¿Quiere sacar la licencia de conducción? Desde 2021 habrá un “Icfes” para hacerlo
La Agencia Nacional de Seguridad Vial busca reformular el trámite para obtener el pase de conducir. Según el director de la entidad, la idea es hacer un gran examen final, que evalúe la teoría y práctica que se aprendió en el curso. Hoy, la encargada de realizar esa evaluación es la misma academia de conducción.
Redacción Bogotá - Bogota@elespectador.com
La inexperiencia al volante es una de las causas más comunes de los siniestros viales. Según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el 39,2 % de los accidentes de tránsito que involucran fallecidos son ocasionados por un conductor que tiene dos o menos años de experiencia conduciendo. Aunque en diferentes entes territoriales se han tomado medidas para disminuir la accidentalidad, al parecer no han sido suficientes y el tema debe tratarse de raíz.
Es por esto que la ANSV busca reformular los procesos de expedición de la licencia de conducción y por estos días se encuentra estructurando la malla curricular, la cantidad de horas, los ejes temáticos y, en términos generales, reformando la manera en que se imparte el conocimiento en las academias de automovilismo, que hoy en día son el primer filtro para obtener el pase. Sin embargo, la entidad considera que este filtro no es suficiente ya que lo aprendido en las horas de teoría y práctica es validado por las mismas escuelas de conducción.
La propuesta de la ANSV es que, al acabar el curso de conducción, a los aspirantes a sacar la licencia de conducción se les practique una prueba adicional que determine si lo que aprendió es suficiente y necesario para salir a las calles. Dicha prueba medirá el conocimiento y la aptitud del conductor e identificará el desarrollo psicológico para medir qué tan preparado está para tomar el volante.
Otro objetivo de la propuesta es que, según el director de la ANSV, Luis Felipe Lota, se debe evitar que la persona que tramite la licencia la obtenga solo por el hecho de haber pagado el curso, que oscila entre $800 mil y $1 millón. “Lo que buscamos es que no solo porque la persona tenga los recursos obtenga la licencia, sino que tenga toda la aptitud y actitud para manejar. Es que conducir debe ser un privilegio, más no un derecho, y la gente debe saber qué significan las señales, en qué momento acelerar cómo enfrentarse a las interacciones en el ambiente de movilidad”.
Aún no se sabe qué entidad realizará dicho examen, pero lo único cierto es que la idea es convertirlo en una prueba que “gradúe” a los que buscan obtener la licencia. “Aún estamos mirando quién haría el examen, pero es claro que debe ser alguien independiente de la academia. Esto que proponemos es comparable a que un estudiante se forma en el colegio, pero es el Estado el que garantiza y evalúa esa formación a través de una prueba independiente y decisiva. Por eso, la idea es guardar independencia entre la prueba que se hace en la academia y el examen final que determina si la persona obtiene o no la licencia”, agregó Lota..
A pesar de la buena intención de la agencia, es claro que la propuesta representa un aumento en los costos de tramitar la licencia que, como ya se explicó, hoy por hoy bordea el millón de pesos teniendo en cuenta los exámenes médicos y el costo del documento. Ante esto, el director de la ANSV explicó que “no hay claridad sobre costos, pero la premisa es que tratemos de que sea lo más económico posible. Aquí lo que nos interese es que la gente quiera y pueda sacar la licencia, pero con un costo elevado será más difícil que la gente acceda. Lo que menos nos interesa es impactar el costo definitivo al usuario”.
Por último, el encargado de la estructuración del nuevo “examen final” para los aspirantes a sacar la licencia confirmó que contemplan incluso hacer un cambio en los métodos de enseñanza en las academias de conducción. Para Lota, no necesariamente todas las personas requieren la misma profundidad en el mismo tema, por lo que las escuelas deben transformar la forma de priorizar la educación. En otras palabras, se buscaría tener una flexibilidad entre la cantidad de horas prácticas y teóricas, pues hoy en día las clases son más del 60 % teoría.
“Es bueno que las academias sepan la pertinencia de cada etapa de aprendizaje. Los estudiantes pueden tener una muy buena teoría, saberse todos los códigos y señales, pero al final llegan a la práctica y no saben cómo parquear o tomar una curva. Antes de realizar las prácticas, hay que analizar qué tanto sabe la persona”, concluyó el funcionario.
Los contenidos y metodología del nuevo examen están en proceso de elaboración en las oficinas de la ANSV, para luego construir la propuesta que llegará al Ministerio de Transporte y finalmente se articulará con los centros de conducción. La idea es que el nuevo examen esté listo en marzo de 2021, aunque a finales de este año se lanzaría el piloto de la prueba.
La inexperiencia al volante es una de las causas más comunes de los siniestros viales. Según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el 39,2 % de los accidentes de tránsito que involucran fallecidos son ocasionados por un conductor que tiene dos o menos años de experiencia conduciendo. Aunque en diferentes entes territoriales se han tomado medidas para disminuir la accidentalidad, al parecer no han sido suficientes y el tema debe tratarse de raíz.
Es por esto que la ANSV busca reformular los procesos de expedición de la licencia de conducción y por estos días se encuentra estructurando la malla curricular, la cantidad de horas, los ejes temáticos y, en términos generales, reformando la manera en que se imparte el conocimiento en las academias de automovilismo, que hoy en día son el primer filtro para obtener el pase. Sin embargo, la entidad considera que este filtro no es suficiente ya que lo aprendido en las horas de teoría y práctica es validado por las mismas escuelas de conducción.
La propuesta de la ANSV es que, al acabar el curso de conducción, a los aspirantes a sacar la licencia de conducción se les practique una prueba adicional que determine si lo que aprendió es suficiente y necesario para salir a las calles. Dicha prueba medirá el conocimiento y la aptitud del conductor e identificará el desarrollo psicológico para medir qué tan preparado está para tomar el volante.
Otro objetivo de la propuesta es que, según el director de la ANSV, Luis Felipe Lota, se debe evitar que la persona que tramite la licencia la obtenga solo por el hecho de haber pagado el curso, que oscila entre $800 mil y $1 millón. “Lo que buscamos es que no solo porque la persona tenga los recursos obtenga la licencia, sino que tenga toda la aptitud y actitud para manejar. Es que conducir debe ser un privilegio, más no un derecho, y la gente debe saber qué significan las señales, en qué momento acelerar cómo enfrentarse a las interacciones en el ambiente de movilidad”.
Aún no se sabe qué entidad realizará dicho examen, pero lo único cierto es que la idea es convertirlo en una prueba que “gradúe” a los que buscan obtener la licencia. “Aún estamos mirando quién haría el examen, pero es claro que debe ser alguien independiente de la academia. Esto que proponemos es comparable a que un estudiante se forma en el colegio, pero es el Estado el que garantiza y evalúa esa formación a través de una prueba independiente y decisiva. Por eso, la idea es guardar independencia entre la prueba que se hace en la academia y el examen final que determina si la persona obtiene o no la licencia”, agregó Lota..
A pesar de la buena intención de la agencia, es claro que la propuesta representa un aumento en los costos de tramitar la licencia que, como ya se explicó, hoy por hoy bordea el millón de pesos teniendo en cuenta los exámenes médicos y el costo del documento. Ante esto, el director de la ANSV explicó que “no hay claridad sobre costos, pero la premisa es que tratemos de que sea lo más económico posible. Aquí lo que nos interese es que la gente quiera y pueda sacar la licencia, pero con un costo elevado será más difícil que la gente acceda. Lo que menos nos interesa es impactar el costo definitivo al usuario”.
Por último, el encargado de la estructuración del nuevo “examen final” para los aspirantes a sacar la licencia confirmó que contemplan incluso hacer un cambio en los métodos de enseñanza en las academias de conducción. Para Lota, no necesariamente todas las personas requieren la misma profundidad en el mismo tema, por lo que las escuelas deben transformar la forma de priorizar la educación. En otras palabras, se buscaría tener una flexibilidad entre la cantidad de horas prácticas y teóricas, pues hoy en día las clases son más del 60 % teoría.
“Es bueno que las academias sepan la pertinencia de cada etapa de aprendizaje. Los estudiantes pueden tener una muy buena teoría, saberse todos los códigos y señales, pero al final llegan a la práctica y no saben cómo parquear o tomar una curva. Antes de realizar las prácticas, hay que analizar qué tanto sabe la persona”, concluyó el funcionario.
Los contenidos y metodología del nuevo examen están en proceso de elaboración en las oficinas de la ANSV, para luego construir la propuesta que llegará al Ministerio de Transporte y finalmente se articulará con los centros de conducción. La idea es que el nuevo examen esté listo en marzo de 2021, aunque a finales de este año se lanzaría el piloto de la prueba.