Unas 6.000 hectáreas de la ciudad han sido dispuestas para esta figura urbanística gracias al POT.
Foto: RenoBo
Bogotá está destinada a mudar de piel en los próximos 15 años. La yerta capa de concreto que cubre algunos sectores podría cambiar gracias a que la capital cuenta con dos instrumentos de planeación y con herramientas para mejorarle el semblante con viviendas, espacio público y movilidad.
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com