¿Por qué en Bogotá hay más de 730 puntos críticos de basuras?
Cómo indica el director de la UAESP, el sistema de recolección de basuras en la ciudad, instaurado hace cinco años, ya no responde a ciertas necesidades de la ciudad.
Fernan Fortich
Ratones, malos olores y basuras esparcidas, entre otros factores, alarman a la capital por la nueva crisis de basuras, la cual evidencia que el modelo de aseo se volvió ineficiente. De acuerdo con la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), en Bogotá hay 730 puntos críticos de disposición de basuras en las localidades.
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Ratones, malos olores y basuras esparcidas, entre otros factores, alarman a la capital por la nueva crisis de basuras, la cual evidencia que el modelo de aseo se volvió ineficiente. De acuerdo con la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), en Bogotá hay 730 puntos críticos de disposición de basuras en las localidades.
Estos se caracterizan por tratarse, generalmente, de zonas de disposición de escombros o residuos de obra, adonde también llegan los residuos de bolsa negra domiciliaria, los cuales ya es común ver, sobre todo, en lotes o debajo de los puentes. Este sucio paisaje llevó a la Procuraduría a emitir una alerta con posibles consecuencias administrativas a la Alcaldía de Bogotá, con la intención de que actúe pronto y se pueda evitar una emergencia sanitaria.
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“Se advirtió que la acumulación indebida e inadecuada de residuos en vías públicas genera la proliferación de vectores, gas metano y lixiviados, entre otros. Además, pone en riesgo la salud pública y el medio ambiente de los bogotanos”, indicó el ente de control.
Y es que esta crisis llega en el momento en el que se define el Plan de Gestión Integral de Residuos (PGRIS), el cual está siendo renegociado entre el Distrito y los operadores de la ciudad, donde se definirán responsabilidades y estrategias para frenar el fenómeno.
¿Cuál es el panorama?
“Los puntos críticos son una distorsión del sistema de aseo, que se planteó en la ciudad. El sistema fue pensado para que los residuos fueran dispuestos en los contenedores, no en la vía pública, ni en los lotes o en las áreas libres o de espacio público”, señaló Juan Carlos López, director de la UAESP.
Esta entidad asegura estar invirtiendo cerca de $17.000 millones al año de los recursos de aseo y junto con los operadores realiza cerca de 10 a 15 operativos semanales para controlar los puntos críticos. No obstante, el reto de la atención de estas zonas es que no son permanentes, por lo que, en ocasiones, se atienden los puntos, pero estos resurgen en otras partes del barrio. En ese sentido, cabe preguntarse si el modelo de aseo implementado en 2018 ha servido para controlar este fenómeno, que ahora implica acciones adicionales a las obligaciones pactadas en el contrato original.
Cabe señalar que hoy la recolección en Sumapaz, Usme, San Cristóbal, Santa Fe, Chapinero y Usaquén está a cargo de Promoambiental; por su parte, Lime S.A. opera en Ciudad Bolívar, Bosa, Tunjuelito, Rafael Uribe, Antonio Nariño, Los Mártires, Puente Aranda y Teusaquillo; Ciudad Limpia cubre Fontibón y Kennedy; Bogotá Limpia se encarga de Engativá y Barrios Unidos, y Área Limpia trabaja en Suba. Pese a que cada una tiene su zona, sus pleitos han llegado a los tribunales.
“En su momento, varios expertos y empresas comentaron que en la construcción del esquema había inconsistencias que podrían generar problemas más adelante. Sin embargo, por la celeridad con que se adjudicaron los contratos, no se contemplaron, y eso causó muchos retos que persisten”, manifestó Ricardo Herrera, experto en servicios públicos.
Pero, ¿cuáles son los resultados? Según cifras del Distrito, al inicio de la concesión había identificados 845 puntos críticos en la ciudad.
Es decir, en los últimos años se han reducido 17 % (145 puntos), lo que muestra un leve avance parcial en esta materia. Por su parte, las estrategias de contenedores y cestas de basuras que hacen parte del esquema también han complicado el panorama en la ciudad, ya que hay déficit de estos elementos en el espacio público.
De esta manera, se instalaron 80.000 canecas al inicio del contrato, pero en los primeros tres años (2018-2021) se reportó la pérdida 13.338. Así, se estima que en la capital hay un déficit de 20.000 cestas basuras en espacio público, lo que contribuye a la acumulación de basuras en la ciudad.
“Aquí debemos entender que un punto crítico es aquel lugar donde no se tiene ningún tipo de control por parte de la comunidad o por parte de las autoridades competentes y es allí donde se generan arrojos constantes de escombros o residuos voluminosos. Desde el inicio del contrato, en el año 2018, en el caso de la localidad de Suba se han reducido estos puntos 30 %”, indicó la concesionaria Área Limpia, una de las cinco empresas de aseo de la ciudad.
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¿Y el reciclaje y la cultura ciudadana?
De acuerdo con las últimas cifras de la UAESP, en la capital del país se recicla cerca del 18 % de las más de 6.000 toneladas diarias de residuos que se producen en Bogotá. En ese sentido, “los puntos críticos de basuras pocas veces tienen elementos de valor para los recicladores, porque se trata de elementos que, por su mala disposición, se ensucian y pierden valor de mercado, por eso se vuelven puntos olvidados en la ciudad”, indicó Nohora Padilla, presidente de la Asociación Nacional de Recicladores.
Según Padilla, estas tasas de reciclaje podrían ser mucho mayores en la capital, pero la mala disposición impide que se haga un correcto aprovechamiento, con la falta de separación en la fuente de producción de los desechos. Por su parte, tanto los operadores como el Distrito indican que para atender este fenómeno se necesita mejorar la cultura ciudadana, para que el sistema, con los modelos y frecuencias de recorridos establecidos por los concesionarios, tenga efecto.
“Los contenedores solo se pueden reubicar previa autorización de la web o análisis técnicos de microrrutas que hace el operador, pero lo cierto es que su actual uso no responde a las realidades que se viven en los distintos puntos de la ciudad”, indicó el director de la UAESP.
En contraste, no se conocen los resultados de estrategias pedagógicas del Distrito, con el aumento de solo el 2 % de las tasas de reciclaje en los últimos cinco años. Por el momento, están pendientes los cambios que se generen en el modelo de basuras en la ciudad, que por el momento es un esquema cuyos resultados siguen sin ser claros.
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