El consumo de alcohol y sustancias psicoactivas son una variable de incidencia importante en las riñas y, por ende, en el delito de lesiones personales.
Foto: Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia
Fibra por fibra, el tejido social de Bogotá evidencia un desgarre paulatino. Esta semana, un sujeto, de 33 años, mató a su compañero de apartamento, en una pelea de tragos. Dos días después, otro segó la vida de su concuñado, tras una discusión. Ambos casos muestran el panorama de delitos por convivencia y su persistencia, en la sociedad. Según el Distrito, este año las lesiones personales han aumentado 7 % en Bogotá. Y, a nivel nacional, la Policía registra un aumento del 11 %.
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com