Por qué los chinos venden tan barato en San Victorino

Tras la protesta que protagonizaron este miércoles los comerciantes de San Victorino (Bogotá) por el aumento de negociantes chinos en el sector (a los que señalan de ejercer competencia desleal, por vender más barato), Kenny Tsui, presidente de la Comunidad China en Colombia, le salió al paso a las críticas. En tono conciliador explicó que no son competencia desleal y que todo es un malentendido que radica en los procedimientos que aplican chinos y colombianos a la hora de ir a negociar en su país. Explicó por qué pueden vender tan barato. (Vea las imágenes de la protesta de los comerciantes de San Victorino)

Según Tsui, mientras un chino sabe llegar al fabricante (gracias a la facilidad del idioma) y logra comprar saldos a muy buen precio, los colombianos adquieren sus productos en ferias comerciales y a través de intermediarios, lo que finalmente incrementa sus precios de compra entre 20% y 30%. “A esto se suma que, mientras un chino busca un margen de ganancia menor para vender en volumen (una blusa que le costó $10.000, prefiere cobrar $12.000, pero vender 200 pacas), el colombiano siempre busca vender a un mayor precio (la misma blusa la vende en $30.000)”.

Frente a las denuncias de contrabando, el presidente de la Comunidad China en Colombia, insiste en que es un problema que han venido superando. “Antes era mucha la mercancía que se incautaba por ser de contrabando, pero hemos venido trabajando fuerte en ese asunto y hoy, puedo decir, que la mayor parte de la mercancía que llega a San Victorino tiene su manifiesto de importación”

Otra explicación a los precios bajos que ofrecen los comerciantes chinos es que casi no cierran sus negocios. “Una pareja prácticamente tiene su negocio abierto 365 días al año y entre ellos se rotan para descansar. Por eso, mucha clientela que llega de otros municipios y departamentos, encuentran abierto estos negocios en días y horarios que otros comerciantes no. Aunque puede haber molestia, también se debe tener en cuenta que cada inversión de un ciudadano chino en Colombia está aportando un granito para generar empleo”.

Según cifras de Fenalco Bogotá, en San Victorino funcionan 2.500 establecimientos comerciales, que generan 23.800 empleos directos e indirectos, y hay 5.000 familias comerciantes. Según Tsui, se calcula que en Bogotá viven 4.000 ciudadanos, que se dedican al comercio en restaurantes, importación al por mayor o venta al detal. De éstos, en San Victorino hay al menos 250.

El presidente de la Comunidad China, que dice ser más colombiano que cualquiera, concluye diciendo que buscará aclarar la situación con los líderes de los comerciantes de San Victorino, con quienes espera reunirse en los próximos días para establecer lazos de entendimiento.

Visitantes chinos

Desde 2008, según datos de Migración Colombia, en promedio ingresan al país cerca de 1.000 ciudadanos del país asiático a Colombia. En 2014 ingresaron 9.114, el año pasado 13.418 y hasta abril de este año han ingresado 4.869. Sin embargo, no se tiene un registro de cuántos llegan o se quedan de manera ilegal.

Tras la protesta que protagonizaron este miércoles los comerciantes de San Victorino (Bogotá) por el aumento de negociantes chinos en el sector (a los que señalan de ejercer competencia desleal, por vender más barato), Kenny Tsui, presidente de la Comunidad China en Colombia, le salió al paso a las críticas. En tono conciliador explicó que no son competencia desleal y que todo es un malentendido que radica en los procedimientos que aplican chinos y colombianos a la hora de ir a negociar en su país. Explicó por qué pueden vender tan barato. (Vea las imágenes de la protesta de los comerciantes de San Victorino)

Según Tsui, mientras un chino sabe llegar al fabricante (gracias a la facilidad del idioma) y logra comprar saldos a muy buen precio, los colombianos adquieren sus productos en ferias comerciales y a través de intermediarios, lo que finalmente incrementa sus precios de compra entre 20% y 30%. “A esto se suma que, mientras un chino busca un margen de ganancia menor para vender en volumen (una blusa que le costó $10.000, prefiere cobrar $12.000, pero vender 200 pacas), el colombiano siempre busca vender a un mayor precio (la misma blusa la vende en $30.000)”.

Frente a las denuncias de contrabando, el presidente de la Comunidad China en Colombia, insiste en que es un problema que han venido superando. “Antes era mucha la mercancía que se incautaba por ser de contrabando, pero hemos venido trabajando fuerte en ese asunto y hoy, puedo decir, que la mayor parte de la mercancía que llega a San Victorino tiene su manifiesto de importación”

Otra explicación a los precios bajos que ofrecen los comerciantes chinos es que casi no cierran sus negocios. “Una pareja prácticamente tiene su negocio abierto 365 días al año y entre ellos se rotan para descansar. Por eso, mucha clientela que llega de otros municipios y departamentos, encuentran abierto estos negocios en días y horarios que otros comerciantes no. Aunque puede haber molestia, también se debe tener en cuenta que cada inversión de un ciudadano chino en Colombia está aportando un granito para generar empleo”.

Según cifras de Fenalco Bogotá, en San Victorino funcionan 2.500 establecimientos comerciales, que generan 23.800 empleos directos e indirectos, y hay 5.000 familias comerciantes. Según Tsui, se calcula que en Bogotá viven 4.000 ciudadanos, que se dedican al comercio en restaurantes, importación al por mayor o venta al detal. De éstos, en San Victorino hay al menos 250.

El presidente de la Comunidad China, que dice ser más colombiano que cualquiera, concluye diciendo que buscará aclarar la situación con los líderes de los comerciantes de San Victorino, con quienes espera reunirse en los próximos días para establecer lazos de entendimiento.

Visitantes chinos

Desde 2008, según datos de Migración Colombia, en promedio ingresan al país cerca de 1.000 ciudadanos del país asiático a Colombia. En 2014 ingresaron 9.114, el año pasado 13.418 y hasta abril de este año han ingresado 4.869. Sin embargo, no se tiene un registro de cuántos llegan o se quedan de manera ilegal.