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“Quedó creada legal e institucionalmente este nuevo mecanismo de asociación, de trabajo conjunto y entre iguales, con la Gobernación de Cundinamarca, los municipios del departamento y la Alcaldía Mayor de Bogotá”, fueron las palabras que Claudia López, luego de que el Concejo de Bogotá aprobara el ingreso de la capital a la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca.
Y es que el cabildo distrital aprobó, con una votación de 27 votos a favor y 11 en contra, que la ciudad se vinculara a esta figura, que plantea ser una entidad administrativa de asociatividad regional de régimen especial a la que pueden asociarse 25 municipios con los que la ciudad tiene algún tipo de relación territorial, ambiental, económica y de movilidad.
Según el Distrito, la Región Metropolitana busca la integración y solución conjunta de problemas de movilidad, seguridad alimentaria, servicios públicos domiciliarios, ordenamiento territorial, seguridad ciudadana y desarrollo económico.
En cuanto a movilidad, se creará la Agencia Regional de Movilidad, encargada de la planeación, gestión y cofinanciación de la movilidad y el transporte a nivel regional; en seguridad alimentaria, brindará asistencia técnica, comercialización, asociatividad, alianzas productivas y formalización empresarial y laboral.
En contexto: Concejo aprobó ingreso de la capital a la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca.
Así mismo, respecto a los servicios públicos, se apunta a la interconexión, mejoramiento y eficiencia de estos, al igual que a la planeación y gestión del recurso hídrico para tener una mejor oferta del mismo; en lo concerniente al ordenamiento territorial, se hará el diseño de políticas, planes, programas y proyectos de carácter regional para el fortalecimiento de las cadenas agropecuarias y forestales.
Por otro lado, se pondrá en marcha el Plan Integral de Seguridad, Convivencia y Justicia Regional (PISO) y se diseñarán acciones de implementación conjunta y complementaria desde el ámbito regional en materia de control de delitos y se promoverá un plan de logística regional que incluya, como mínimo, una red de equipamientos, infraestructura logística, puntos de acceso e información.
Respecto a esta figura asociativa, El Espectador habló María Carolina Castillo, presidenta de Probogotá Región, y con Omar Oróstegui, director del centro de Estudios Futuros Urbanosquienes señalaron sus perspectivas y expetativas frente a la vinculación de la ciudad a la Región Metropolitana.
¿Qué viene y qué se puede esperar de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca realmente de este sistema de organización?
María Carolina Castillo: La Región Metropolitana contribuirá a que Bogotá y los municipios de entorno, que decidan vincularse, potencien su actuar conjunto. Así, se concibió para que siete temas que han sido identificados como fenómenos propios de la metropolización se desarrollen de forma coordinada, planeada y articulada. Esperamos un sistema de transporte orientado al usuario que cuente con integración operacional y tarifaria, un sistema regional de prestación de los servicios públicos de acueducto y alcantarillado, un sistema de abastecimiento alimentario en el cual se cuente con información de origen destino de los alimentos, se modernice el proceso de producción y comercialización para mitigar los desperdicios de alimentos y entre otros.
Lea: La disyuntiva que plantea la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca.
Omar Oróstegui: Espero que los municipios se asocien, porque los grandes (como Chía o Soacha) se han negado a la posibilidad de ingresar, así que existe el riesgo de que la figura sirva no más para Bogotá y Cundinamarca. Sin los municipios grandes no tendría razón de ser. Habrá que ver el impacto en escala tributaria, pues esta figura es una modelo supra-departamental y nueva, por lo cual hay que darle un compás de espera para que se acomode y empiece a dar resultados. Estamos asumiendo que todos se van a meter, pero la pregunta es: ¿cuál es el valor agregado que le da a un municipio meterse a la Región Metropolitana?
Esta entidad le da una bala de oxígeno a la Gobernación de Cundinamarca, puesto que este modelo de integración tiene un poder bravísimo en temas de decisiones burocráticas. De manera que corre el riesgo de no consolidarse ni tener legitimidad. Creo que necesita ser más concreta en temas como autonomía y la nómina.
¿Las facultades del Concejo Regional no podrían en riego la autonomía de los concejos distrital y municipales?
M.C.C: Esta materia es una de las más discutidas. Los Concejos municipales no pierden competencia alguna, son y continúan siendo los únicos autorizados constitucionalmente para definir el uso del suelo, lo que sucede es que ahora existirá un instrumento que permitirá planear aquellos aspectos que demandan ser coordinados entre municipios. Por ejemplo, los trazados viales, hoy, hay vías en los planes de ordenamiento territorial de los municipios -Chía o Mosquera- que no continúan en Bogotá. Es indispensable poder contar con instrumentos que eviten que esto suceda. No olvidemos que los miembros del Consejo Regional son los alcaldes y alcaldesas de los municipios vinculados a la región metropolitana y el gobernador, así que deberán contar con las autorizaciones o facultades otorgadas por sus los concejos o la Asamblea en todos los casos.
O.O: Además de que en ese Concejo Regional los concejales no tendrán delegados ni asiento y no serán electos por voto popular, la figura corre el riesgo de lo que ocurra en épocas electorales, pues los planes de gobierno o los planes y esquemas de ordenamiento territorial tendrían que estar ajustados al plan rector de la Región. Entonces, cualquier mandatario local nuevo podría salirse para poder desarrollar planes o el POT. Ahí es donde radica la discusión: ¿qué pasará con la autonomía de las autoridades locales? ¿Cómo se repartirán las multas de tránsito, por ejemplo? La primera prueba de fuego será el Regiotram de Occidente. Hacer operativa a esta figura será muy difícil, empezando por el superconcejo regional. ¿Cuánto dinero va a necesitar para que opere?
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¿Qué se haría cuando conflicto de competencias entre la Región Metropolitana y las autoridades locales?
M.C.C: En materia de entidades territoriales en nuestro ordenamiento jurídico las competencias son otorgadas por ley, ha sido la Ley 2199 de 2022 la que ha establecido qué competencias le corresponde ejercer a la Región, para ello previamente el tema debe ser reconocido como hecho metropolitano, y lo será en los términos aprobados por el Consejo Regional y se limitará al ámbito geográfico de las entidades territoriales vinculadas. Estamos confiados en que esta nueva institucionalidad, diseñada para las necesidades de la región, contribuirá a crear mejores condiciones para el crecimiento ordenado, la generación de empleo y la mejora en la calidad de vida de los bogotanos y los cundinamarqueses.
O.O: Creo que trata de manera desigual a los demás municipios, puesto que Bogotá y la Gobernación se imponen en las decisiones del concejo regional, que tendría las mismas funciones que el Concejo de Bogotá, ya que también recibe presupuesto, contratación y un director. Además, hay aun un vacío frente a cómo se resolverán los conflictos de competencia en relación con el plan director y su incidencia en los planes de desarrollo y de ordenamiento territorial. ¿Qué pasa cuando hay conflicto de competencias?
¿Cuál será el impacto financiero de la figura? La Región también crea figuras financieras, como el cobro por valorización, ¿hasta dónde llega esta?
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