El piqueteadero Doña Segunda, ubicado en el barrio 12 de Octubre, volvió a abrir sus puertas este lunes 24 de junio, después de que la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) ordenara su cierre por tres días. Esto, a causa de presuntos incumplimientos del pago de una multa que tenía el establecimiento por no expedir a sus clientes la facturación electrónica.
“La factura se expide de acuerdo con la venta de bienes o prestación de servicios. Esa información viaja inmediatamente a la administración tributaria, permitiendo un control más efectivo sobre los valores que la ciudadanía está pagando por sus consumos”, explicó Luis Hernando Valero, subdirector de Facturación de la DIAN, para Blu Radio.
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Por su parte, desde el piqueteadero, los empleados expresaron su descontento. Además, emitieron un comunicado aclarando las verdaderas razones del cierre, comprometiéndose con la situación y considerando injusto el tratamiento mediático recibido.
“En Doña Segunda somos respetuosos de las decisiones de las autoridades y estamos comprometidos en el cumplimiento de las normas y obligaciones. Doña Segunda y sus colaboradores, agradecemos las muestras de cariño recibidas ante los recientes eventos. Como lo hemos hecho desde siempre, y seguirá siendo así, estamos comprometidos con el mejor servicio y seguiremos entregando lo mejor de la gastronomía boyacense y construyendo país”.
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En la reapertura, el ambiente en Doña Segunda volvió a la normalidad con todos los empleados retomando sus funciones, mientras que funcionarios de la DIAN permanecen en las instalaciones realizando revisiones adicionales.
Operativos de la DIAN y multas
Según la entidad, durante el 2023 realizaron más de 50.000 visitas de facturación, de las cuales encontraron 3.300 casos en los que no se cumplía con los requisitos para expedir factura electrónica.
Cabe recordar que la normativa establece una multa del 5% de los ingresos operacionales del mes anterior si un establecimiento no cumple con la facturación electrónica, sanción que acogen algunos comerciantes, pero que otros, como Doña Segunda, no pagan y terminan por cerrarle temporalmente su histórico negocio.
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