¿Por qué no se inundó la ciudad este invierno?
Gracias una serie de obras realizadas por el Empresa de Acueducto, el río Tunjuelo no se ha salido de su cauce como era habitual en la temporada invernal.
María Camila Peña
Pese a que en la última temporada invernal más de un millón 225 mil personas resultaron afectadas, 69 muertas, 98 heridas, 18 continúan desaparecidas y más de 100 mil viviendas están destruidas en 428 municipios del país, en Bogotá el invierno no cobró víctimas.
Según los reportes del Departamento de Prevención Atención de Emergencias (DPAE), en la capital se presentaron encharcamientos en algunas zonas, producto del mal manejo de las basuras que terminó taponando las alcantarillas, pero no se desbordó ninguno de los ríos como era común en esta temporada.
La explicación, según los funcionarios de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, son los $727 mil millones que la empresa ha invertido en los últimos dos años en los ríos Bogotá, Fucha, Salitre y Tunjuelo.
En el caso de este último, uno de los que más afectaciones traía para la ciudad debido a sus constantes desbordamientos en los sectores bajos de la cuenca baja (Kennedy, Bosa, Meissen y el municipio de Soacha), el Distrito viene trabajando en un sistema de colección de aguas negras (ver infografía) que pretende aligerar los líquidos transportados por este canal y así prevenir futuras inundaciones.
En síntesis, se trata de una serie de obras o tubos paralelos al río Tunjuelo que recogen las aguas contaminadas de las fábricas y viviendas. De esta forma, a la vez que se descontamina el río, se reduce su caudal para que cuando se presenten largos períodos de lluvia, como el que acaba de pasar, no se suban sus niveles .
Desde la parte alta del Tunjuelo hasta su desembocadura en el río Bogotá, se ha construido una serie de interceptores (tubos que recogen las aguas negras) los cuales, en aproximadamente 10 años, llevarán todas las aguas contaminadas de esta cuenca a una planta de tratamiento de aguas residuales en la zona del Salto del Tequendama.
Las obras de la Empresa de Acueducto en el Tunjuelo benefician a más de dos millones de personas que habitan las zonas ribereñas. En total se han invertido $420 mil millones. Cantarrana es una de las obras principales del sistema del Tunjuelo. Ésta funciona como una represa seca que tiene la capacidad de retener hasta dos millones y medio de metros cúbicos, en caso de que los niveles del río suban. Según los funcionarios de la Empresa de Acueducto, de esta manera se evita que los barrios que quedan en las zonas bajas del río se inunden.
Con el fin de completar este sistema de aliviamiento del río Tunjuelo, la empresa construirá un tanque de retención de tormentas en la zona media del río, que tendrá como objetivo almacenar el agua cuando se presente una creciente, y el interceptor Tunjuelo-Canoas que se conectará con el interceptor Fucha-Tunjuelo, actualmente en construcción, para llevar las aguas residuales a la planta de tratamiento Petar Canoas que completaría el sistema de saneamiento del río Bogotá. Esta planta trataría aproximadamente cuatro metros cúbicos por segundo.
La semana pasada el ministro de Ambiente, Juan Lozano, el Contralor General y otras autoridades ambientales se reunieron para definir el futuro de esta planta. Al final del encuentro se concluyó que en enero se realizará una reunión para establecer los acuerdos técnicos y en febrero se firmará el cierre financiero. Según la Empresa de Acueducto éste es el último paso para completar el sistema de colección de aguas negras del río Bogotá.
Pese a que en la última temporada invernal más de un millón 225 mil personas resultaron afectadas, 69 muertas, 98 heridas, 18 continúan desaparecidas y más de 100 mil viviendas están destruidas en 428 municipios del país, en Bogotá el invierno no cobró víctimas.
Según los reportes del Departamento de Prevención Atención de Emergencias (DPAE), en la capital se presentaron encharcamientos en algunas zonas, producto del mal manejo de las basuras que terminó taponando las alcantarillas, pero no se desbordó ninguno de los ríos como era común en esta temporada.
La explicación, según los funcionarios de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, son los $727 mil millones que la empresa ha invertido en los últimos dos años en los ríos Bogotá, Fucha, Salitre y Tunjuelo.
En el caso de este último, uno de los que más afectaciones traía para la ciudad debido a sus constantes desbordamientos en los sectores bajos de la cuenca baja (Kennedy, Bosa, Meissen y el municipio de Soacha), el Distrito viene trabajando en un sistema de colección de aguas negras (ver infografía) que pretende aligerar los líquidos transportados por este canal y así prevenir futuras inundaciones.
En síntesis, se trata de una serie de obras o tubos paralelos al río Tunjuelo que recogen las aguas contaminadas de las fábricas y viviendas. De esta forma, a la vez que se descontamina el río, se reduce su caudal para que cuando se presenten largos períodos de lluvia, como el que acaba de pasar, no se suban sus niveles .
Desde la parte alta del Tunjuelo hasta su desembocadura en el río Bogotá, se ha construido una serie de interceptores (tubos que recogen las aguas negras) los cuales, en aproximadamente 10 años, llevarán todas las aguas contaminadas de esta cuenca a una planta de tratamiento de aguas residuales en la zona del Salto del Tequendama.
Las obras de la Empresa de Acueducto en el Tunjuelo benefician a más de dos millones de personas que habitan las zonas ribereñas. En total se han invertido $420 mil millones. Cantarrana es una de las obras principales del sistema del Tunjuelo. Ésta funciona como una represa seca que tiene la capacidad de retener hasta dos millones y medio de metros cúbicos, en caso de que los niveles del río suban. Según los funcionarios de la Empresa de Acueducto, de esta manera se evita que los barrios que quedan en las zonas bajas del río se inunden.
Con el fin de completar este sistema de aliviamiento del río Tunjuelo, la empresa construirá un tanque de retención de tormentas en la zona media del río, que tendrá como objetivo almacenar el agua cuando se presente una creciente, y el interceptor Tunjuelo-Canoas que se conectará con el interceptor Fucha-Tunjuelo, actualmente en construcción, para llevar las aguas residuales a la planta de tratamiento Petar Canoas que completaría el sistema de saneamiento del río Bogotá. Esta planta trataría aproximadamente cuatro metros cúbicos por segundo.
La semana pasada el ministro de Ambiente, Juan Lozano, el Contralor General y otras autoridades ambientales se reunieron para definir el futuro de esta planta. Al final del encuentro se concluyó que en enero se realizará una reunión para establecer los acuerdos técnicos y en febrero se firmará el cierre financiero. Según la Empresa de Acueducto éste es el último paso para completar el sistema de colección de aguas negras del río Bogotá.