Salud en Bogotá: ¿qué se hizo en cuatro años?
La Secretaría de Salud destaca el avance en indicadores de salud pública y atención con plataformas virtuales. Sin embargo, algunos de sus servicios han sido cuestionados por los entes de control. Aciertos y desatinos de un sector que presentó cambios.
Kelly Rodríguez / krodriguezd@elespectador.com
A pocos días del cambio de administración, es momento de hacer corte de cuentas de lo que se hizo y se dejó de hacer en cuatro años. Como es natural, en el Plan de Desarrollo se incluyeron metas que apuntaban a un cambio en el sector salud. Pero ¿se cumplieron las expectativas?
Reducir la tasa de mortalidad infantil y materna; disminuir los embarazos adolescentes, descongestionar los servicios de urgencias, reducir la insatisfacción de los usuarios de Capital Salud, entregar cuarenta Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS) y construir cinco hospitales fueron algunos de los compromisos más notorios. Hoy la Secretaría consolidó lo que, en su concepto, han sido los mayores logros. Para empezar, destaca cero muertes de niños por desnutrición, cifra que fue catalogada por la entidad como histórica, pues no se presentaba desde hace veinte años.
También se presentó una reducción del 10,7 % de la mortalidad infantil, pasando de 688 casos en 2015 a 614 en 2019; del 61 % en la mortalidad materna, pasando de 23 casos en 2015 a nueve este año, y del 37% en embarazos de mujeres menores de 19 años, pasando de 11.907 en septiembre de 2015 a 7.411 en 2019. Sin embargo, sobre el último indicador la Personería hizo una serie de reparos advirtiendo posibles inconsistencias en la unificación de datos y falta de coordinación entre las secretarías encargadas del programa.
(Lea también: Los logros y los pendientes en educación)
Pero este no fue el único punto que el ente de control cuestionó. El Distrito afirmó que las filas y el hacinamiento en los servicios de urgencia en los hospitales públicos disminuyeron 90 %. Pero la Personería puso este dato en tela de juicio cuando denunció que la entidad modificó los estándares para medir la sobreocupación, incluyendo no solo las camas en urgencias, sino camillas, sillas en pasillos y áreas de observación.
Otro traspié se presentó cuando el Distrito se refirió a la recuperación de la EPS del Distrito, Capital Salud (cuyos principales usuarios son del régimen subsidiado), gracias a la inyección de $340.000 millones en los últimos tres años y anunció que, en febrero pasado, la EPS arrojó utilidades por más de $106.000 millones. Esto lo cuestionó el concejal Manuel Sarmiento (Polo Democrático), quien expuso posibles inconsistencias en la forma de llevar la contabilidad, desmintiendo la versión de las utilidades y, de paso, afirmando que el primer semestre de 2018 la EPS tuvo pérdidas operacionales por $78.400 millones.
La explicación del secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, fue que hubo discrepancias por la forma en la que el revisor fiscal y el Distrito aplicaron los excedentes de las reservas técnicas en los estados financieros.
Infraestructura hospitalaria
Para el primer semestre de 2019 se tenía prevista la contratación de los hospitales de Bosa, Usme y Santa Clara (este último en el San Juan de Dios), pero no pasó. Si bien los proyectos siguen en pie, apenas en el segundo semestre del año se abrieron las licitaciones. Según el cronograma, el único que quedará adjudicado el 31 de diciembre es el de Bosa. Por otro lado, la entidad logró retomar las obras de la torre de urgencias del Hospital de Kennedy, proyecto contratado en 2010 y suspendido en 2013.Más allá de esto, lo cierto es que las movidas de la Secretaría de Salud dan para debates entre quienes apoyan o desaprueban los resultados. Para Jorge Luis Hernández, profesor de salud pública de la Universidad de los Andes, faltó fortalecer el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, ya que en 2016 se presentaron 10.948 casos y en 2018 fueron 7.469. “El bajonazo sugiere barreras de acceso a los derechos sexuales de las mujeres. Además, no se organizaron los convenios docencia-servicio con las facultades de medicina de la ciudad y faltó consolidar una respuesta desde el sector a la contaminación del aire, que puede genera enfermedades respiratorias, neumopatías e incluso cáncer”.
(Le recomendamos: Disminuyeron los homicidios, pero aumentaron los hurtos)
No obstante, el docente cree que uno de los logros de la Secretaría fue la conformación de las subredes de servicios de salud (Sur, Norte, Centro-Oriente y Suroccidente). Aspecto con el que no concuerda el concejal Manuel Sarmiento. “Mi balance es negativo. La reorganización del sistema en subredes, con el propósito de reducir costos, ocasionó perjuicios a los usuarios, pues implicó el cierre de servicios, para concentrarlos en pocos hospitales, obligando a la gente a recorrer mayores distancias”.
Sarmiento agregó que el Distrito incumplió cada una de las metas en materia de infraestructura de salud, pues no se construyeron los hospitales propuestos, ni las cuatro centrales de urgencias y aclaró que los cuarenta CAPS no fueron centros nuevos, sino la modificación de los antiguos Centros de Atención Médica Integral (CAMI) que funcionaban en la Alcaldía pasada.
Por otro lado, los temas que le cobró a la Alcaldía Ómar Oróstegui, director de Bogotá Cómo Vamos, fueron el aumento en la desnutrición crónica, que pasó de 23.958 casos en 2017 a 29.965 en 2018; la disminución en la cobertura en vacunación en menores de un año, la salud mental y la atención a la tercera edad. Pese a esto, reconoció que el Distrito tuvo aciertos y logró mantener los índices de satisfacción ciudadana (44 %) frente al servicio de salud en el último año.
De cara a una nueva administración, el principal reto en el sector de salud tiene que ver con materializar los proyectos de infraestructura hospitalaria que esta Alcaldía no concretó y dar respuesta a todo lo que quedó pendiente.
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A pocos días del cambio de administración, es momento de hacer corte de cuentas de lo que se hizo y se dejó de hacer en cuatro años. Como es natural, en el Plan de Desarrollo se incluyeron metas que apuntaban a un cambio en el sector salud. Pero ¿se cumplieron las expectativas?
Reducir la tasa de mortalidad infantil y materna; disminuir los embarazos adolescentes, descongestionar los servicios de urgencias, reducir la insatisfacción de los usuarios de Capital Salud, entregar cuarenta Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS) y construir cinco hospitales fueron algunos de los compromisos más notorios. Hoy la Secretaría consolidó lo que, en su concepto, han sido los mayores logros. Para empezar, destaca cero muertes de niños por desnutrición, cifra que fue catalogada por la entidad como histórica, pues no se presentaba desde hace veinte años.
También se presentó una reducción del 10,7 % de la mortalidad infantil, pasando de 688 casos en 2015 a 614 en 2019; del 61 % en la mortalidad materna, pasando de 23 casos en 2015 a nueve este año, y del 37% en embarazos de mujeres menores de 19 años, pasando de 11.907 en septiembre de 2015 a 7.411 en 2019. Sin embargo, sobre el último indicador la Personería hizo una serie de reparos advirtiendo posibles inconsistencias en la unificación de datos y falta de coordinación entre las secretarías encargadas del programa.
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Pero este no fue el único punto que el ente de control cuestionó. El Distrito afirmó que las filas y el hacinamiento en los servicios de urgencia en los hospitales públicos disminuyeron 90 %. Pero la Personería puso este dato en tela de juicio cuando denunció que la entidad modificó los estándares para medir la sobreocupación, incluyendo no solo las camas en urgencias, sino camillas, sillas en pasillos y áreas de observación.
Otro traspié se presentó cuando el Distrito se refirió a la recuperación de la EPS del Distrito, Capital Salud (cuyos principales usuarios son del régimen subsidiado), gracias a la inyección de $340.000 millones en los últimos tres años y anunció que, en febrero pasado, la EPS arrojó utilidades por más de $106.000 millones. Esto lo cuestionó el concejal Manuel Sarmiento (Polo Democrático), quien expuso posibles inconsistencias en la forma de llevar la contabilidad, desmintiendo la versión de las utilidades y, de paso, afirmando que el primer semestre de 2018 la EPS tuvo pérdidas operacionales por $78.400 millones.
La explicación del secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, fue que hubo discrepancias por la forma en la que el revisor fiscal y el Distrito aplicaron los excedentes de las reservas técnicas en los estados financieros.
Infraestructura hospitalaria
Para el primer semestre de 2019 se tenía prevista la contratación de los hospitales de Bosa, Usme y Santa Clara (este último en el San Juan de Dios), pero no pasó. Si bien los proyectos siguen en pie, apenas en el segundo semestre del año se abrieron las licitaciones. Según el cronograma, el único que quedará adjudicado el 31 de diciembre es el de Bosa. Por otro lado, la entidad logró retomar las obras de la torre de urgencias del Hospital de Kennedy, proyecto contratado en 2010 y suspendido en 2013.Más allá de esto, lo cierto es que las movidas de la Secretaría de Salud dan para debates entre quienes apoyan o desaprueban los resultados. Para Jorge Luis Hernández, profesor de salud pública de la Universidad de los Andes, faltó fortalecer el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, ya que en 2016 se presentaron 10.948 casos y en 2018 fueron 7.469. “El bajonazo sugiere barreras de acceso a los derechos sexuales de las mujeres. Además, no se organizaron los convenios docencia-servicio con las facultades de medicina de la ciudad y faltó consolidar una respuesta desde el sector a la contaminación del aire, que puede genera enfermedades respiratorias, neumopatías e incluso cáncer”.
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No obstante, el docente cree que uno de los logros de la Secretaría fue la conformación de las subredes de servicios de salud (Sur, Norte, Centro-Oriente y Suroccidente). Aspecto con el que no concuerda el concejal Manuel Sarmiento. “Mi balance es negativo. La reorganización del sistema en subredes, con el propósito de reducir costos, ocasionó perjuicios a los usuarios, pues implicó el cierre de servicios, para concentrarlos en pocos hospitales, obligando a la gente a recorrer mayores distancias”.
Sarmiento agregó que el Distrito incumplió cada una de las metas en materia de infraestructura de salud, pues no se construyeron los hospitales propuestos, ni las cuatro centrales de urgencias y aclaró que los cuarenta CAPS no fueron centros nuevos, sino la modificación de los antiguos Centros de Atención Médica Integral (CAMI) que funcionaban en la Alcaldía pasada.
Por otro lado, los temas que le cobró a la Alcaldía Ómar Oróstegui, director de Bogotá Cómo Vamos, fueron el aumento en la desnutrición crónica, que pasó de 23.958 casos en 2017 a 29.965 en 2018; la disminución en la cobertura en vacunación en menores de un año, la salud mental y la atención a la tercera edad. Pese a esto, reconoció que el Distrito tuvo aciertos y logró mantener los índices de satisfacción ciudadana (44 %) frente al servicio de salud en el último año.
De cara a una nueva administración, el principal reto en el sector de salud tiene que ver con materializar los proyectos de infraestructura hospitalaria que esta Alcaldía no concretó y dar respuesta a todo lo que quedó pendiente.
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