Recuperar la confianza y cumplirles a los jóvenes, urgencias posparo
Tras un mes de manifestaciones, diversas voces coinciden en la necesidad de pensar en lo que vendrá tras la crisis: rescatar el tejido social, institucional y empresarial, para dar oportunidades y esperanza a los jóvenes, que no cesan de movilizarse. Algunos piden una tregua para levantar los bloqueos.
Va un mes de protestas y pocas cosas han cambiado. El presidente Iván Duque tuvo que revertir algunos planes, pero la gente sigue en las calles, porque muchas de sus peticiones van más allá de lo que le compete a un solo gobierno. Este estallido social es más contra el Estado, acusado de abandonar a muchas poblaciones, que contra una figura o movimiento político. Por eso, desde Bogotá, la alcaldesa Claudia López quiso aportar una solución con un plan de rescate para jóvenes y poblaciones vulnerables, que piden cambios de fondo.
La conmemoración del mes de protestas se cumplió ayer en la mayoría de capitales del país. En particular, en Bogotá se repitieron los bloqueos, desmanes en el Portal de las Américas, complicaciones de transporte y actos vandálicos como el hurto de un bus de Transmilenio, que luego fue recuperado. Por lo demás, el día transcurrió de forma pacífica, pues los principales actos de concentración fueron conciertos y eventos culturales.
>LEA: Jóvenes y descentralización: los motores de las movilizaciones
Se confirmó así que cada día aumentan las diferencias y la tensión, en un momento en el que la capital busca cómo iniciar un proceso efectivo de recuperación económica, reto al que se suman desafíos políticos y sociales. Aunque esto es en parte lo que intenta revertir el plan del Distrito, que costará $1,7 billones, diversas voces coinciden en que urge avanzar en otras aristas, sobre todo, para recuperar la confianza entre el Estado y la ciudadanía, que sería un primer paso para que los manifestantes logren respuesta a sus peticiones.
En otras palabras, si bien el plan de rescate recibió aplausos, está lejos de ser una solución. Es la consideración de Felipe Bogotá, director del programa Bogotá Cómo Vamos, quien destaca que, en lo social y económico, lo principal debe ser la mitigación de la pobreza. “Su incidencia es del 30 %, casi la población de Barranquilla, y el reto es pensar sosteniblemente la mitigación de su impacto. Y ahí hay un reto político: necesitamos una Alcaldía que siga trabajando con el Gobierno Nacional, actores privados, agremiaciones y academia, porque esta crisis no la puede enfrentar un solo un gobierno. Es momento de coordinación y conciliación”, indicó Bogotá.
Mitigar la pobreza y la desigualdad pasa por reconocer y enfrentar sus causas. Esa es la petición que viene desde el Concejo, que parece comprometido en acelerar la creación de proyectos con ese fin. La presidenta del cabildo, María Fernanda Rojas (Alianza Verde), destacó la inversión adicional que propone el Distrito y que puede brindar más empleo, pero propuso seguir implementando ayudas y alivios tributarios, en especial para artistas, bares, discotecas, eventos y otros sectores cuya reactivación económica no ha podido darse.
“El sistema tributario ayudaría a equilibrar el nivel de riqueza. Además, la apuesta por las diferentes formas de educación superior también es clave para democratizar las oportunidades de generación de ingreso digno. No es casual que estas sean las principales demandas de los manifestantes”, manifestó Rojas, quien cree que la apuesta fundamental debe ser reducir la desigualdad.
Un planteamiento similar hizo el concejal Carlos Fernando Galán (Bogotá para la Gente), quien cree que lo que se vive hoy es una “espiral de violencia” generada porque los gobernantes no han sabido entender lo que hay detrás. “Hay que darle un manejo que entienda los retos y tenga la capacidad de controlar a aquellos que apelan a la violencia y tratan de afectar la protesta pacífica. Quienes hemos tenido espacios de poder y liderazgo, como políticos, empresarios, medios y fuerzas armadas, debemos reflexionar sobre las fallas que hemos cometido”, pidió Galán, además de un compromiso de cambio real que sea valorado por quienes están en las calles.
Por último, el cabildante Samir Abisambra (Partido Liberal) pidió hacer una tregua para levantar bloqueos y lograr acuerdos iniciales, pero más allá, sugirió crear más espacios de participación activa en las soluciones a problemas generales de la ciudad. Para eso pidió dar un papel más protagónico a entidades como el Instituto de la Participación y Acción Comunal (IDPAC) y los consejos Distrital y Locales de Juventud.
Pero antes de concretar estas propuestas, desde la academia la recomendación es trabajar en recuperar la confianza y el tejido social y empresarial, que se rompió con el paro, lo que derivó en que la gente haya disminuido su fe en las instituciones. Para Guillermo Sinisterra, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la U. Javeriana, “una vez se empiece a restituir la confianza y el tejido social, vienen la reconstrucción empresarial y la apertura de sectores. Ahí el reto más grande es vacunar a todo el mundo, porque solo hay que abrir la ventana para ver que a la ciudadanía ya no le importa el virus y prefiere salir a trabajar, con todos los cuidados después de un año”.
En síntesis, lo que viene para la ciudad es, primero hacer un alto para que las partes empiecen a ceder y a reconocer lo que ha estado mal, no solo en este mes, sino históricamente. Luego vendrá el énfasis en los paquetes de ayuda a los más pobres y el cumplimiento de los compromisos con la juventud y los demás manifestantes, quienes han demostrado que no tienen problema en tomarse las calles hasta sentir que hay un Estado que respalda a todos. Falta ver quién da el primer paso.
Va un mes de protestas y pocas cosas han cambiado. El presidente Iván Duque tuvo que revertir algunos planes, pero la gente sigue en las calles, porque muchas de sus peticiones van más allá de lo que le compete a un solo gobierno. Este estallido social es más contra el Estado, acusado de abandonar a muchas poblaciones, que contra una figura o movimiento político. Por eso, desde Bogotá, la alcaldesa Claudia López quiso aportar una solución con un plan de rescate para jóvenes y poblaciones vulnerables, que piden cambios de fondo.
La conmemoración del mes de protestas se cumplió ayer en la mayoría de capitales del país. En particular, en Bogotá se repitieron los bloqueos, desmanes en el Portal de las Américas, complicaciones de transporte y actos vandálicos como el hurto de un bus de Transmilenio, que luego fue recuperado. Por lo demás, el día transcurrió de forma pacífica, pues los principales actos de concentración fueron conciertos y eventos culturales.
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Se confirmó así que cada día aumentan las diferencias y la tensión, en un momento en el que la capital busca cómo iniciar un proceso efectivo de recuperación económica, reto al que se suman desafíos políticos y sociales. Aunque esto es en parte lo que intenta revertir el plan del Distrito, que costará $1,7 billones, diversas voces coinciden en que urge avanzar en otras aristas, sobre todo, para recuperar la confianza entre el Estado y la ciudadanía, que sería un primer paso para que los manifestantes logren respuesta a sus peticiones.
En otras palabras, si bien el plan de rescate recibió aplausos, está lejos de ser una solución. Es la consideración de Felipe Bogotá, director del programa Bogotá Cómo Vamos, quien destaca que, en lo social y económico, lo principal debe ser la mitigación de la pobreza. “Su incidencia es del 30 %, casi la población de Barranquilla, y el reto es pensar sosteniblemente la mitigación de su impacto. Y ahí hay un reto político: necesitamos una Alcaldía que siga trabajando con el Gobierno Nacional, actores privados, agremiaciones y academia, porque esta crisis no la puede enfrentar un solo un gobierno. Es momento de coordinación y conciliación”, indicó Bogotá.
Mitigar la pobreza y la desigualdad pasa por reconocer y enfrentar sus causas. Esa es la petición que viene desde el Concejo, que parece comprometido en acelerar la creación de proyectos con ese fin. La presidenta del cabildo, María Fernanda Rojas (Alianza Verde), destacó la inversión adicional que propone el Distrito y que puede brindar más empleo, pero propuso seguir implementando ayudas y alivios tributarios, en especial para artistas, bares, discotecas, eventos y otros sectores cuya reactivación económica no ha podido darse.
“El sistema tributario ayudaría a equilibrar el nivel de riqueza. Además, la apuesta por las diferentes formas de educación superior también es clave para democratizar las oportunidades de generación de ingreso digno. No es casual que estas sean las principales demandas de los manifestantes”, manifestó Rojas, quien cree que la apuesta fundamental debe ser reducir la desigualdad.
Un planteamiento similar hizo el concejal Carlos Fernando Galán (Bogotá para la Gente), quien cree que lo que se vive hoy es una “espiral de violencia” generada porque los gobernantes no han sabido entender lo que hay detrás. “Hay que darle un manejo que entienda los retos y tenga la capacidad de controlar a aquellos que apelan a la violencia y tratan de afectar la protesta pacífica. Quienes hemos tenido espacios de poder y liderazgo, como políticos, empresarios, medios y fuerzas armadas, debemos reflexionar sobre las fallas que hemos cometido”, pidió Galán, además de un compromiso de cambio real que sea valorado por quienes están en las calles.
Por último, el cabildante Samir Abisambra (Partido Liberal) pidió hacer una tregua para levantar bloqueos y lograr acuerdos iniciales, pero más allá, sugirió crear más espacios de participación activa en las soluciones a problemas generales de la ciudad. Para eso pidió dar un papel más protagónico a entidades como el Instituto de la Participación y Acción Comunal (IDPAC) y los consejos Distrital y Locales de Juventud.
Pero antes de concretar estas propuestas, desde la academia la recomendación es trabajar en recuperar la confianza y el tejido social y empresarial, que se rompió con el paro, lo que derivó en que la gente haya disminuido su fe en las instituciones. Para Guillermo Sinisterra, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la U. Javeriana, “una vez se empiece a restituir la confianza y el tejido social, vienen la reconstrucción empresarial y la apertura de sectores. Ahí el reto más grande es vacunar a todo el mundo, porque solo hay que abrir la ventana para ver que a la ciudadanía ya no le importa el virus y prefiere salir a trabajar, con todos los cuidados después de un año”.
En síntesis, lo que viene para la ciudad es, primero hacer un alto para que las partes empiecen a ceder y a reconocer lo que ha estado mal, no solo en este mes, sino históricamente. Luego vendrá el énfasis en los paquetes de ayuda a los más pobres y el cumplimiento de los compromisos con la juventud y los demás manifestantes, quienes han demostrado que no tienen problema en tomarse las calles hasta sentir que hay un Estado que respalda a todos. Falta ver quién da el primer paso.