Por tentativa de feminicidio y abuso a una estudiante, señalado pagará cárcel

En la audiencia de imputación de cargos, a Jeison Nicolis Piñas Herreras, el hombre señalado de abusar sexualmente a una estudiante de 18 años en Nueva Castilla (Kennedy), le imputaron cargos por los delitos de tentativa de feminicidio y acceso carnal violento, pero no aceptó cargos. Esto, a pesar de que en la audiencia la Fiscalía relató como el sujeto habría cometido el delito contra la estudiante en horas de la mañana, y luego huyó continuando con su jornada habitual.

Contexto: Capturan al señalado de agredir y abusar sexualmente de una estudiante en Kennedy

Fue una fiscal adscrita a la Unidad de Delitos Sexuales, quien siguió los pasos que dio Piñas Herreras, la mañana del 1 de noviembre, día en que habría abusado de la joven. A través de las cámaras de seguridad, la fiscal intenta demostrar que este hombre, de nacionalidad venezolana, se percató de que la estudiante se dirigía hacia su colegio y la abordó de manera violenta para someterla en una zona verde.

“Presuntamente, golpeó en repetidas oportunidades a la víctima hasta dejarla inconsciente y luego la sometió sexualmente. La joven fue encontrada por vecinos de la zona, quienes avisaron a las autoridades para que le brindaran atención inmediata”, indica el informe entregado por el ente investigador.

Luego de relatar los hechos investigados, la fiscal imputó los cargos argumentando que el delito de acceso carnal -cuya pena asciende de 12 a 20 años de prisión- fue cometido bajo la agravante de tentativa de feminicidio. “La joven fue instrumentalizada por su género, agravado de conformidad con el artículo 104b porque se cometió esa tentativa de feminicidio con posterioridad a la agresión sexual”, señaló en la audiencia.

La pena que enfrenta Piñas, según los cargos imputados, van de 26 a 40 años de cárcel. En este caso, las audiencias continuarán en otras fases hasta que finalmente el juez emita un resultado y una condena.

Este caso también puso en evidencia la grave situación de abusos sexuales y agresiones contra las mujeres que habitan en la capital. El sector estudiantil y habitantes de Kennedy protestaron después de este grave suceso. Y es que el informe Bogotá Cómo Vamos, da cuenta de tres localidades en las que se concentran la mayor cantidad de delitos sexuales: Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa, y apunta que dentro de los 51,165 procesos de restitución de derechos que abrió el ICBF, el 35% del total, corresponden a violencia sexual. Del total de casos en 2022, el 82,1% del total de las víctimas eran menores de edad, y de ese porcentaje, el 86,5% fueron niñas y adolescentes.

“Lo que pasa sobre la Av. Guayacanes no es una novedad. La mayoría de los estudiantes de este colegio y de muchos otros que quedan por la zona tienen que pasar por esa avenida, cuando todavía está oscuro. Y como no hay iluminación, ese trayecto se presta para todo. Además, la cantidad de lotes baldíos que hay en ambos sentidos, son una guarida para los ladrones y los violadores”, le dijo a este diario una docente del colegio Gabriel Betancourt Mejía.

Le puede interesar: Cae red criminal dedicada al secuestro y desplazamiento forzado de familias

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

En la audiencia de imputación de cargos, a Jeison Nicolis Piñas Herreras, el hombre señalado de abusar sexualmente a una estudiante de 18 años en Nueva Castilla (Kennedy), le imputaron cargos por los delitos de tentativa de feminicidio y acceso carnal violento, pero no aceptó cargos. Esto, a pesar de que en la audiencia la Fiscalía relató como el sujeto habría cometido el delito contra la estudiante en horas de la mañana, y luego huyó continuando con su jornada habitual.

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Fue una fiscal adscrita a la Unidad de Delitos Sexuales, quien siguió los pasos que dio Piñas Herreras, la mañana del 1 de noviembre, día en que habría abusado de la joven. A través de las cámaras de seguridad, la fiscal intenta demostrar que este hombre, de nacionalidad venezolana, se percató de que la estudiante se dirigía hacia su colegio y la abordó de manera violenta para someterla en una zona verde.

“Presuntamente, golpeó en repetidas oportunidades a la víctima hasta dejarla inconsciente y luego la sometió sexualmente. La joven fue encontrada por vecinos de la zona, quienes avisaron a las autoridades para que le brindaran atención inmediata”, indica el informe entregado por el ente investigador.

Luego de relatar los hechos investigados, la fiscal imputó los cargos argumentando que el delito de acceso carnal -cuya pena asciende de 12 a 20 años de prisión- fue cometido bajo la agravante de tentativa de feminicidio. “La joven fue instrumentalizada por su género, agravado de conformidad con el artículo 104b porque se cometió esa tentativa de feminicidio con posterioridad a la agresión sexual”, señaló en la audiencia.

La pena que enfrenta Piñas, según los cargos imputados, van de 26 a 40 años de cárcel. En este caso, las audiencias continuarán en otras fases hasta que finalmente el juez emita un resultado y una condena.

Este caso también puso en evidencia la grave situación de abusos sexuales y agresiones contra las mujeres que habitan en la capital. El sector estudiantil y habitantes de Kennedy protestaron después de este grave suceso. Y es que el informe Bogotá Cómo Vamos, da cuenta de tres localidades en las que se concentran la mayor cantidad de delitos sexuales: Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa, y apunta que dentro de los 51,165 procesos de restitución de derechos que abrió el ICBF, el 35% del total, corresponden a violencia sexual. Del total de casos en 2022, el 82,1% del total de las víctimas eran menores de edad, y de ese porcentaje, el 86,5% fueron niñas y adolescentes.

“Lo que pasa sobre la Av. Guayacanes no es una novedad. La mayoría de los estudiantes de este colegio y de muchos otros que quedan por la zona tienen que pasar por esa avenida, cuando todavía está oscuro. Y como no hay iluminación, ese trayecto se presta para todo. Además, la cantidad de lotes baldíos que hay en ambos sentidos, son una guarida para los ladrones y los violadores”, le dijo a este diario una docente del colegio Gabriel Betancourt Mejía.

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