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Por censo de taxis, ex secretario de Movilidad quedó inhabilitado por once años

La Personería de Bogotá lo inhabilitó para ejercer cargos públicos durante ese tiempo.

El Espectador
28 de julio de 2009 - 08:55 a. m.
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La Dirección de Investigaciones Especiales de la Personería de Bogotá sancionó con destitución del cargo al ex Secretario de Movilidad, Luís Bernardo Villegas y la Subsecretaria de Servicios de esa entidad, Galia Dobreva y los inhabilitó para ejercer cargos públicos durante once y diez años, respectivamente.

Mediante un comunicado oficial, la Personería de Bogotá informó que a los funcionarios se les acusó de evadir el proceso licitatorio para escoger la mejor firma para realizar el censo de taxis y a través de una adición a un contrato de concesión suscrito con Servicios Integrales para la Movilidad (SIM),  le dieron esa tarea a esa empresa.

La adición, realizada en julio de 2008, tuvo un costo de 5.600 millones de pesos para realizar un inventario físico de taxis de la ciudad e instalar 52 mil dispositivos de tarjetas electrónicas de operación y la provisión, instalación, mantenimiento y reparación de los dispositivos necesarios para la detección de los vehículos que posean tarjeta electrónica.

De acuerdo con el fallo se les encontró que responsables de intervenir en el trámite, aprobación, celebración o ejecución de contrato estatal, con omisión de los estudios técnicos, financieros o jurídicos previos requeridos para su ejecución.

Se determinó que ni siquiera realizaron el análisis técnico y económico para saber el valor estimado del contrato, ni establecieron con anticipación la capacidad técnica y operativa del SIM para la ejecución del censo y control de taxis en la ciudad. 

Por esas faltas calificadas como gravísimas, se les encontró responsables de violar el principio de transparencia y el deber de selección objetiva previstos en las normas que regulan la contratación administrativa al evadir el proceso licitatorio.

El fallo de primera instancia puede ser apelado por los funcionarios sancionados.

Por El Espectador

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