Red Room 2: así fue la fiesta en el norte de Bogotá en la que murió Ricardo Rojas
El evento se llevó a cabo en un establecimiento cerrado ubicado en la carrera 7 con calle 245 y, según los asistentes, se sobre vendió en varias oportunidades. En diálogo con El Espectador, Julián Velázquez, pareja de la víctima, contó lo sucedido.
Eran las 4:30 a.m. del domingo 3 de julio cuando Ricardo José Rojas se desplomó. Las tres horas antes había estado inconsciente y casi sin poder moverse. Su cuerpo dejó de responder a los estímulos que le hacían varios de los asistentes al evento Red Room2, y su pulso se fue apagando. A las 5:10 a.m., cuando llegó una ambulancia y varios uniformados de la Policía, se confirmó su muerte. Alrededor de este hecho se desató una polémica por las precarias condiciones en la que se habría desarrollado el evento en el que murió el joven de 26 años, el cual fue promovido por la organización Tech No Bogotá.
Publicaciones en redes sociales, refiriéndose al evento y lo sucedido, tienen cerca de 400 comentarios, todos ellos con quejas sobre la falta de logística, personal médico, ventilación y agua en los baños pasada la medianoche. Existe un malestar general por esta situación, que, aparentemente, no sería la primera vez que ocurre. El Espectador pudo conocer varias denuncias, en las que jóvenes insisten en que la clandestinidad de estos eventos permite que se pasen por alto reglas básicas para realizar encuentros masivos de música.
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Por parte de los organizadores se emitió un comunicado de prensa en el que aseguran que las acusaciones son “falsas” porque “si se encontraba personal médico en el lugar. Se contaba con suficiente personal logístico. Había un mínimo vital de agua, más agua de la suficiente para tomar, al igual que agua en todas las zonas comunes”. Además, Carlos Rivera, quien se presentó como abogado del organizador del evento, señaló que su cliente le informó que la fiesta contaba con personal de logística preparado.
“Hay llaves donde estuvo organizado el evento y en los baños siempre hubo agua (…) El personal de salud fue el que prestó primeros auxilios al joven que falleció”, agregó Rivera, pero frente a esto, los amigos de la víctima señalan que quienes prestaron los primeros auxilios habrían sido los mismos asistentes al evento y no el supuesto personal de logística o el personal médico.
Para conocer la causa de la muerte de Rojas hay que esperar el resultado de la necropsia que se le realizará en Medicina Legal, pues hasta ahora no hay indicios de lo que pudo ocurrir, ya que sus amigos dicen desconocer si él consumió alguna sustancia psicoactiva o licor.
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Red Room 2, la fiesta en la que murió Ricardo
Julián Velázquez tenía una relación sentimental con Ricardo hace cuatro años, tiempo que dice haberle servido para conocerlo muy bien y asegurar que era una persona emprendedora y trabajadora. La noche de la fiesta estuvieron juntos y recuerda de manera detallada todo lo que pasó previo y posterior a su muerte.
“El evento empezó a las 10:00 p.m. del sábado 2 de julio, a esa hora llegamos nosotros. Pagamos $55.000 por la boleta de cada uno, pero luego supimos que se sobre vendió y que la boleta subió de precio. Ese costo no incluía nada, nosotros teníamos que llegar hasta allá (Rancho La María – Carrera 7 con calle 245). Para entrar había mucha fila y únicamente había dos personas (de logística) para tanta gente, entonces fue demorado”.
“Cuando entramos nos quedamos en el primer piso, mirando el primer DJ. Ahí duramos como hasta las 12 de la medianoche y todo estaba bien, pero como el primer piso se estaba llenando y hacía mucho calor, decidimos subir al segundo porque estaba más vacío (video). A 1:30 a.m., aproximadamente, notamos que Ricardo tenía un comportamiento extraño. Él no podía modular palabras, no se podía quedar de pie y eso nos alarmó. Entonces le solicitamos al personal de logística, que por favor nos llevara a enfermería, a donde estuviera el personal médico o a una ambulancia, que por lo general este tipo de eventos deben tener”.
“La persona de logística nos indica, no lo dice textualmente, pero da a entender que el evento no había contratado este tipo de servicios, que ellos no tenían paramédicos, ambulancia o enfermería, que lo máximo que podían hacer por él, era sacarlo a que le diera el viento. Nos pareció muy extraño, pero entonces lo que hicimos fue sacarlo de la gente y llevarlo a la parte de atrás (del segundo piso) porque estaba más vacío, pero igual el espacio no tenía mucha ventilación”.
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“Yo bajé al primer piso, ya eran como las 2:00 a.m. ahí estaba el lugar de venta de líquidos y pregunté que ¿cuánto costaba el agua? Y me dijeron que ya se había acabado, que no estaban vendiendo más agua, que solo había cerveza. En ese momento también me entero de que no estaban permitiendo ingresar a los baños para coger agua o llenar términos con agua de los lavamanos”.
“Lo único que conseguí fue un Gatorade, entonces volví a subir para intentar estabilizarlo. También llamé a la línea 123, no sé si por la lejanía del lugar, pero la llamada nunca entró. Muchos asistentes del evento, no personal de logística, sino asistentes, nos ayudaron con Ricardo. Alrededor de las 4:30 a.m. él se desploma y una chica se nos acercó y dijo que tenía conocimiento en reanimación, ella dice que le demos la vuelta, ella lo reanima varias veces, pero Ricardo no respondía. Otra persona que nos dicen que eran como paramédicos (también asistentes al evento) nos indica que él ya no tenía pulso”.
“Al ver que tanta gente estaba a nuestro alrededor ayudando, la logística y los organizadores del evento se acercan a donde estábamos. A Ricardo le colocaron un reloj inteligente y dijeron que sí tenía pulso, pero yo insisto en que no es cierto, porque con los demás asistentes confirmamos que no tenía pulso, ni estaba respondiendo a los estímulos. Ellos (los organizadores) insisten en que sí tiene pulso, lo levantan y lo bajan, pero ahí él ya había fallecido. Del segundo piso se lo llevaron para el primero, como a un lugar parecido a un sótano o a un establo, más bien”.
“En la parte de abajo lo sentaron en una silla y luego llegó la ambulancia y la Policía, eran más o menos a las 5:10 a.m. ellos confirman que claramente no tenía signos vitales, él ya había muerto arriba donde intentamos pedir ayuda muchas veces”, cuenta Julián.
La presencia de sustancias psicoactivas en fiestas y eventos musicales no es un secreto, y frente a ello, los amigos de Ricardo Rojas aseguraron desconocer si él consumió algún alucinógeno. Además, también se descartaría, según ellos, el consumo de licor, pues en la fiesta no vendían bebidas diferentes a cerveza. “Estamos esperando que Medicina Legal diga qué pasó”.
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Eran las 4:30 a.m. del domingo 3 de julio cuando Ricardo José Rojas se desplomó. Las tres horas antes había estado inconsciente y casi sin poder moverse. Su cuerpo dejó de responder a los estímulos que le hacían varios de los asistentes al evento Red Room2, y su pulso se fue apagando. A las 5:10 a.m., cuando llegó una ambulancia y varios uniformados de la Policía, se confirmó su muerte. Alrededor de este hecho se desató una polémica por las precarias condiciones en la que se habría desarrollado el evento en el que murió el joven de 26 años, el cual fue promovido por la organización Tech No Bogotá.
Publicaciones en redes sociales, refiriéndose al evento y lo sucedido, tienen cerca de 400 comentarios, todos ellos con quejas sobre la falta de logística, personal médico, ventilación y agua en los baños pasada la medianoche. Existe un malestar general por esta situación, que, aparentemente, no sería la primera vez que ocurre. El Espectador pudo conocer varias denuncias, en las que jóvenes insisten en que la clandestinidad de estos eventos permite que se pasen por alto reglas básicas para realizar encuentros masivos de música.
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Por parte de los organizadores se emitió un comunicado de prensa en el que aseguran que las acusaciones son “falsas” porque “si se encontraba personal médico en el lugar. Se contaba con suficiente personal logístico. Había un mínimo vital de agua, más agua de la suficiente para tomar, al igual que agua en todas las zonas comunes”. Además, Carlos Rivera, quien se presentó como abogado del organizador del evento, señaló que su cliente le informó que la fiesta contaba con personal de logística preparado.
“Hay llaves donde estuvo organizado el evento y en los baños siempre hubo agua (…) El personal de salud fue el que prestó primeros auxilios al joven que falleció”, agregó Rivera, pero frente a esto, los amigos de la víctima señalan que quienes prestaron los primeros auxilios habrían sido los mismos asistentes al evento y no el supuesto personal de logística o el personal médico.
Para conocer la causa de la muerte de Rojas hay que esperar el resultado de la necropsia que se le realizará en Medicina Legal, pues hasta ahora no hay indicios de lo que pudo ocurrir, ya que sus amigos dicen desconocer si él consumió alguna sustancia psicoactiva o licor.
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Red Room 2, la fiesta en la que murió Ricardo
Julián Velázquez tenía una relación sentimental con Ricardo hace cuatro años, tiempo que dice haberle servido para conocerlo muy bien y asegurar que era una persona emprendedora y trabajadora. La noche de la fiesta estuvieron juntos y recuerda de manera detallada todo lo que pasó previo y posterior a su muerte.
“El evento empezó a las 10:00 p.m. del sábado 2 de julio, a esa hora llegamos nosotros. Pagamos $55.000 por la boleta de cada uno, pero luego supimos que se sobre vendió y que la boleta subió de precio. Ese costo no incluía nada, nosotros teníamos que llegar hasta allá (Rancho La María – Carrera 7 con calle 245). Para entrar había mucha fila y únicamente había dos personas (de logística) para tanta gente, entonces fue demorado”.
“Cuando entramos nos quedamos en el primer piso, mirando el primer DJ. Ahí duramos como hasta las 12 de la medianoche y todo estaba bien, pero como el primer piso se estaba llenando y hacía mucho calor, decidimos subir al segundo porque estaba más vacío (video). A 1:30 a.m., aproximadamente, notamos que Ricardo tenía un comportamiento extraño. Él no podía modular palabras, no se podía quedar de pie y eso nos alarmó. Entonces le solicitamos al personal de logística, que por favor nos llevara a enfermería, a donde estuviera el personal médico o a una ambulancia, que por lo general este tipo de eventos deben tener”.
“La persona de logística nos indica, no lo dice textualmente, pero da a entender que el evento no había contratado este tipo de servicios, que ellos no tenían paramédicos, ambulancia o enfermería, que lo máximo que podían hacer por él, era sacarlo a que le diera el viento. Nos pareció muy extraño, pero entonces lo que hicimos fue sacarlo de la gente y llevarlo a la parte de atrás (del segundo piso) porque estaba más vacío, pero igual el espacio no tenía mucha ventilación”.
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“Yo bajé al primer piso, ya eran como las 2:00 a.m. ahí estaba el lugar de venta de líquidos y pregunté que ¿cuánto costaba el agua? Y me dijeron que ya se había acabado, que no estaban vendiendo más agua, que solo había cerveza. En ese momento también me entero de que no estaban permitiendo ingresar a los baños para coger agua o llenar términos con agua de los lavamanos”.
“Lo único que conseguí fue un Gatorade, entonces volví a subir para intentar estabilizarlo. También llamé a la línea 123, no sé si por la lejanía del lugar, pero la llamada nunca entró. Muchos asistentes del evento, no personal de logística, sino asistentes, nos ayudaron con Ricardo. Alrededor de las 4:30 a.m. él se desploma y una chica se nos acercó y dijo que tenía conocimiento en reanimación, ella dice que le demos la vuelta, ella lo reanima varias veces, pero Ricardo no respondía. Otra persona que nos dicen que eran como paramédicos (también asistentes al evento) nos indica que él ya no tenía pulso”.
“Al ver que tanta gente estaba a nuestro alrededor ayudando, la logística y los organizadores del evento se acercan a donde estábamos. A Ricardo le colocaron un reloj inteligente y dijeron que sí tenía pulso, pero yo insisto en que no es cierto, porque con los demás asistentes confirmamos que no tenía pulso, ni estaba respondiendo a los estímulos. Ellos (los organizadores) insisten en que sí tiene pulso, lo levantan y lo bajan, pero ahí él ya había fallecido. Del segundo piso se lo llevaron para el primero, como a un lugar parecido a un sótano o a un establo, más bien”.
“En la parte de abajo lo sentaron en una silla y luego llegó la ambulancia y la Policía, eran más o menos a las 5:10 a.m. ellos confirman que claramente no tenía signos vitales, él ya había muerto arriba donde intentamos pedir ayuda muchas veces”, cuenta Julián.
La presencia de sustancias psicoactivas en fiestas y eventos musicales no es un secreto, y frente a ello, los amigos de Ricardo Rojas aseguraron desconocer si él consumió algún alucinógeno. Además, también se descartaría, según ellos, el consumo de licor, pues en la fiesta no vendían bebidas diferentes a cerveza. “Estamos esperando que Medicina Legal diga qué pasó”.
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