“Satanás, por más versado en el crimen, será capturado”, Subcomandante Gaula Bogotá
El mayor Mauricio Figueroa Argüelles, subcomandante del Gaula Bogotá, tiene una trayectoria de 18 años en la Policía y 14 años de lucha contra el secuestro y la extorsión en Colombia. Hace un año lucha contra las bandas que se dedican a este delito en la capital.
Juan Camilo Parra
La extorsión está enquistada en las principales zonas comerciales de Bogotá. El delito, que viene en aumento, es prioridad para la seccional del Gaula de la Policía que opera en la capital. El mayor Mauricio Figueroa Argüelles, su subcomandante, habla del delito, la estrategia y las organizaciones detrás de una actividad ilícita que se alimenta del miedo.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
La extorsión está enquistada en las principales zonas comerciales de Bogotá. El delito, que viene en aumento, es prioridad para la seccional del Gaula de la Policía que opera en la capital. El mayor Mauricio Figueroa Argüelles, su subcomandante, habla del delito, la estrategia y las organizaciones detrás de una actividad ilícita que se alimenta del miedo.
Contexto: Extorsión: cárceles, bandas multicrimen y el rastro de muerte de ‘Satanás’ en Bogotá
¿Por qué hay tanta extorsión en Bogotá? ¿Cuáles son las zonas más afectadas?
Por ser la ciudad capital y de las oportunidades, aglomera empresariado y parte del poder del país, lo que permite variedad de modalidades y casos. Tenemos mayor afectación en Kennedy, Los Mártires, Suba, Bosa, y Rafael Uribe Uribe. Hablamos de sectores en los que hay abundantes zonas comerciales. Por ejemplo, la calle 38 en Kennedy es una amplia zona comercial. Esto les permite a los delincuentes tener más acceso a posibles víctimas, en un radio de dos barrios. El volumen de la población también repercute. En Kennedy tenemos más de dos millones de población establecida y flotante.
¿Por qué el aumento de la extorsión?
Hay varios factores. Uno es el aumento de denuncias. La sinergia entre las instituciones ha permitido que más personas llamen a denunciar. En un día tranquilo se reciben 35 llamadas. Así mismo tenemos la migración. Sin ánimo de estigmatizar a nuestros hermanos venezolanos, muchos son captados por redes criminales, que les ofrecen plata por recoger dineros o hacer una llamada. Un ejemplo fue el operativo a inicios de este año, en el que capturamos a 18 personas en El Amparo, en Kennedy. En su mayoría eran extranjeros y portaban armas, dos granadas y estupefacientes. Encontramos que estas bandas tienen una connotación de multicrimen: se sostienen con rentas de otros delitos como microtráfico y hurto.
¿El Gaula tiene suficiente personal para atender todos los casos de extorsión?
Son 19 mujeres y 61 hombres los que componen el Gaula Bogotá. Claro que, como toda fuerza policial, falta personal, pero todo el que tenemos es especializado y capacitado para camuflarse en entornos sociales. No es lo mismo investigar en un parque en la 93 que en Corabastos. Están entrenados para pasar inadvertidos y recopilar el actuar delictivo de las bandas. Enfrentamos riesgos y debemos atender situaciones como que lancen una granada u operaciones encubiertas. El reto es hacer nuestro trabajo y volver vivos a la casa. El compromiso de la Policía con el Gaula es aumentar el pie de fuerza.
Más detalles: Extorsión en Bogotá: radiografía del delito que se nutre del terror
¿Cómo trabajan?
Tenemos tres aristas misionales: la investigación, que nos permite, con la Fiscalía, tener el material probatorio; la inteligencia, en la que nos caracterizamos según la zona y sacamos la información, y la prevención, dándole a conocer la ruta antiextorsión a la ciudadanía.
¿Qué tipos de extorsión hay en Bogotá?
Una es la clásica: bandas que llegan a los tenderos y comerciantes, a través de panfletos y otro tipo de amenazas. Si no pagan, se dan respuestas como los disparos contra las fachadas o granadas, entre otras. Otra es la devolución de objetos robados. Sucede en casos de hurto de automotores o de objetos valiosos de las casas. Contactan a sus víctimas y les piden dinero para devolverlos. El monto, por lo general, es millonario.
¿Y desde las cárceles?
Tenemos las llamadas extorsivas desde centros penitenciarios. Representan el 60 % del total de extorsiones. Son reclusos que ya han sido capturados por extorsión y tienen su monólogo establecido. Un detalle es que los delincuentes están más informados de lo que sucede en los entornos de la víctima que el mismo afectado.
¿Cómo es el trabajo, desde adentro, para desmantelar estas bandas de multicrimen?
Partimos de la denuncia, el elemento más importante. Los operativos varían dependiendo del modus operandi y la investigación puede durar de cuatro meses a un año. Ejemplo, la desarticulación de la banda Los Gadiel, a inicios de 2023. Operaban bajo la fachada de taxis, al norte de Bogotá, como la calle 85 o Zona T, pero migraban fácil a zonas como la Primero de Mayo. Ahí captaban a sus víctimas y las drogaban. Luego les quitaban pertenencias o desocupaban sus tarjetas bancarias. Sus robos llegaban hasta los $10 millones. Fue un trabajo de siete meses.
Le podría interesar: Caen fichas, pero no estructuras: la lucha contra las bandas criminales en Bogotá
El ataque con granadas contra los moteles y los disparos contra fachadas no eran usuales en casos de extorsión. ¿Por qué ahora sí se ven?
Porque la gente ya no come cuento, no se dejan intimidar por una llamada. Los delincuentes han optado por vías de hecho. Sin embargo, las víctimas han denunciado. Estas bandas tienen el acceso a armas, porque tienen muchas formas de financiación. El hurto y microtráfico les permiten ese acceso. Estamos investigando si estas armas llegan de otras partes o circulan en la ciudad.
¿Qué pasa en el sector de Venecia?
Allá han llegado muchos negocios que antes estaban sobre en la avenida 68, pero que se desplazaron por las obras de Transmilenio. Se juntaron varios mercados y, con un solo accionar como una granada, afectan al dueño, pero intimidan a los demás comerciantes. Muchos publican sus teléfonos en las fachadas de los negocios, lo que también facilita a los delincuentes la posibilidad de llamarlos e intimidarlos.
Muchos están preocupados por los grafitis del Clan del Golfo ¿Qué se sabe de eso?
Estos grafitis se están investigando. De alguna manera se le podría llamar terrorismo psicológico, ya que intenta generar zozobra en la comunidad de Venecia. El ministro de Defensa ha sido contundente en decir que en Bogotá no hay evidencia de estos grupos.
¿Hay registro de asesinatos por extorsión?
Tenemos una víctima, trabajadora sexual, que fue lesionada, pero no falleció. Parece una medida desesperada de los delincuentes. Fue en el sector de la calle 38, donde hicimos una operación, tras varias denuncias de las trabajadoras y sacamos de allí a varios delincuentes. El Amparo y Corabastos los tenemos priorizados con el modelo de vigilancia por cuadrantes, con 170 hombres. Los estamos limitando mucho. La general Sandra Hernández ve como prioridad este delito.
Sorprende la extorsión desde las cárceles. En La Picota hallaron 32 SIM “cards” ¿Qué pasa adentro?
Es sabido que la población carcelaria en Colombia tiene desbordada la capacidad del Inpec. Por más que se esfuerzan por evitar la entrada de celulares, los métodos han cambiado. Antes era el correo humano, ahora tenemos otras como el lanzamiento de los dispositivos desde afuera del centro penitenciario. A pesar de que hay zonas donde hay inhibidores de señal, consiguen llegar a sitios donde se conectan y hacen de las suyas.
Más información: Cannabis medicinal: industria estancada en Bogotá, que pide nuevas reglas de juego
¿Cómo funciona la ciberextorsión?
Tenemos el sexting, modalidad que sucede en páginas web de servicios sexuales. Allí muchos perfiles falsos son creados en las cárceles. Generan un intercambio de fotos íntimas con la víctima y, una vez las obtienen, los intimidan. Los llaman y se hacen pasar por policías. Dicen que hay una orden de captura por pornografía infantil, porque intercambió fotos con una menor y que, a cambio de dinero, dejarían todo quieto. La otra es decirle a la víctima que lo van a denunciar en redes como pedófilo. Pasa también entre exparejas, después de la ruptura, que usan las imágenes íntimas para exigirles dinero.
¿Por qué no han desmantelado bandas como Satanás y el Tren de Aragua?
Son bandas que han tenido asentamiento en todas las localidades. Son responsables de actos como disparar a fachadas y lanzar granadas. A diario capturamos hasta a cinco integrantes. Lo que pasa es que hay grupos menores que, al ver cómo operan, se hacen pasar por ellos. Tenemos un trazado de las estructuras y de quiénes podrían ser los próximos integrantes. Al capturarlos, identificamos las conexiones con los mandos de esos grupos y eso nos permite saber si son o no integrantes de alguna banda. Cuando se hacen pasar por ellos, también lo identificamos.
Satanás suena por extorsionar violentamente y matar a una mujer en un asadero. ¿Quién es?
Hay una persona, que en este caso le da el nombre a la banda: Satanás, a quien estamos investigando. Una vez hacemos capturas, hemos encontrado que este sujeto llama a otros para pedir que recluten a nuevas personas. La banda sigue creciendo. En un ejemplo, nos metimos en la puerta 6 de Corabastos y retiramos a 18 delincuentes, pero ya se han reagrupado. El reto es dejar libres estas zonas de extorsión. En cuanto al tema de la mujer del asadero, no descartamos que haya sido un hecho de extorsión. El compromiso para este año es la captura de alias Satanás. No ha sido fácil, es un delincuente, por decirlo así, muy versado en el tema. Tiene una experiencia alta, pero nuestro compromiso desde el Gaula es capturar a este sujeto y darles un parte de tranquilidad a las personas.
Denunciar es la clave. ¿Cómo quitarle el miedo a las personas para que lo hagan?
Muchos acuden al “médico” de la extorsión, que es el Gaula, una vez han pagado varias veces. Ahí se dan cuenta de que esa era la forma de resolver el problema. A través de la estrategia ¡Yo no pago, yo denuncio! Incentivamos esa cultura de autoprotección y autorregulación frente a este fenómeno y sus variantes, activando los mecanismos de corresponsabilidad con los gremios, organizaciones, sectores productivos y comunidad para que denuncien a través de la línea 165 del Gaula y la plataforma ADenunciar.
Recomendado: El legado artístico de Gonzalo Torres y el enigma de su muerte en Teusaquillo
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.