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Desde el 28 de abril, Bogotá se sumergió en un ambiente de protestas promovido por el Paro Nacional. Desde aquel entonces, las manifestaciones no se han detenido, evidenciando el papel indiscutible de los jóvenes en la acogida, participación y durabilidad de la protesta social. En ese contexto desde la Veeduría Distrital se realizó una encuesta en la que participaron 2.160 personas quienes presentaron su postura frente al contexto actual que vive Bogotá.
Entre los primeros hallazgos, la encuesta evidenció la participación de los jóvenes de entre 21 a 25 años y 14 a 20 años sumando un acumulado de 2.027 encuestados, lo que se traduce en el 95%. La participación en la encuesta coincide con las observaciones de los funcionarios de la Veeduría Distrital durante las marchas diurnas. Además, entre quienes respondieron las preguntas se evidenció una mayor participación de mujeres con un 61,8%, seguido de los hombres con 36,3%, finalmente un 1,1% prefirió no decirlo y un 0,7%, representado por 14 respuestas, eligió no binario.
De todos estos jóvenes la mayoría provienen de las localidades de Bosa, Suba, Kennedy, Engativá y Ciudad Bolívar respectivamente, los cuales equivalen al 61,7% de los encuestados, es decir 1.318 jóvenes, y que, entre otras cosas, han sido las zonas más álgidas en protestas y disturbios, durante las protestas del Paro Nacional.
Un aspecto importante que revelan los resultados es que de los jóvenes que participaron el 63% estudia, el 26,3% estudia y trabaja, el 33% está desempleado y el 3,8% realiza otra actividad. De esta forma, según la Veeduría, el resultado desafía la interpretación de que las protesta se trata de manifestantes “ni-ni¨, que no estudian ni trabajan.
De igual forma se resalta que el 38,8 % de los jóvenes encuestados tiene un nivel académico universitario, el 32,3% de bachillerato y un 25,6% técnico o tecnológico, contrarrestando un 2,5% de posgrado y primaria de 0,8%, evidenciando un cierto nivel de escolaridad en la población asistente a las marchas. Vale la pena anotar que el grueso de las respuestas provino de Bosa, Suba, Kennedy y Engativá.
“Este énfasis geográfico, combinado con niveles de estudio, pone en perspectiva la insistencia en las demandas de educación y empleo. Se trata de jóvenes que temen el deslizamiento hacia una condición peor de la que viven hoy”, manifestó la Veeduría en los resultados de la encuesta.
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Pero las razones de los jóvenes no solo repercuten en su preocupación por el futuro, sino en las decisiones que se toman en el presente, incluyendo la manera en la que se ha tratado y manejado la protesta social en la ciudad. Casi la mitad de los encuestados expresó su frustración con respecto a la acciones que ha tomado el Distrito para atender las movilizaciones; por otro lado, los jóvenes también se sienten temerosos y retados, representados por un 97,6%. Solo un porcentaje de 2,4% se siente seguro y respaldado.
De hecho, la gran mayoría de los jóvenes encuestados, representados por el 81,2%, consideran que la administración distrital no está apoyando ni la participación, ni la ocupación del tiempo libre, ni la formación, ni da incentivos de empleo.
Así las cosas, los hallazgos que deja esta encuesta evidencia la preocupación de una población que no deja de salir a las calles y que quiere dar a conocer sus inconformidades y miedos. Por tanto, las conclusiones que presenta la encuesta son las siguientes:
Los y las jóvenes marchantes de Bogotá tienen niveles de escolaridad relativamente altos, pero expresan como uno de sus mayores temores la incertidumbre en cuanto a su futuro educativo.
El porcentaje de “ni-ni”, jóvenes que ni estudian ni trabajan, se presenta en este muestreo menor al sospechado, pero la mayoría reclama oportunidades laborales y, en particular, empleo que no exija experiencia.
Quienes marchan declaran altos niveles de compromiso político. De hecho el 92,6% de los jóvenes piensan salir a votar en las próximas elecciones, en cambio el 7,4% no lo hará.
Los y las marchantes de Bogotá manifiestan estar dispuestos a dedicar todo el tiempo que sea necesario para conseguir los cambios deseados, en consecuencia, se puede prever que las marchas no se detendrán si no se toman medidas de choque en materia educativa y laboral.
Los y las jóvenes marchantes de Bogotá están pidiendo a gritos la intervención social del gobierno distrital: en este sondeo, 81,2% cree que el gobierno de la ciudad nada hace por ellos.