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Los estudiantes de la Unviersidad Distrital llevan tres días mostrando su inconformismo con los hechos de corrupción que se han denunciado en el último mes dentro de la institución. Pero quizás lo que más los ha indignado es que dentro de las personas que han sido involucradas en la investigación de la Procuraduría se encuentra el rector actual, Ricardo García, quien denunció lo hechos irregulares.
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Todo comenzó a mediados del pasado mes de agosto, cuando la Procuraduría llamó a juicio al director del Instituto de Extensión de la Universidad Distrital (Idexud), Wilman Muñoz, en medio de una investigación en su contra por un millonario desfalco de $10.400 millones a la institución.
De acuerdo con el ente de control, Muñoz habría hecho uso de recursos públicos,que deberían ser destinados al funcionamiento de la universidad y que al parecer invirtió, entre julio de 2012 y enero de 2019, en beneficio personal y de terceros.
Esto, presuntamente, lo hizo a través de una tarjeta de crédito con un cupo de $30 millones, que estaba a nombre de la Distrital, pero que solo podría manejar Muñoz. Esta la respaldaba con una cuenta corriente que también estaba a nombre de la institución y a la que desviaba los recursos públicos.
Con esta tarjeta de crédito se conoció que el funcionario habría pagado tiquetes de avión, hoteles, cenas en restaurantes, así como ropa y cursos de inglés en línea, entre otras excentricidades como la mensualidad de Netflix. Además, se habría endosado cheques con los que pagó dos vehículos de gama alta (una camioneta y un carro deportivo) que están a su nombre y un mercedes que compró a una constructora, relacionada con su familia.
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Ante esto, días después de ser llamado por la Procuraduría, Muñoz llegó a un acuerdo con la Fiscalía para prender el ventilador, en el que aseguró estarían involucrados otros funcionarios de la universidad, concejales, alcaldes locales y funcionarios de entidades públicas como Fonade y el SENA.
En los últimos días, Muñoz entregó una versión libre a la Procuraduría en la que involucró al rector de la Distrital, Ricardo García, como una de las principales cabezas del despilfarro. Según Muñoz, con la tarjeta se terminaron pagando coimas y actividades con las que se buscaba garantizar que García llegara a la rectoría.
Ante estas acusaciones García fue llamado por el ente de control, el pasado lunes, para que diera su versión de los hechos. A los estudiantes y medios ha señalado que las acusaciones de Muñoz "son grotescas y calumniosas; y me causan daño moral a mí y a otros directivos".
A esto, García agrega que fue precisamente él quien terminó denunciando a Muñoz, por lo que considera que "es increíble que cualquiera de estas mentiras, especialmente desproporcionadas y carentes de toda verosimilitud, puedan encontrar oídos receptivos en miembros de la comunidad universitaria".
Desde que se conoció que Muñoz daría a conocer los nombres de los implicados, en las cuatro sedes de la Universidad se empezaron a entregar volantes en los que se alertaba a la comunidad del caso de corrupción, pero esta semana, luego de que Noticias Uno presentara la acusación de Muñoz contra el rector, encapuchados de la institución anunciaron que se tomarían la sede administrativa de la Distrital.
Las primeras manifestaciones fueron en la tarde del martes 24 de septiembre, en la sede administrativa y de Ingenierías de la Universidad, es decir, la que queda al frente de la Universidad Javeriana, en la que ayer y hoy también se presentaron choques con el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía).
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En la mañana de este miércoles 25 de septiembre la situación fue más tensa, pues como ya lo habían advertido, encapuchados intentaron, en la sede administrativa, abrir la puerta de ingreso a la rectoría con un taladro. Finalmente, lograron entrar rompiendo el vidrio de la puerta, por lo que desde las 10:00 a.m. se ordenó evacuar esta sede.
Tras los choques que se presentaron hacia el mediodía en la Javeriana entre estudiantes de la universidad privada y el Esmad, los enfrentamientos continuaron en la sede administrativa de la Distrital, pero además en las sedes de La Macarena (principal) y la tecnológica, en Candelaria La Nueva, así como en la Universidad Pedagógica.
Esto provocó caos en la movilidad y de paso el pronunciamiento del alcalde Enrique Peñalosa, quien insistió en que no hay justificación para que “se sabotee el funcionamiento de la ciudad”, así como aseveró que este tipo de hechos son motivados por "algunos que ven en esto oportunidad para generar desorden en estas épocas electorales".
Por su parte, la secretaría de Educación, Claudia Puentes, aseguró que existen mesas de diálogo en la Universidad Distrital, por lo que motivó a los estudiantes a buscar en el diálogo soluciones a los conflictos.
Las irregularidades alrededor de la rectoría
Las recientes denuncias sobre posibles casos de corrupción en la U. Distrital son solo la punta de un iceberg que desde hace casi dos décadas dificulta la gobernabilidad en la institución. Estos líos se remontan a 2003, cuando el actual rector, Ricardo García, fue destituido por presunto peculado, cargo del que fue absuelto en 2006. Por ese motivo, el profesor William Klinger, quien había sido nombrado rector encargado, tuvo que dejar su cargo, en el que solo estuvo un día hasta el retorno en propiedad de García.
En 2010 fue elegido como rector Inocencio Bahamón, quien terminó su administración en 2013 en medio de controversias por falta de consulta e irregularidades en la licitación y construcción de la nueva sede en Bosa; también, por el proceso de reforma a los estatutos y el paro estudiantil durante el cual murió un estudiante al recibir un golpe en la cabeza, en medio de una protesta en la que intervino el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
Después de Bahamón, quien además fue sancionado por la Personería de Bogotá por irregularidades relacionadas con la designación de un funcionario (en fallo de primera instancia), la Distrital tuvo dos rectores encargados.
El primero fue Roberto Vergara, a quien el Consejo Superior retiró del cargo en febrero de 2015 al encontrar posibles irregularidades en la adjudicación del contrato para construir la sede en el sur de la ciudad. Vergara, además, salió de su cargo en medio de un ambiente difícil recreado por un paro de estudiantes y maestros en el que pedían frenar una reforma estructural aprobada en 2009, pues la consideraban arbitraria.
Tras la salida de Vergara fue nombrado Carlos Javier Mosquera, quien estuvo a cargo hasta finales de 2017, cuando se llevó a cabo la elección en la que fue escogido García, de nuevo, como rector. Vale aclarar que antes de esa elección hubo varios intentos de escoger el nuevo rector, pero debido al clima hostil y a las múltiples manifestaciones estudiantiles por la reforma de los estatutos.
En 2018, desde el Concejo de Bogotá se denunció la existencia de supuestos sobrecostos en la adquisición de unas sillas que habían sido compradas para los laboratorios de la sede de Bosa por un valor de $ 1.500.000. Según el cabildante que hizo la denuncia, Rubén Torrado (Partido de La U), el costo real del mobiliario era de $370.000 cada uno y, además, el contrato se había adjudicado a dedo. Sin embargo, tras investigación de la Procuraduría, se archivó el caso al determinar que no hubo irregularidades en el proceso contractual y que el costo de las sillas era el establecido en el mercado alemán, donde se adquirieron.
Ahora, el escándalo que sacude a la comunidad educativa es el protagonizado por el profesor Wilman Muñoz. Lo único que esperan los integrantes de la Distrital es que estos hechos se aclaren lo más pronto posible.