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Tras controlar los disturbios, que se registraron en el Centro de Bogotá (carrera Séptima con calle 14), y luego de una protesta de indígenas Embera, el secretario de Gobierno, Felipe Jiménez Ángel, hizo un balance de la jornada. En total, reportó cinco civiles, ocho gestores de convivencia y 14 policías heridos. Esto, sin contar los indígenas lesionados, durante los enfrentamientos con miembros del Esmad, de la Policía.
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El funcionario, quien hizo un recuento de la jornada (la cual comenzó con diálogos y terminó en fuertes choques), rechazó los actos de violencia de las comunidades y los actos de vandalismo, especialmente, porque asegura que “todos los acuerdos a los que se han comprometido con los manifestantes, el Distrito los ha cumplido”.
Según Jiménez Ángel, la jornada comenzó a las 8:30, con la protesta de varios representantes de la comunidad indígena, quienes están asentados en el alojamiento temporal de La Rioja. A esa hora instalaron una mesa de diálogo, con el propósito de escuchar sus inconformidades y buscar soluciones rápidas, con las diferentes entidades del Distrito.
Vale recordar que el motivo de la protesta, según los manifestantes, eran los años de incumplimiento del Distrito frente a los compromisos con el pueblo Embera. Algunos se ubicaron con pancartas con mensajes como “Bogotá, 19 de octubre de 2022. Resistencia. Lucha del pueblo Embera Katio asentado en Bogotá como víctimas” o “Señor presidente y alcaldesa. Cumplir el acuerdo y exigencia del pueblo indígena. Queremos la paz y la tranquilidad”. Finalmente, uno fue más concreto: cumplir los acuerdos firmados el 5 de mayo de este año, cuando desocuparon el Parque Nacional.
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“La protesta fue por los incumplimientos de los acuerdos de mayo y otros acuerdos, pero desafortunadamente la orden de la alcaldía fue una intervención, violando los derechos de la población, de los niños, de mujeres gestantes, que estaban ahí. Y pues hasta el momento hay varios detenidos y personas heridas. Ese es la situación de incumplimiento de la Alcaldía, que no tiene la disposición de atender, mientras la comunidad indígena se sigue muriendo en el Distrito y vulnerando sus derechos”, dijo Jairo Montaña, uno de los voceros de los indígenas.
Se caldean los ánimos
No obstante, lo que comenzó como algo pacífico escaló a las vías de hecho. “La comunidad llegó al Parque Santander a eso de las 9:30 de la mañana y de inmediato bloquearon el ingreso y salida de varios edificios de la zona. A las 10:00 de la mañana conformamos una mesa de diálogo en la Defensoría del Pueblo, que se iba a desarrollar a las 2:00 de la tarde, con presencia del Ministerio público”, agregó el secretario.
Desafortunadamente, relata, a la 1:30 p.m., cuando estaba todo listo para empezar la mesa de trabajo, se desató el caos. Un grupo de indígenas adelantó un intento de toma del edificio de Avianca y cometieron actos de violencia contra “los comercios de la zona, de los civiles y de nuestros gestores, de convivencia. Fue cuando la Policía, en cabeza de la Fuerza Disponible y el Esmad decidió intervenir”.
.@Bogota es la única ciudad y entidad que ha dado refugio y ayuda humanitaria a los emberas por +de 2 años!
— Claudia López Hernández (@ClaudiaLopez) October 19, 2022
Es inadmisible que nuestros servidores sean agredidos!
El gobierno nacional ni evita que los desplacen ni les garantiza retorno seguro. Bogotá no puede seguir sola en esto! https://t.co/a1Qp12dTeB
Tras la acción uniformada, por recuperar la zona, se desataron enfrentamientos que deja, como balance oficial, siete gestores de convivencia heridos, cinco civiles, un funcionario de la Personería y 11 policías.
“Esto fue producto de la violencia injustificada. La policía está avanzando en la captura y judicialización de los responsables. Por ahora, hay 2 capturados. Rechazamos la violencia, no es justificable y no toleraremos la violencia contra la Policía, los gestores de convivencia, los civiles y los hechos vandálicos”, agregó el secretario en su declaración.
Y concluyó: “Desde Bogotá hemos garantizado todos los derechos de los Embera y avanzado en cinco retornos, con más de 2.000 miembros. Además, hemos dispuesto alojamientos temporales para las comunidades asentadas en Bogotá. Hemos cumplido cada uno de los acuerdos. Desde Bogotá, estamos dispuestos al diálogo, pero ante hechos vandálicos, requerimos contundencia y judicialización. Hacemos un llamado al gobierno nacional, para que avance rápido, por su parte, en los acuerdos con la comunidad”.
Desde junio, las comunidades han expresado su descontento. Tras la salida del parque Nacional, en mayo pasado, dicen, el panorama es el siguiente: las familias indígenas están repartidas en casas de apoyo, la UPI del parque La Florida y en La Rioja. Aunque en mejor situación, que cuando estaban a la intemperie, aseguran que viven en hacinamiento y con poca atención. La incomodidad está desde el día que llegaron a los centros transitorios, pues no había camas, la comida era insuficiente y tuvieron problemas con los servicios públicos. La situación, según ellos, ha causado problemas de salud a adultos mayores y a niños. Según ellos, esa es la raíz de su protesta, que terminó mal en la jornada de este miércoles.
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