Protestas, fraude y evasión al SOAT: ¿por qué tanta tensión con los moteros?
En Colombia, seis de cada diez vehículos que ruedan por las calles son motocicletas. Así mismo, son las que mayor número de víctimas en accidentes viales registran. En cifras, le mostramos la huella de este medio de transporte en el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) y cuántas hay registradas en el país.
Otra jornada de movilizaciones protagonizadas por motociclistas, clubes de moteros y socios de conductores de aplicaciones se llevó a cabo en Bogotá y otras ciudades del país para rechazar la posibilidad de un aumento en el precio del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, que había esbozado el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, el mes pasado, así como por un proyecto de ley (456 de 2022C) en el Congreso que busca aumentarlo.
Las movilizaciones terminaron en el Hotel Hampton, al occidente de la capital, en donde se llevó a cabo, como estaba fijado días antes, una mesa de trabajo en la que el ministro y los representantes de otras autoridades se reunirían con el gremio de motociclistas para revisar temas de movilidad, seguridad vial y otras propuestas.
El Espectador conoció que a estas protestas no acudieron todos los colectivos moteros que, en abril pasado, habían acompañado las movilizaciones en Bogotá contra una serie de medidas que la Alcaldía de Bogotá impuso para transitar en estos vehículos.
Así lo indicó el vocero de Motoclubes de Cundinamarca y Bogotá, Jose Manuel Garzón, quien dijo que “había una reunión fijada con el Ministerio de Transporte, los que llamaron a las marchas lo hicieron para mostrar el respaldo de la gente, pero no era necesario llamar a la movilización. No se puede tomar como voz general de los motociclistas lo que se esté hablando allá, porque muchos sectores no estamos presentes”.
En contexto: Las razones detrás de la protesta de motociclistas en Bogotá.
Terminada la reunión, los conocidos representantes de ese gremio —como Julián y Miguel Forero, de SOS Motocultura— señalaron que concluido el encuentro se acordó, entre otras cosas, que el precio del SOAT no subiría y que “va a tender a bajar”, según dijeron en una transmisión en vivo por Facebook.
Aun así, momentos antes de terminada esa reunión, el presidente Gustavo Petro explicó que el Gobierno “no ha tomado decisión alguna sobre tarifas del SOAT”.
Compromisos luego de la reunión con MinTransporte
Uno de los voceros de la Asociación Colombiana de Conductores de Aplicaciones, Josué Narváez, le expresó a este diario que los compromisos acordados en el encuentro fueron: que se vuelva a vender del SOAT y que se denunciarían a las aseguradoras que se nieguen a hacerlo, que no subirá el precio de este seguro obligatorio y la presentación de un proyecto de ley para la regulación de plataformas de servicios en motos y carros.
“Van a tener en cuenta las demoras para que no se lo exijan (el SOAT) mientras que solucionan esa problemática”, agregó Julián Forero sobre los controles pedagógicos para evitar inmovilizaciones por el seguro.
Lea: “El Gobierno no ha tomado decisión alguna sobre tarifas del SOAT”: Petro.
¿Se debe subir o no el precio del SOAT?
Aunque el presidente de la República haya intentado zanjar el motivo de las protestas —que también incluían el alza en los precios de la gasolina, que Petro explicó que se debe al déficit que acumula Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles— y aunque el ministro se haya puesto la gorra del SOS Motocultura, el incremento del precio del SOAT es un debate que ocupa, desde una mirada más técnica y menos popular, a la industria aseguradora y a expertos.
El presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), Miguel Gómez, aseguró que “la crisis actual del SOAT es el reflejo del gravísimo problema de accidentalidad que está viviendo Colombia” y que hay que buscar soluciones para “salvar” este seguro “de la crisis financiera por la que está atravesando”.
De acuerdo con esa organización, el fraude, la evasión, el cambio en la composición del parque automotor y la alta accidentalidad han llevado a la insostenibilidad a este seguro, que, en diciembre de 2021, registró pérdidas por $192 mil millones y, a corte de agosto de 2022, presenta un déficit de $211 mil millones.
¿Qué significa esto? Según Fasecolda, al haber una evasión del 47 % en el cumplimiento de la obligación de contar con el seguro y que el 61 % de las motocicletas no lo adquieran. Esto genera un desbalance entre los recursos que ingresan a este seguro y los que debe girar para atender los accidentes de tránsito, que han aumentado.
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En palabras del experto en movilidad, Darío Hidalgo, “el principal problema es la siniestralidad vial, pues siete de cada 10 fallecimientos tienen que ver con motos: seis corresponden al conductor o parrillero y uno a peatones. Eso ha venido subiendo con el creciente uso de las motocicletas, que conlleva a que crezca la siniestralidad y a que los costos de salud sean mayores que los ingresos”.
Solo en Bogotá, 43 mil víctimas de accidentes de tránsito han sido atendidas con cargo al SOAT en lo corrido de este año, un 50 % más de las atendidas en 2021.
Así mismo, en 2021 el SOAT aportó al sistema de salud $2 billones a la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud y con $96 mil millones para las políticas de prevención vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Las motocicletas en cifras
De acuerdo con cifras de Fasecolda, el parque automotor el Colombia registra 17,6 millones de vehículos y de estos, 10,5 millones son motocicletas (es decir, seis de cada 10 vehículos en Colombia son motos), las cuales son las que mayor cantidad de víctimas de accidentes viales registra. Por ello, de cada $100 de prima que se recibe por el SOAT de una moto se pagan $174 en siniestros.
Lea también: Alcaldía ofrece más de 400 empleos para jóvenes bilingües en Bogotá.
Por otro lado, la misma agremiación señala que el porcentaje de accidentes de tránsito con lesionados en los que hay una motocicleta involucrada es del 87 % (9,3 millones) en un universo de 10,5 millones de motos que circulan por las vías del país.
De igual manera, el gremio argumenta que hay una tarifa insuficiente para las motos que, a pesar de ser la mayor parte del parque automotor, tienen una tarifa subsidiada del SOAT, pues “pagan por el seguro 3,7 veces menos de lo que corresponde según su accidentalidad y, en cambio, los vehículos familiares pagan un seguro 9,5 veces más caro para cubrir ese subsidio”.
¿Entonces qué hacer?
Darío Hidalgo, no obstante estas cifras, sugiere que subir el precio del seguro obligatorio debe ser la última variante que el Gobierno nacional debe tomar para corregir y atender la crisis que atraviesa.
“Eliminar el fraude que sufre el sistema por instituciones de salud y ambulancias que cobran contra el SOAT de manera fraudulenta y que los que no pagan este seguro lo hagan, como los motociclistas que lo evaden. Finalmente, esos ingresos faltantes de esa evasión son los que generan el hueco”, dijo.
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Si no se logran algunas de estas dos maneras, afirma, será ineludible que suba su precio, a menos de que baje la siniestralidad vial, para lo cual se necesita “mejorar los licenciamientos de motociclistas, que las motos tengan sistemas de frenos ABS (Sistema antibloqueo de ruedas), que se cumplan los límites de velocidad de los motociclistas en Bogotá, pues el 60 % exceden la velocidad, y que los usuarios de este vehículo usen elementos de protección”.
Sin embargo, Hidalgo anota que “es triste ver al Gobierno tomar decisiones sin ver todo el panorama, sino actuando por los grupos de presión”.
Lo cierto es que el panorama de la movilidad en Bogotá y Colombia cambió y, ante el innegable viraje hacia la moto, es necesario que los datos estén por encima de las presiones para poder abordar las discusiones sobre el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito desde la realidad de que hay más motos que carros —las cuales pagan menos por ese seguro, no tienen pico y placa y no pagan peajes— y que estas causan o están involucradas en más accidentes que otros vehículos.
Así, una determinación que podría ser impopular, porque afectaría el bolsillo de los propietarios de motocicletas, se tomaría desde la responsabilidad y con el objetivo de salvar vidas, pues, según recientes mediciones, hubo un aumento del 50 % en el número de personas atendidas con este seguro en 2022 frente al primer semestre de 2021.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Otra jornada de movilizaciones protagonizadas por motociclistas, clubes de moteros y socios de conductores de aplicaciones se llevó a cabo en Bogotá y otras ciudades del país para rechazar la posibilidad de un aumento en el precio del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, que había esbozado el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, el mes pasado, así como por un proyecto de ley (456 de 2022C) en el Congreso que busca aumentarlo.
Las movilizaciones terminaron en el Hotel Hampton, al occidente de la capital, en donde se llevó a cabo, como estaba fijado días antes, una mesa de trabajo en la que el ministro y los representantes de otras autoridades se reunirían con el gremio de motociclistas para revisar temas de movilidad, seguridad vial y otras propuestas.
El Espectador conoció que a estas protestas no acudieron todos los colectivos moteros que, en abril pasado, habían acompañado las movilizaciones en Bogotá contra una serie de medidas que la Alcaldía de Bogotá impuso para transitar en estos vehículos.
Así lo indicó el vocero de Motoclubes de Cundinamarca y Bogotá, Jose Manuel Garzón, quien dijo que “había una reunión fijada con el Ministerio de Transporte, los que llamaron a las marchas lo hicieron para mostrar el respaldo de la gente, pero no era necesario llamar a la movilización. No se puede tomar como voz general de los motociclistas lo que se esté hablando allá, porque muchos sectores no estamos presentes”.
En contexto: Las razones detrás de la protesta de motociclistas en Bogotá.
Terminada la reunión, los conocidos representantes de ese gremio —como Julián y Miguel Forero, de SOS Motocultura— señalaron que concluido el encuentro se acordó, entre otras cosas, que el precio del SOAT no subiría y que “va a tender a bajar”, según dijeron en una transmisión en vivo por Facebook.
Aun así, momentos antes de terminada esa reunión, el presidente Gustavo Petro explicó que el Gobierno “no ha tomado decisión alguna sobre tarifas del SOAT”.
Compromisos luego de la reunión con MinTransporte
Uno de los voceros de la Asociación Colombiana de Conductores de Aplicaciones, Josué Narváez, le expresó a este diario que los compromisos acordados en el encuentro fueron: que se vuelva a vender del SOAT y que se denunciarían a las aseguradoras que se nieguen a hacerlo, que no subirá el precio de este seguro obligatorio y la presentación de un proyecto de ley para la regulación de plataformas de servicios en motos y carros.
“Van a tener en cuenta las demoras para que no se lo exijan (el SOAT) mientras que solucionan esa problemática”, agregó Julián Forero sobre los controles pedagógicos para evitar inmovilizaciones por el seguro.
Lea: “El Gobierno no ha tomado decisión alguna sobre tarifas del SOAT”: Petro.
¿Se debe subir o no el precio del SOAT?
Aunque el presidente de la República haya intentado zanjar el motivo de las protestas —que también incluían el alza en los precios de la gasolina, que Petro explicó que se debe al déficit que acumula Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles— y aunque el ministro se haya puesto la gorra del SOS Motocultura, el incremento del precio del SOAT es un debate que ocupa, desde una mirada más técnica y menos popular, a la industria aseguradora y a expertos.
El presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), Miguel Gómez, aseguró que “la crisis actual del SOAT es el reflejo del gravísimo problema de accidentalidad que está viviendo Colombia” y que hay que buscar soluciones para “salvar” este seguro “de la crisis financiera por la que está atravesando”.
De acuerdo con esa organización, el fraude, la evasión, el cambio en la composición del parque automotor y la alta accidentalidad han llevado a la insostenibilidad a este seguro, que, en diciembre de 2021, registró pérdidas por $192 mil millones y, a corte de agosto de 2022, presenta un déficit de $211 mil millones.
¿Qué significa esto? Según Fasecolda, al haber una evasión del 47 % en el cumplimiento de la obligación de contar con el seguro y que el 61 % de las motocicletas no lo adquieran. Esto genera un desbalance entre los recursos que ingresan a este seguro y los que debe girar para atender los accidentes de tránsito, que han aumentado.
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En palabras del experto en movilidad, Darío Hidalgo, “el principal problema es la siniestralidad vial, pues siete de cada 10 fallecimientos tienen que ver con motos: seis corresponden al conductor o parrillero y uno a peatones. Eso ha venido subiendo con el creciente uso de las motocicletas, que conlleva a que crezca la siniestralidad y a que los costos de salud sean mayores que los ingresos”.
Solo en Bogotá, 43 mil víctimas de accidentes de tránsito han sido atendidas con cargo al SOAT en lo corrido de este año, un 50 % más de las atendidas en 2021.
Así mismo, en 2021 el SOAT aportó al sistema de salud $2 billones a la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud y con $96 mil millones para las políticas de prevención vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Las motocicletas en cifras
De acuerdo con cifras de Fasecolda, el parque automotor el Colombia registra 17,6 millones de vehículos y de estos, 10,5 millones son motocicletas (es decir, seis de cada 10 vehículos en Colombia son motos), las cuales son las que mayor cantidad de víctimas de accidentes viales registra. Por ello, de cada $100 de prima que se recibe por el SOAT de una moto se pagan $174 en siniestros.
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Por otro lado, la misma agremiación señala que el porcentaje de accidentes de tránsito con lesionados en los que hay una motocicleta involucrada es del 87 % (9,3 millones) en un universo de 10,5 millones de motos que circulan por las vías del país.
De igual manera, el gremio argumenta que hay una tarifa insuficiente para las motos que, a pesar de ser la mayor parte del parque automotor, tienen una tarifa subsidiada del SOAT, pues “pagan por el seguro 3,7 veces menos de lo que corresponde según su accidentalidad y, en cambio, los vehículos familiares pagan un seguro 9,5 veces más caro para cubrir ese subsidio”.
¿Entonces qué hacer?
Darío Hidalgo, no obstante estas cifras, sugiere que subir el precio del seguro obligatorio debe ser la última variante que el Gobierno nacional debe tomar para corregir y atender la crisis que atraviesa.
“Eliminar el fraude que sufre el sistema por instituciones de salud y ambulancias que cobran contra el SOAT de manera fraudulenta y que los que no pagan este seguro lo hagan, como los motociclistas que lo evaden. Finalmente, esos ingresos faltantes de esa evasión son los que generan el hueco”, dijo.
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Si no se logran algunas de estas dos maneras, afirma, será ineludible que suba su precio, a menos de que baje la siniestralidad vial, para lo cual se necesita “mejorar los licenciamientos de motociclistas, que las motos tengan sistemas de frenos ABS (Sistema antibloqueo de ruedas), que se cumplan los límites de velocidad de los motociclistas en Bogotá, pues el 60 % exceden la velocidad, y que los usuarios de este vehículo usen elementos de protección”.
Sin embargo, Hidalgo anota que “es triste ver al Gobierno tomar decisiones sin ver todo el panorama, sino actuando por los grupos de presión”.
Lo cierto es que el panorama de la movilidad en Bogotá y Colombia cambió y, ante el innegable viraje hacia la moto, es necesario que los datos estén por encima de las presiones para poder abordar las discusiones sobre el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito desde la realidad de que hay más motos que carros —las cuales pagan menos por ese seguro, no tienen pico y placa y no pagan peajes— y que estas causan o están involucradas en más accidentes que otros vehículos.
Así, una determinación que podría ser impopular, porque afectaría el bolsillo de los propietarios de motocicletas, se tomaría desde la responsabilidad y con el objetivo de salvar vidas, pues, según recientes mediciones, hubo un aumento del 50 % en el número de personas atendidas con este seguro en 2022 frente al primer semestre de 2021.
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