Se suspende racionamiento de agua en Bogotá, una decisión entre claroscuros
Hasta el próximo 6 de enero el Distrito suspenderá el racionamiento de agua en Bogotá. Entretanto, el consumo promedio sigue por encima de la recomendación y se espera un inicio de 2025 con sequías.
El alcalde Carlos Fernando Galán y la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, anunciaron el pasado 5 de diciembre que el racionamiento de agua, que funciona desde el 11 de abril, debido a los bajos niveles en los embalses que abastecen la ciudad, se suspenderá por dos semanas: la última de diciembre y la primera de enero. El “respiro”, como lo calificó el mandatario, aplica desde hoy 23 de diciembre y se extenderá hasta el lunes 6 de enero de 2025. La restricción retornará el martes 7 de enero con el turno cinco, que aplica en las localidades de La Candelaria, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Santa Fe y Tunjuelito.
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El alcalde Carlos Fernando Galán y la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, anunciaron el pasado 5 de diciembre que el racionamiento de agua, que funciona desde el 11 de abril, debido a los bajos niveles en los embalses que abastecen la ciudad, se suspenderá por dos semanas: la última de diciembre y la primera de enero. El “respiro”, como lo calificó el mandatario, aplica desde hoy 23 de diciembre y se extenderá hasta el lunes 6 de enero de 2025. La restricción retornará el martes 7 de enero con el turno cinco, que aplica en las localidades de La Candelaria, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Santa Fe y Tunjuelito.
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Los claroscuros de la medida
Según Avendaño, la decisión es posible gracias a que durante fin de año la ciudad “tiene un ahorro natural de agua, debido a que muchos bogotanos salen de viaje”. Por su parte, Galán añadió: “Lo que hemos hecho este año nos permite levantar esta medida, pero debemos seguir exigiéndole a la ciudadanía el consumo responsable de este recurso”.
Las cuentas del Distrito apuntan a que la capital, al contar con menos ciudadanos en esta época, se “ahorraría de manera natural 1,1 millones de m3 en estos 15 días”, añadió la gerente del Acueducto. Esto corresponde a un 5 % del total de consumo promedio mensual, lo que permitiría que los capitalinos descansen del racionamiento. Pero el ahorro debe continuar.
El optimismo de la Alcaldía contrasta con los índices de descenso en los embalses, a pocos días del inicio de la suspensión temporal del racionamiento. Por ejemplo, hasta el 15 de diciembre el nivel de los embalses de Chuza y San Rafael (los cuales conforman Chingaza) habían caído 4 %, el mismo porcentaje que se había recuperado tras los aguaceros torrenciales de octubre y noviembre. Lo peor, la tendencia persiste.
Dicho descenso, según confirmó la Alcaldía, se debió a un incremento significativo en el consumo durante las primeras semanas de diciembre, De acuerdo con el reporte oficial, Bogotá consume diariamente, en promedio, unos 16 m3/s desde que comenzó diciembre, esto es 1 m3/s más del estándar recomendado por la Empresa de Acueducto para recuperar el nivel de los embalses.
Sin embargo, el consumo por encima del estándar de 15 m3/s continúa siendo una constante. Con corte al 20 de diciembre, a tres días de la suspensión del racionamiento, el consumo fue de 16,48 m3/s. Por otro lado, la tendencia de descenso en el sistema Chingaza continuó hasta el 18 de diciembre, fecha en que el nivel de llenado llegó al 49,38 %, límite en el que se ha mantenido hasta el 22 de diciembre.
Cabe mencionar que, debido a la disminución continua de Chingaza, la Alcaldía estableció el denominado “día cero” como referencia a la fecha en la que el nivel de Chingaza llegue al 36 % y, de ser así, endurecer el racionamiento. Otro factor que puede complicar los resultados de la suspensión del racionamiento, además del aumento del consumo, tiene que ver con el clima, pues en lo que va de diciembre la tendencia de altos niveles de precipitaciones que se evidenciaron en octubre y noviembre se alejó.
Las críticas
Desde que anunció la medida, voces del Concejo, incluso paradas en ambas orillas del espectro político, criticaron la decisión de la administración Galán y resaltaron vacíos en su implementación. Por un lado, la cabildante Diana Diago, del Centro Democrático, cuestionó la medida y la tildó de improvisada. “Los niveles de Chingaza siguen siendo preocupantes, pues no se adoptaron medidas suficientes para reducir el consumo” señaló.
Con dicha preocupación coincide la concejal Heidy Sánchez, del Pacto Histórico, quien señala que no se tomaron medidas pedagógicas adicionales para disminuir el consumo durante los días en los que se suspenderá el racionamiento. “Durante 2025 se anuncia que puede ser un año mucho más seco de lo que fue 2024. Esto no es para tomarlo a la ligera”, anota Sánchez.
Otra de las críticas tiene que ver con los alarmantes índices de pérdida de agua por daños en las estructuras de tubería de la ciudad. Este año, con corte a septiembre, se perdieron 89 millones de metros cúbicos, la cifra más alta en seis años. “Lo perdido equivale al 31 % de la capacidad del sistema Chingaza, cantidad suficiente para abastecer a la capital por 63 días. Hoy, si se pudiera recuperar este líquido, los embalses Chuza y San Rafael estarían al 83 % y la amenaza de desabastecimiento para 2025 muy lejos”, reportó este medio a finales del mes de noviembre.
Hasta septiembre se reportaron 20.429 fugas de agua en la capital y el tiempo promedio de atención de cada fuga por parte del Acueducto fue de 25 horas, justo en la coyuntura que exige ahorrar cada gota como si fuera la última. Esta es otra tarea que el Acueducto tendrá que solucionar para reforzar el compromiso de ahorro que se le exige a la ciudadanía y mantener estables los niveles de los embalses.
Por ahora, solo resta esperar y confiar que con la salida de miles de personas de la capital por la temporada decembrina, quienes se queden se hagan cargo de su consumo y empleen cada gota de agua de una manera responsable que responda a la coyuntura que atraviesa la ciudad. La recolección de agua lluvia, el reúso de agua empleada para labores de aseo, las duchas cortas y, sobre todo, la conciencia de que esta crisis tiende a empeorar sin el compromiso individual, tendrán que ser una constante durante este período, para que la euforia y la algarabía de diciembre no nos pasen factura en el arranque del otro año y se tenga que endurecer el racionamiento.
Según cálculos del Ideam, en la región central del país, entre enero y marzo, habrá una temporada de sequía que, entre otros, puede traer consigo el problema de los incendios forestales que Bogotá experimentó a principios de este año. Amanecerá (ojalá con lluvias) y veremos.
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