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Una sensación de incertidumbre y tristeza invaden hoy a los cerca de 30 empleados de la peluquería de Mauricio Leal, debido a que después de su muerte el sitio dejó de funcionar y desde entonces la nómina correspondiente a noviembre no se ha pagado.
Si bien ellos entienden que las cuentas fueron congeladas debido a la investigación que se adelanta, y para que terceros no se apropien del dinero del estilista, sus responsabilidades no dan espera y las opciones que les ha ofrecido la temporal, por la que fueron contratados, no terminan siendo nada favorables. Según algunos de los empleados, la propuesta es que el salario de noviembre sería cancelado en tres cuotas de la siguiente manera: diciembre, enero y febrero.
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A causa de esto muchos han renunciado, otros decidieron esperar para solucionar su futuro laboral, mientras que algunos más han sido llamados por otras peluquerías porque “el talento y la experiencia adquirida con Mauricio fue impecable”. Incluso, se habla de que algunos de los trabajadores del fallecido estilista ahora trabajan con Gabriel Murillo, un amigo muy cercano de él.
Es estrictamente esa situación con los empleados lo que obligó al cierre, al parecer definitivo, del salón de belleza ubicado en la calle 81 con carrera 12, norte de Bogotá, sitio que hoy permanece con las puertas cerradas y sin mayor movimiento de personas, más allá de los curiosos que se acercan para mirar por entre las ventanas.
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Por ahora es poco lo que se sabe del destino de la afamada peluquería, pues a la fecha se siguen adelantando las investigaciones pertinentes para establecer la forma en la que murió Mauricio Leal y su mamá Marleny Hernández, quienes fueron hallados sin vida y con heridas de arma blanca el pasado 22 de noviembre en su vivienda en el sector de La Calera.
