Racionamiento de agua en Bogotá: se cumplen dos meses y la medida va para largo
Las condiciones para levantar la medida siguen sin cumplirse: 15 días consumiendo menos agua de la que llega a los embalses. El sistema aún no sale de la zona de alerta y la proyección no es alentadora.
Alexánder Marín Correa
Bogotá cumple dos meses con racionamiento de agua y, tal parece, no hay esperanza de que la medida la quiten pronto. La condición fue clara: “15 días continuos gastando menos agua de la que llega al sistema Chingaza”, y a la fecha, la racha más larga ha sido de tres días (29, 30 y 31 de mayo).
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Pero si el reporte diario muestra que los embalses están aumentando paulatinamente de nivel, ¿por qué no se ha logrado? La respuesta es simple: la gente sigue sin llegar a un consumo de 15 m³/s y las lluvias no han sido tan intensas como se esperaba. A este paso, la medida temporal se podría volver permanente.
Y hay razones para hacerlo. Aunque el último reporte del nivel de llenado del sistema llegó el 35,8%, realmente no hay motivo para celebrar, ni para aflojar en las medidas de ahorro en sus hogares. El sistema sigue en la zona de alerta amarilla (con agua para 120 días) y lejos de los niveles para alejar la amenaza del desabastecimiento. La dimensión de la crisis se aprecia al conocer el nivel de llenado de sistema, para esta fecha, en los últimos siete años: mientras para el 10 de junio de 2017 el nivel ya estaba en el 82,53%, este año apenas está en 35,8%.
El asunto es que, según cifras históricas del Acueducto, el ciclo regular de llenado de los embalses termina en agosto, y para garantizar un año sin líos de abastecimiento deberían llegar al menos al 90%. Llegando a este porcentaje y, contando con el refuerzo de las lluvias de fin de año, el sistema puede abastecer con suficiencia la ciudad hasta abril del próximo año, cuando reinicia el proceso natural de llenado. Pero como están las cosas, será casi imposible de llegar a la meta.
Conscientes de esta situación es que el Distrito seguirá con las medidas y reforzando el mensaje de ahorro, con la expectativa de alcanzar un 70% de llenado al 31 de octubre, con lo que podría encausar de nuevo el embalse a su ciclo regular. Lograrlo, no solo requiere de una ayuda del cielo, con lluvias fuertes que aceleren el proceso, sino del compromiso de los bogotanos para seguir ahorrando.
No es momento de aflojar y menos con el cuidado del agua, pues hoy aún tenemos el privilegio de que el líquido corra por los grifos 27 días al mes. Sin embargo, de no tomar consciencia y actuar a tiempo, esa dicha estaría en riesgo en los próximos años, con medidas más severas que el racionamiento tres veces al mes.
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Y hay razones para hacerlo. Aunque el último reporte del nivel de llenado del sistema llegó el 35,8%, realmente no hay motivo para celebrar, ni para aflojar en las medidas de ahorro en sus hogares. El sistema sigue en la zona de alerta amarilla (con agua para 120 días) y lejos de los niveles para alejar la amenaza del desabastecimiento. La dimensión de la crisis se aprecia al conocer el nivel de llenado de sistema, para esta fecha, en los últimos siete años: mientras para el 10 de junio de 2017 el nivel ya estaba en el 82,53%, este año apenas está en 35,8%.
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Conscientes de esta situación es que el Distrito seguirá con las medidas y reforzando el mensaje de ahorro, con la expectativa de alcanzar un 70% de llenado al 31 de octubre, con lo que podría encausar de nuevo el embalse a su ciclo regular. Lograrlo, no solo requiere de una ayuda del cielo, con lluvias fuertes que aceleren el proceso, sino del compromiso de los bogotanos para seguir ahorrando.
No es momento de aflojar y menos con el cuidado del agua, pues hoy aún tenemos el privilegio de que el líquido corra por los grifos 27 días al mes. Sin embargo, de no tomar consciencia y actuar a tiempo, esa dicha estaría en riesgo en los próximos años, con medidas más severas que el racionamiento tres veces al mes.
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