Que Bogotá vote por Gobernador: ¿una propuesta vieja e inviable?
A pesar de ser la capital de Cundinamarca, en Bogotá no se vota por Asamblea Departamental ni por Gobernador. Desde el Concejo Distrital le pidieron a la Alcaldía impulsar en el Congreso una reforma que permita este cambio en las elecciones regionales del departamento.
Desde que se promulgó la Constitución Política de 1991, los ciudadanos que están inscritos en el censo electoral del Bogotá no participan en la elección del Gobernador de Cundinamarca ni en la de los diputados de la Asamblea Departamental, a pesar de ser, además de la capital del país, la del departamento.
La explicación a esta situación está en el censo electoral y en el tamaño poblacional de las circunscripciones de ambos territorios, pues mientras en las pasadas regionales (2019) Bogotá tuvo 3′216.893 votantes, Cundinamarca tuvo 1′297.644. De esta manera, se evita que los habitantes de la ciudad incidan en la elección del departamento.
Pues bien, este jueves el concejal de Bogotá, Javier Ospina (Centro Democrático), pidió que la Alcaldía de Bogotá impulsara en el Congreso de la República una reforma constitucional para que los habitantes de la ciudad puedan votar para elegir Gobernador de Cundinamarca en futuras elecciones regionales.
“Esto hasta hoy tiene sentido, porque este funcionario (el gobernador) no decide sobre temas que afectan directamente el territorio de la ciudad, pero con la Región Metropolitana esto va a cambiar. El Gobernador no solo va a dar su voto sobre proyectos que afecten directamente a localidades como Suba, Engativá, Usaquén o Ciudad Bolívar, sino que, dentro de su rol de autoridad departamental, seguirá liderando a los municipios alrededor de propuestas que le convengan a la región”, argumentó Ospina.
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El antecedente más reciente
La propuesta de que los electores capitalinos puedan votar para elegir a este funcionario no es nueva. El exalcalde Enrique Peñalosa y el expresidente Iván Duque (días antes de posesionarse como presidente) también expresaron esta posibilidad, en julio de 2018, argumentando que así habría una “mejor armonía y sincronización” entre la ciudad y el departamento.
Sin embargo, la idea no pasó de un anuncio sin efectos en medio de una cumbre de la Asociación de Ciudades Capitales (Asocapitales).
¿Cómo se puede hacer realidad?
Como es una reforma constitucional, esta debe presentarse en el Congreso de la República por al menos diez senadores o representantes a la Cámara, el Gobierno Nacional, el Consejo de Estado, el Consejo Nacional Electoral o por una iniciativa popular: (5 % censo electoral, 20 % concejales o diputados).
Posteriormente, el acto legislativo puede iniciar su trámite para ser estudiadas por las comisiones primeras de Senado o de Cámara de Representantes. Su trámite debe darse en una legislatura (año de trabajo del Congreso).
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En ese tiempo, deben surtirse ocho debates y una conciliación, si es necesario. Para ser aprobado necesita, en un primer periodo, ganar con una mayoría simple (mayoría de votos de los asistentes) para que luego el Gobierno publique el proyecto.
Posteriormente, en el segundo periodo, tendrá que ser aprobado por mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos de todos los integrantes de Senado y de Cámara). En los debates del segundo periodo solo se pueden debatir temas presentados en los debates anteriores.
¿Es viable esta propuesta?
Si bien es lógico pensar que por ser capital de departamento, Bogotá tuviera el derecho democrático de elegir tanto a los diputados como al gobernador de Cundinamarca, pero lo cierto, al menos en números, es que la diferencia de poblaciones (la de Cundinamarca es el 41 % de la de Bogotá) y de censo electoral harían que las elecciones regionales se concentraran en la capital y no en los territorios.
Así lo sostiene el concejal Humberto Amín (Centro Democrático), quien afirma que con el ingreso de Bogotá a la Región Metropolitana —aprobada por el Concejo— “se debe dar la posibilidad a esas personas que habitan en toda la región para que elijan al gobernador y que existan políticas mucho más trabajadas en conjunto entre la capital y departamento. Se debe garantizar el equilibrio entre la ciudad y los pequeños municipios, pero lo veo con buenos ojos”.
Lea también: Inseguridad en Bogotá: ¿las cifras de percepción contrastan con la realidad?
No obstante, desde Cambio Radical, el concejal Rolando González dijo que era una posibilidad inasequible de realizar y una mala idea, pues “terminaría Bogotá eligiendo a un gobernador que le corresponde al territorio, a los municipios y a las regiones de Cundinamarca. No veo a un gobernador, que tiene que estar pendiente de más de 100 municipios, pueda tener asidero en la ciudad. Es una propuesta que solo le convendría a Bogotá, porque de allí saldrían el Gobernador y el Alcalde Mayor”.
Por otro lado, Carlos Carrillo (Polo Democrático) fue más allá y dijo que esta propuesta es una “forma de lavarse la cara” de quienes votaron positivamente en el cabildo distrital al ingreso de la capital a la Región Metropolitana.
“Eso no va a pasar, porque además es competencia del Congreso y es complicadísimo porque toca cambiar la Constitución. Tendría consecuencias y es que el gobernador lo pondría Bogotá, porque la política tradicional en los territorios perdería frente al voto de opinión de la ciudad”, agregó.
Por su parte, Diego Cancino (Alianza Verde) habló de “no hacer esas transformaciones legales” para hacer “una transformación de nuestra política en el departamento, que ya ha mostrado cambios, en donde se vota desde la convicción y no desde el chantaje. Cundinamarca abrió una senda y en las últimas legislativas logró dos representantes del Pacto Histórico. Cundinamarca necesita profundizar e intensificar el voto”.
Lo concreto es que para hacer realidad esta propuesta se requiere —más que globos desde lugares sin competencia para decidir o cambiar— tiempo (al menos un año) y capital político en el Congreso para lograrlo y, al menos en 2023, no será posible. Por ahora, se quedará, como en 2018, en una insinuación hecha al vaivén de la coyuntura.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Desde que se promulgó la Constitución Política de 1991, los ciudadanos que están inscritos en el censo electoral del Bogotá no participan en la elección del Gobernador de Cundinamarca ni en la de los diputados de la Asamblea Departamental, a pesar de ser, además de la capital del país, la del departamento.
La explicación a esta situación está en el censo electoral y en el tamaño poblacional de las circunscripciones de ambos territorios, pues mientras en las pasadas regionales (2019) Bogotá tuvo 3′216.893 votantes, Cundinamarca tuvo 1′297.644. De esta manera, se evita que los habitantes de la ciudad incidan en la elección del departamento.
Pues bien, este jueves el concejal de Bogotá, Javier Ospina (Centro Democrático), pidió que la Alcaldía de Bogotá impulsara en el Congreso de la República una reforma constitucional para que los habitantes de la ciudad puedan votar para elegir Gobernador de Cundinamarca en futuras elecciones regionales.
“Esto hasta hoy tiene sentido, porque este funcionario (el gobernador) no decide sobre temas que afectan directamente el territorio de la ciudad, pero con la Región Metropolitana esto va a cambiar. El Gobernador no solo va a dar su voto sobre proyectos que afecten directamente a localidades como Suba, Engativá, Usaquén o Ciudad Bolívar, sino que, dentro de su rol de autoridad departamental, seguirá liderando a los municipios alrededor de propuestas que le convengan a la región”, argumentó Ospina.
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El antecedente más reciente
La propuesta de que los electores capitalinos puedan votar para elegir a este funcionario no es nueva. El exalcalde Enrique Peñalosa y el expresidente Iván Duque (días antes de posesionarse como presidente) también expresaron esta posibilidad, en julio de 2018, argumentando que así habría una “mejor armonía y sincronización” entre la ciudad y el departamento.
Sin embargo, la idea no pasó de un anuncio sin efectos en medio de una cumbre de la Asociación de Ciudades Capitales (Asocapitales).
¿Cómo se puede hacer realidad?
Como es una reforma constitucional, esta debe presentarse en el Congreso de la República por al menos diez senadores o representantes a la Cámara, el Gobierno Nacional, el Consejo de Estado, el Consejo Nacional Electoral o por una iniciativa popular: (5 % censo electoral, 20 % concejales o diputados).
Posteriormente, el acto legislativo puede iniciar su trámite para ser estudiadas por las comisiones primeras de Senado o de Cámara de Representantes. Su trámite debe darse en una legislatura (año de trabajo del Congreso).
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En ese tiempo, deben surtirse ocho debates y una conciliación, si es necesario. Para ser aprobado necesita, en un primer periodo, ganar con una mayoría simple (mayoría de votos de los asistentes) para que luego el Gobierno publique el proyecto.
Posteriormente, en el segundo periodo, tendrá que ser aprobado por mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos de todos los integrantes de Senado y de Cámara). En los debates del segundo periodo solo se pueden debatir temas presentados en los debates anteriores.
¿Es viable esta propuesta?
Si bien es lógico pensar que por ser capital de departamento, Bogotá tuviera el derecho democrático de elegir tanto a los diputados como al gobernador de Cundinamarca, pero lo cierto, al menos en números, es que la diferencia de poblaciones (la de Cundinamarca es el 41 % de la de Bogotá) y de censo electoral harían que las elecciones regionales se concentraran en la capital y no en los territorios.
Así lo sostiene el concejal Humberto Amín (Centro Democrático), quien afirma que con el ingreso de Bogotá a la Región Metropolitana —aprobada por el Concejo— “se debe dar la posibilidad a esas personas que habitan en toda la región para que elijan al gobernador y que existan políticas mucho más trabajadas en conjunto entre la capital y departamento. Se debe garantizar el equilibrio entre la ciudad y los pequeños municipios, pero lo veo con buenos ojos”.
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No obstante, desde Cambio Radical, el concejal Rolando González dijo que era una posibilidad inasequible de realizar y una mala idea, pues “terminaría Bogotá eligiendo a un gobernador que le corresponde al territorio, a los municipios y a las regiones de Cundinamarca. No veo a un gobernador, que tiene que estar pendiente de más de 100 municipios, pueda tener asidero en la ciudad. Es una propuesta que solo le convendría a Bogotá, porque de allí saldrían el Gobernador y el Alcalde Mayor”.
Por otro lado, Carlos Carrillo (Polo Democrático) fue más allá y dijo que esta propuesta es una “forma de lavarse la cara” de quienes votaron positivamente en el cabildo distrital al ingreso de la capital a la Región Metropolitana.
“Eso no va a pasar, porque además es competencia del Congreso y es complicadísimo porque toca cambiar la Constitución. Tendría consecuencias y es que el gobernador lo pondría Bogotá, porque la política tradicional en los territorios perdería frente al voto de opinión de la ciudad”, agregó.
Por su parte, Diego Cancino (Alianza Verde) habló de “no hacer esas transformaciones legales” para hacer “una transformación de nuestra política en el departamento, que ya ha mostrado cambios, en donde se vota desde la convicción y no desde el chantaje. Cundinamarca abrió una senda y en las últimas legislativas logró dos representantes del Pacto Histórico. Cundinamarca necesita profundizar e intensificar el voto”.
Lo concreto es que para hacer realidad esta propuesta se requiere —más que globos desde lugares sin competencia para decidir o cambiar— tiempo (al menos un año) y capital político en el Congreso para lograrlo y, al menos en 2023, no será posible. Por ahora, se quedará, como en 2018, en una insinuación hecha al vaivén de la coyuntura.
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