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Recientemente, el IDEAM señaló que el comportamiento meteorológico entre los meses de agosto y noviembre aumentará la probabilidad de que se presenten altos niveles de precipitaciones en varias regiones del país. Ante la inminente llegada del fenómeno de La Niña, que se prevé afecte principalmente a las regiones Andina y Caribe, los gobiernos departamentales se preparan para enfrentar la contingencia.
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En el caso de la Región Central, de acuerdo con los pronósticos del IDEAM, se espera que para agosto las lluvias aumenten de manera significativa, especialmente en el centro y el suroccidente, es decir, los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Tolima. Posteriormente, en el mes de septiembre se esperan precipitaciones por debajo de los índices normales en la mayoría de la Región Central, excepto la zona central del departamento de Cundinamarca y el norte de Boyacá, razón por la cual las acciones enfocadas en la mitigación de riesgo son fundamentales para evitar que la situación escale y se pueda suscitar una tragedia derivada de las emergencias provocadas por las lluvias.
Informes técnicos de la NOOA (National Oceanic and Atmospheric Administration) establecen que entre los meses de septiembre y noviembre de 2024 podría surgir el fenómeno de La Niña con una probabilidad del 66 % persistiendo hasta el primer trimestre del 2025, según señala la Región Administrativa y de Planificación Especial, RAP-E, entidad de carácter técnico cuyo propósito fundamental es construir identidad regional y planes que orienten a los departamentos para asumir los desafíos que se presenten se su territorio.
Teniendo en cuenta que entre 2010 y 2023, en la Región Central (Bogotá D.C., Boyacá, Cundinamarca, Tolima, Meta y Huila) se registraron más de 6500 emergencias por inundaciones, avenidas torrenciales y movimientos en masa, según señala la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el reto consiste en fortalecer la planificación de gestión del riesgo y reducción de la vulnerabilidad al cambio climático.
“Es muy probable que entre los meses de octubre y noviembre aumente la probabilidad de precipitaciones hasta en un 70 %, es decir, que vamos a tener lluvias, posibles inundaciones, daños en las vías, daños en los cultivos, etc. Ante esta preocupación la RAP-E Región Central ha convocado a los gobiernos departamentales de Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Huila, Meta y a Bogotá a activar el sistema regional de riesgos, esto implica un esfuerzo conjunto entre estos gobiernos departamentales, los municipales, y además las comunidades organizadas, para enfrentar los grandes riesgos que se vendrían con este fenómeno que podría incluso afectar los primeros meses del 2025″, expresó Ricardo Agudelo Sedano, gerente de la RAP-E Región Central.
Como se ve, las cifras señaladas por la RAP-E, denotan la importancia de que los actores encargados de atender las emergencias, sean entidades gubernamentales, administrativas o de atención de desastres, trabajen de manera articulada tanto en la prevención como en la preparación para mitigar y atender los escenarios de riesgo.
“La comunidad juega un papel clave, ya que son los primeros actores en responder frente a una situación de emergencia. Por eso, las gobernaciones y alcaldías deben fortalecer las capacidades comunitarias e institucionales, tanto en conocimiento del riesgo como en preparación de la respuesta, y tender mecanismos eficientes de comunicación para una reacción inmediata”, reiteró Agudelo Sedano.
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