Prórroga o paro, las opciones en el lío de las rutas Soacha-Bogotá
Con el fin del convenio de movilidad entre Bogotá y Soacha, cinco rutas dejarán de operar. Son 500 buses que no podrían ingresar a la capital y que movilizan casi 100.000 pasajeros al día. El Ministerio de Transporte gestiona una prórroga del convenio. Los conductores anuncian paro.
Juan Camilo Parra
Cada día, a las 3:00 a.m., Camilo Jiménez, conductor de bus en el corredor Soacha-Bogotá, se alista para poner a andar el vehículo que compró junto a un socio hace tres meses. Antes de entregarle el bus a su compañero hace cuatro recorridos, en los que gasta seis horas, y en un buen día puede transportar hasta 200 pasajeros entre Compartir y la calle 80.
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Cada día, a las 3:00 a.m., Camilo Jiménez, conductor de bus en el corredor Soacha-Bogotá, se alista para poner a andar el vehículo que compró junto a un socio hace tres meses. Antes de entregarle el bus a su compañero hace cuatro recorridos, en los que gasta seis horas, y en un buen día puede transportar hasta 200 pasajeros entre Compartir y la calle 80.
Desde que este conductor de 27 años supo en noticias que acabaría el convenio, que hoy permite el paso de su bus a Bogotá, vive una incertidumbre que comparten otros 500 conductores y casi 90.000 pasajeros que a diario se benefician de este servicio. “Tres familias viven de este bus”, expresó Jiménez, quien ayer estaba a la expectativa de la reunión entre la Alcaldía de Soacha, el Ministerio de Transporte y gremios de buses.
Ante dicha reunión, el grupo de conductores de Soacha, que cubren las rutas Corabastos, Compensar, Av. Boyacá, Éxito de la 80 y Teusaquillo, cancelaron el paro que tenían programado para este martes. Decidieron esperar noticias sobre el futuro del convenio, y este viernes 27 de octubre tomarán una decisión definitiva.
Incertidumbre
Jiménez trabaja en este oficio desde los 18 años, como muchos otros conductores. Él es consciente de que el transporte en Soacha tiene que reformularse, pero piensa que el anuncio de la Secretaría de Movilidad de Bogotá, de que no renovaría el convenio que permite la entrada de buses urbanos de Soacha a la capital, fue abrupto y no tuvo en cuenta los empleos de los miles de conductores. “Esta es la hora en que no sabemos qué va a pasar después del 7 de noviembre que acabe el convenio”, añade.
La complejidad de esta problemática, que data de una década atrás, cuando empezó el convenio, radica en que persisten “distorsiones en la información y especulación”, como piensa Alexandra Vásquez, representante a la Cámara y habitante de Soacha. “La alcaldesa Claudia López dice que no puede seguir permitiendo el ingreso de vehículos con más de 20 años de operación a Bogotá, y el alcalde Saldarriaga señala que es una presión para que el municipio entre a la Región Metropolitana”, explicó la representante.
Conductores como Camilo Jiménez ven cómo todo su capital está en riesgo. Él entregó tres buses para chatarrizar y, gracias a ello, pudo adquirir recientemente el colectivo para 18 pasajeros, con el que cubre una ruta que está en riesgo de desaparecer.
La representante Vásquez añade que el anterior alcalde de Soacha dejó el Decreto 587 de 2019, que esbozaba la necesidad de comenzar una transición de transporte en el municipio, más controlada y que tuviese en cuenta el impacto medioambiental. “En esta administración hubo negligencia en este aspecto. No tomó las medidas que debían tomarse desde hace cuatro años, lo que nos trae a este conflicto a dos semanas de que venza el convenio”.
¿Prórroga o paro?
“Nos quieren dar pañitos de agua tibia”, afirmó Jiménez al término de la reunión de ayer entre el Ministerio de Transporte, gremios de buses y la Alcaldía de Soacha. En el encuentro el Ministerio reiteró que la semana pasada envió una carta a la alcaldesa Claudia López pidiéndole considerar los términos del convenio. La carta aún no tiene respuesta, pero la cartera de Transporte puso en la mesa una posible prórroga hasta el 31 de diciembre.
“El convenio probablemente no siga. El viceministro nos confirmó el envío de la carta, que tendrá que ser respondida entre martes y miércoles. En este momento el convenio terminará el 7 de noviembre, pero ya hablan de una posible prórroga de dos meses. Quedamos quietos, si no hay algún pronunciamiento de aquí al viernes informaremos del cese de actividades”, aseguró una representante de los conductores al termino de la reunión.
La carta que envió el Ministerio detalla que la nueva reunión será el próximo viernes 27 de octubre, a las 9:00 a.m. “El Ministerio convoca de manera urgente a las partes suscribientes del convenio a una nueva sesión del comité derivado del mismo, en la sala de juntas de la Dirección de Transporte y Tránsito. Es preciso señalar que esta cartera ministerial ha sido convocada en calidad de invitada y su participación se ha encauzado en la búsqueda de las soluciones que, técnica y socialmente, garanticen el derecho a la movilidad de los ciudadanos”, señala la misiva conocida por este diario.
Vásquez opina que una posible prórroga prolongaría la inacción y dejaría el “chicharrón” al próximo alcalde. “De darse la prórroga continuará la incertidumbre el 1° de enero de 2024. El temor es que siga la improvisación en este tema y los conductores no tengan más opción que programar un paro”.
Alternativas, ¿suficientes?
Frente al panorama y la decisión de terminar el convenio, el Distrito Capital anunció que la ciudadanía seguirá contando con la oferta de transporte intermunicipal habilitada por el Ministerio de Transporte, sumado a las nuevas rutas habilitadas por el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) en su componente zonal y el refuerzo de las rutas alimentadoras del componente troncal.
“Estos servicios pueden suplir la demanda, pero con muy bajo alcance. No se trata solo de la autopista Sur. Hablamos de habitantes de barrios como Danubio, San Humberto y Ciudad Verde. Transmilenio vemos que en Soacha en horas pico es completamente inviable, le sumaría casi 100.000 personas más al sistema de transporte. Podría colapsar. Es un tema de calidad de vida y dignidad de las personas”, analiza la representante Vásquez.
Camilo Jiménez dice que seguirá levantándose a las 3:00 a.m. para seguir recuperando la inversión del bus. La expectativa está puesta en el viernes 27 de octubre, día en que se sabrá si hay acuerdo o hay paro, el cual sin duda afectaría una de las principales salidas que tiene Bogotá por el sur de la ciudad.