Resignificar la discapacidad, uno de los retos de la nueva Política Pública
Las personas con discapacidad en Bogotá insisten en no ser vistas desde la extrema compasión o el pesar, por el contrario, reclaman una ciudad que los incluya en sus dinámicas y les brinde las mismas oportunidades que al resto. Por su parte, el Distrito le apuesta a la nueva Política Pública de Discapacidad para garantizar sus derechos.
Laura C. Peralta Giraldo
Uno de los problemas de la sociedad es que nos enseña a ver el mundo desde una sola perspectiva, condicionando así el vivir. Por eso, quienes deben o se atreven a andar distinto son tomados por extraños. Que lo digan las personas con discapacidad, quienes no solo sufren las miradas discriminatorias, sino también, las de la extrema compasión.
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Uno de los problemas de la sociedad es que nos enseña a ver el mundo desde una sola perspectiva, condicionando así el vivir. Por eso, quienes deben o se atreven a andar distinto son tomados por extraños. Que lo digan las personas con discapacidad, quienes no solo sufren las miradas discriminatorias, sino también, las de la extrema compasión.
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No las han pedido, dicen. Tampoco el pesar que suele despertar el no poder ver, oír, caminar. No esperan ser comprendidos, agregan, pero sí una ciudad que los incluya y les brinde las mismas oportunidades que al resto.
“Siempre estamos peleando entre lo que la gente quiere ver en nosotros y lo que en verdad somos. En nuestras discapacidades hemos encontrado maneras de vivir diferentes, especiales y poderosas. Yo no creo que Dios me haya quitado visión o tres centímetros de pierna, sino que simplemente me regaló menos visión y menos centímetros, cada día siento más gratitud por estar donde estoy”, dice Andrés Roldán, cantante de Café a Ciegas, un grupo de artistas con algún tipo de discapacidad que tiene un claro objetivo: mostrar a través de sus obras que se puede sentir el mundo de otras maneras.
Sin embargo, a Andrés, el elegir cómo llevar la vida y el acercarse al arte le tomó tiempo y reflexiones: “En mi infancia, todos los niños destacaban jugando fútbol, baloncesto y yo no tenía esos dones. En mi adolescencia lo volví un caballito de batalla, aprendí a vivir y a divertirme siendo cojo y a saber decir “eso no lo puedo hacer”. Tuve que estar conectado con mis emociones, descubrir lo que es la empatía”.
Similar le sucedió a Lucía Lozada Silva, hoy coordinadora de la Secretaría Técnica de Discapacidad y una de las voces responsables en la construcción de la Política Pública de Discapacidad en Bogotá, la herramienta con la que el Distrito espera garantizar el cumplimiento de derechos a esta población.
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“Yo antes me reconocía como un discapacitado porque solo me habían enseñado que valía por unos ojos que no veían. Luego, empecé a entender que ser ciega es reconocer que tu cuerpo cuenta una historia, que hay otras formas de ver el mundo, que rodar en una silla de ruedas también es caminar. Empecé a desaprender lo que me habían enseñado sobre mí misma. Para mí, la ceguera es una característica, como el ser blanco, el ser mujer, la discapacidad tiene que ver con las barreras sociales que te ponen”, cuenta Lucía.
Para ejemplificar algunas de las barreras sociales, de acuerdo con el Observatorio Poblacional Diferencial y de Familias, el 12,8% de la población con discapacidad en Bogotá está en pobreza multidimensional y el 53% se concentran en los estratos 1 y 2. A su vez, el 52 % registra la primaria como nivel de escolaridad más alto alcanzado, mientras que el 6 % no tiene ningún nivel de educación.
De otro lado, según cifras del DANE, por lo menos ocho de cada diez personas con discapacidad se encuentran desempleadas en el país y aunque en el marco legislativo colombiano se establece que un número de vacantes deben ser ocupadas por esta población, la norma está lejos de cumplirse a cabalidad.
Lo anterior se suma a los tratos discriminatorios que hombres y mujeres con discapacidad aseguran haber recibido en algún momento de su vida y a las falencias en la infraestructura y acceso a servicios para este grupo. “A Bogotá le falta ser un espacio para las personas con discapacidad. No se imagina cuántas veces he caído por las calles bogotanas por los problemas en los andenes, en la altura, en la señalización”, manifiesta Roldán.
Política Pública de Discapacidad
Por lo anterior, y con la misión de garantizar el goce efectivo de los derechos y la inclusión social de las personas con discapacidad, sus familias y personas cuidadoras de personas con discapacidad en el territorio urbano, rural y disperso de Bogotá, el Distrito lanzó la Política Pública de Discapacidad, vigente desde 2023 a 2034.
“Bogotá tiene una nueva política pública de discapacidad, vamos a invertir más de 2 billones de pesos a lo largo de los próximos años, para favorecer a las 500.000 personas con algún tipo de discapacidad que viven en la ciudad, así como a sus familiares y cuidadores. Necesitamos una ciudad abierta, que no discrimine”, mencionó el secretario de Gobierno, Felipe Jiménez Ángel.
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Según Jiménez, algunos de los objetivos de esta política serán el generar empleabilidad y emprendimiento para las personas con discapacidad, disminuir las brechas en educación, mejorar el espacio público y trabajar con la sociedad en general para borrar los estereotipos y discriminaciones.
Asimismo, Lozada menciona que se iniciará una serie de ejercicios pedagógicos con los habitantes de las localidades de Bogotá para que “se apropien de la política pública. Buscamos resolver esas ideas que se tienen sobre la población con discapacidad de que no pueden hacer algo o no son capaces”.
Sin duda, adoptar esta política pública es un gran paso que da el Distrito para saldar varias de las deudas que se tienen con las personas con discapacidad, está por verse cuál será su avance en lo que resta de esta gestión y cómo le dará continuidad en las próximas administraciones.
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