Preocupación por monopolio rentístico de licores en Bogotá: las cifras no favorecen a la ciudad
El monopolio rentístico de licores en Bogotá limita su autonomía y recursos, beneficiando a Cundinamarca mientras la capital recibe solo un 10,5% de las ganancias.
El panorama actual del monopolio rentístico de licores destilados en Bogotá, especialmente del aguardiente, ha generado preocupación debido a su impacto en la autonomía territorial y los recursos de la capital. Este monopolio, diseñado originalmente para que los departamentos protegieran sus industrias licoreras y obtuvieran recursos para la salud, educación y deporte, actualmente presenta varios problemas.
En Bogotá, una parte significativa de los recursos generados por el monopolio rentístico se entrega a Cundinamarca, mientras que la ciudad solo recibe el 10,5% de la participación de las ventas de licores destilados. Además, la capital no tiene representación en la Junta Directiva de la Empresa de Licores de Cundinamarca, lo que limita su influencia en las decisiones sobre qué productos se venden en su mercado.
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El año pasado, la Empresa de Licores de Cundinamarca prohibió la venta de productos como el Aguardiente Amarillo para evitar la libre competencia, lo cual generó controversia. La información financiera de la empresa no es pública y los recursos que recibe Bogotá por este monopolio son comparables a lo que una alcaldía local invierte en deporte.
La situación ha llevado a debates sobre la efectividad y pertinencia del monopolio. Aunque se reconoce que se creó para financiar servicios públicos esenciales, se argumenta que es una figura obsoleta que no cumple su propósito y afecta la autonomía territorial y la libertad económica. Se sugiere que los objetivos de financiar la salud y el deporte podrían alcanzarse mediante otros medios, como la tributación, sin perjudicar los mercados y consumidores.
Habrá demanda de inconstitucionalidad
En respuesta a esta problemática, el conejal Juan David Quintero ha anunciado la intención de presentar una demanda de inconstitucionalidad contra la Ley 1816 de 2016, con el objetivo de que Bogotá gestione sus recursos de manera más eficiente y autónoma, asegurando que la mayor parte de estos se destinen a intereses sociales.
“Con esto corregimos un error y es que supuestamente esos recursos están destinados para mejorar la salud y el deporte; sin embargo, lo que recibe Bogotá por este concepto es demasiado bajo”, señaló el cabildante.
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Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
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Habrá demanda de inconstitucionalidad
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“Con esto corregimos un error y es que supuestamente esos recursos están destinados para mejorar la salud y el deporte; sin embargo, lo que recibe Bogotá por este concepto es demasiado bajo”, señaló el cabildante.
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