca en la cifra histórica de aprobación de licencias para vivienda, con más de 88 mil unidades, la realidad del no residencial es otra. Las oficinas, bodegas y locales para el arriendo presentaron la mayor caída en la oferta desde el 2019, con una reducción del 55,5%, debido a que no se está produciendo nuevo inventario en la ciudad.
En este sentido, el sector es optimista respecto a nuevas modalidades inmobiliarias que darían una mano con el tema. Una de ellas, es el resonado coworking o zonas de trabajo compartido. Esta modalidad, que permite a las personas trabajar en sus instalaciones, sin importar que sean de distintas empresas, o la modalidad de trabajo que ocupen, otorgará a largo plazo una solución al déficit de inmuebles para usos corporativos en Bogotá.
Dado lo cómodos que resultan, y la ventaja de acopiar a varios trabajadores de diversos sectores y empresas a la vez, esta nueva tendencia de empleo inmobiliario podría llegar a ser la hegemónica para la utilización de propiedades no residenciales en la ciudad, durante los próximos años.
Faltará ver como esta, y otras tendencias parecidas, dinamizan y transforman el mercado de finca raíz en la ciudad.
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