Romper el ciclo de feminicidios en Bogotá: una tarea que atraviesa toda esfera social
Dos casos de feminicidio en menos de 24 horas ponen en alerta la situación en la capiral. Repasamos las cifras, el panorama y la actual incidencia del delito en la ciudad.
Juan Camilo Parra
Cada que ocurre un feminicidio en la capital queda la sensación de que no se hizo todo lo posible por salvar a la víctima. A Stefanny Barranco su expareja le quitó la vida en el centro comercial Santafé, días después de discutir asuntos relacionados con su separación. Como en otros casos, hubo videos, relatos de alerta e impotencia ciudadana. Otros se preguntan si los feminicidios están disparados o si es cuestión de percepción o normalización. En la capital, sin embargo, el fenómeno pareciera cruzar de la esfera privada a lo público, cuando el crimen es perpetrado en un concurrido sitio y ante la mirada de todos. Horas después de la conmoción por el feminicidio de Stefanny, la noche de este jueves 30 de mayo, otra mujer fue asesinada por su expareja en la localidad de Suba, dejando a la capital sumida en el luto otra noche más.
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Cada que ocurre un feminicidio en la capital queda la sensación de que no se hizo todo lo posible por salvar a la víctima. A Stefanny Barranco su expareja le quitó la vida en el centro comercial Santafé, días después de discutir asuntos relacionados con su separación. Como en otros casos, hubo videos, relatos de alerta e impotencia ciudadana. Otros se preguntan si los feminicidios están disparados o si es cuestión de percepción o normalización. En la capital, sin embargo, el fenómeno pareciera cruzar de la esfera privada a lo público, cuando el crimen es perpetrado en un concurrido sitio y ante la mirada de todos. Horas después de la conmoción por el feminicidio de Stefanny, la noche de este jueves 30 de mayo, otra mujer fue asesinada por su expareja en la localidad de Suba, dejando a la capital sumida en el luto otra noche más.
En contexto: Los hijos de Stefanny Barranco, las otras víctimas del feminicidio en Bogotá
El problema de las cifras
La Policía de Bogotá asegura que este año se han registrado cuatro feminicidios, lo que representa una disminución del 75 % de casos, comparado con el mismo período de 2023. Este año no solo Stefanny y en las últimas horas Natalia Vásquez, han sido víctimas, sino también lo fue Íngrid Vanesa Castro, de 23 años, asesinada por su expareja en la víspera del Día de la Madre, y anteriormente Sandra Liliana Romero, de 37 años, asesinada el pasado 11 de abril por su pareja mientras dormía. No obstante, los números varían.
Tras lo ocurrido en el centro comercial Santafé, la Procuraduría lanzó una alerta: “Cada semana han muerto en el país cuatro mujeres, víctimas de feminicidios, a manos de sus parejas o exparejas sentimentales”, indicó la jefa del ente de control, mencionando seis casos en la capital, es decir, el doble de los que afirma la Policía. El Observatorio de Equidad y Generó de Bogotá, por su parte, señala que a corte de abril tenían reportes de 29 casos, solo que no todos están tipificados como feminicidios por la Fiscalía, pero son analizados con perspectiva de género.
“Las cifras proveen información importante a la hora de emitir la política pública criminal. Debemos entender que existen subregistros y que los datos deben servir para poder segmentar a la población en riesgo y así lograr mayor cobertura en materia de prevención”, analiza Luz Mercedes Cevallos Sánchez, coordinadora del Programa de Criminología e Investigación Criminal de la Universidad del Rosario.
“En este caso le corresponde directamente a las secretarías de Seguridad y de la Mujer lograr una unificación en los datos. Bogotá tiene un Observatorio de Mujeres y Equidad de Género que debe ser tenido en cuenta para consolidar cifras globales y obtener mejores impactos en la atención y prevención de casos. Por ejemplo, se atienden situaciones que no están en manos de la Fiscalía, pero que fueron recibidas y acompañadas por organizaciones de mujeres, o casos que fueron tomados por la Línea Púrpura, que no están incluidos en las mediciones de los observatorios y organizaciones. Esas cifras, si se logran unificar, brindarían un panorama más claro que puede resultar en mejoras significativas”, señaló en diálogo con El Espectador Heidy Sánchez, concejal del Pacto Histórico.
Cada año, además, la Secretaría de la Mujer, aunque con bajo presupuesto, ha ido reforzando los canales de denuncia. Con corte al 30 de abril, atendieron a 11.712 mujeres víctimas de violencia. Eso quiere decir que, en promedio, 78 acuden a diario buscando ayuda. Por su parte, la Línea Púrpura atendió a 10.808 en los primeros cuatro meses del año. La apuesta de la cartera está en 18 propuestas para fortalecer la prevención de violencias de género, más otras que se sumaron al aprobado Plan de Desarrollo.
“Hemos normalizado las violencias contra las mujeres. Esto tiene que cambiar. El feminicidio como delito debe reafirmar que este no es un asunto privado, es un asunto de la sociedad. El autocuidado de las mujeres es muy importante, así como saber identificar las banderas rojas que nos ponen en peligro en una relación. Para que un perpetrador llegue a un feminicidio, normalmente han antecedido acciones violentas. Mantengamos relaciones sanas con personas que no ejerzan discriminación contra nosotras”, señala Cevallos.
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Lo que viene en el Plan de Desarrollo
“La verdad es que en los meses que lleva esta administración se evidencia que no ha habido un cambio tangencial en cuanto a la atención de casos de feminicidios. De hecho, la demoras en la contratación que se dieron en los primeros meses de este año, por supuesto, afectaron la atención directa a las mujeres víctimas”, afirma la concejal Sánchez.
No obstante, en lo que al aprobado Plan de Desarrollo respecta, hay un espacio importante dedicado a la prevención de violencias basadas en género, una novedad significativa en la lucha por disminuir las alarmantes cifras de violencias contra la mujer que se registran en Bogotá.
“Logramos nutrir esta propuesta con una proposición que estructure un sistema de alertas tempranas para la prevención, que fue incluida en el Plan de Desarrollo. Lo que se planteó fue que en localidades y barrios con altos índices de violencia de género, en fechas en que las cifras aumentan los casos, como el Día de la Madre, y en general, en lugares específicos donde por la experiencia se tengan indicios que situaciones de riesgo para mujeres, se redoblen las acciones enfocadas a mitigar estos delitos. Y no solamente por el lado punitivo. Las acciones de prevención estarán enfocadas en la pedagogía y en asumir la conversación con un enfoque de género”, explica la cabildante.
Estrategias como la Línea Calma, pensada para que los hombres puedan ponerles palabras a sus sentimientos y aprender a manejar situaciones emocionales como la ira, la frustración, los celos, los duelos amorosos, la preocupación por motivos económicos o familiares, la ansiedad, la depresión, entre otros, bajo una orientación emocional, psicosocial y de género, son apuestas importantes que si bien son susceptibles de mejoras, son fundamentales. En especial, teniendo en cuenta que en la gran mayoría de situaciones relacionadas con violencias de género son ellos los victimarios.
La pedagogía es otra de las claves que debe robustecerse para lograr cambios reales en la lectura de la sociedad frente a las relaciones de pareja y en los roles de género, circunstancias que siguen reproduciendo contextos que derivan en las condiciones de violencia, desigualdad y machismo, con las que a diario la gran mayoría de mujeres del país deben convivir.
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