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“Si no nos mata el COVID-19 nos va a matar el hambre”. Esta es una de las conclusiones a las que llega la vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Organizadores de Eventos (ACOE), Sandra Toro, al ver la situación por la que atraviesa el sector que representa. Ha sido tanta la presión, que ha generado la crisis económica, que asegura conocer casos de personas que se han suicidado ante la impotencia de cumplir sus obligaciones con los bancos y arrendadores. A otros, dice, les ha tocado recoger las cosas de su casa e irse a vivir a su salón de eventos.
La misma presión fue la que llevó a que un asociado de ACOE se encadenara hace dos semanas en la Plaza de Bolívar para llamar la atención y exigir que la administración de Claudia López escuchara sus peticiones. Ese día llegaron funcionarios del Distrito, quienes le ofrecieron una reunión con la Secretaría de Gobierno para el día siguiente. Él, junto con otros agremiados, acudieron a la cita y expusieron su problemática, la cual consiste en que, aunque hay decretos que les permiten operar con distanciamiento social y demás medidas de bioseguridad, la Policía se los ha impedido.
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“Cuando las autoridades llegan a los eventos hay que ‘untarles la mano’, porque si no nos sellan y nos sancionan”, menciona Toro, al agregar que la Secretaría de Gobierno se comprometió a expedir un documento que aclarara las reglas de juego en su operación, para que así la Policía les permita trabajar, bajo las medidas que ha establecido el Gobierno Nacional.
El Espectador conoció que el martes la Secretaría cumplió. Les envió la copia de un memorando, firmado por el director de Gestión Policiva, Andrés Márquez Penagos, y dirigido a las autoridades de Policía del Distrito Capital. El asunto del documento es el “lineamiento de distanciamiento físico en virtud de la reactivación económica y cumplimiento de los protocolos de bioseguridad”.
Dicho memorando compila la evolución que han tenido las medidas de bioseguridad relacionadas con los eventos multitudinarios. En este se lee que “se puede establecer que el Ministerio de Salud y Protección Social no fijó un aforo máximo de personas y, de manera especial, para el caso concreto de normas y regulaciones en época de pandemia, dio un alcance a lo que se considera una aglomeración, en el entendido de que lo que cobra relevancia es la existencia de un distanciamiento físico de dos metros entre persona y persona que concurran en el mismo espacio”.
Este fragmento del memorando es importante, pues varios agentes de Policía argumentaban que no se podían hacer eventos, o que estos no debían exceder un aforo de 50 personas. No, lo que detalla este documento firmado por una autoridad de la Policía, y que está membreteado con los logos de la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Secretaría de Gobierno, es que el límite de personas en un lugar lo determina el espacio y el respeto al distanciamiento de mínimo dos metros.
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Para el gerente de Tu Boleta, Hernando Sánchez, no tiene sentido el que se limite el aforo de eventos a 50 personas, sabiendo que a otros negocios (como lo es el transporte aéreo) y eventos de carácter político se les permite operar a mayores capacidades.
“¿Por qué un evento que dura una hora y media no se le permite un aforo más amplio, pero uno sí puede ir en un avión lleno de gente por tres horas hasta Miami?”, cuestiona, a la par que resalta el compromiso que tiene el sector de los grandes eventos por el respeto a las medidas de bioseguridad, como lo es el supervisar que la gente siempre use su tapabocas, operar con espacios ventilados y velar por el lavado de manos, entre otras.
Para Toro, el que la Secretaría de Gobierno haya ayudado a la expedición de este memorando es algo positivo, pues les permite ver una luz al final del túnel. Hay que recordar que los grandes eventos son uno de los renglones de la economía más afectados desde que empezó el aislamiento por la pandemia. De hecho, la Secretaría de Desarrollo Económico los tiene catalogados en el grupo número cuatro, donde se encuentran aquellos negocios que se caracterizan por ser los primeros en cerrar y los últimos en abrir.
Ese sentimiento de esperanza también lo percibe el gerente del Movistar Arena, Luis Guillermo Quintero, quien anunció que el icónico recinto se prepara para un evento multitudinario llamado “Chavela por siempre Vargas”, el cual se realizará del 25 de marzo al 4 de abril. Se trata de un musical, del tipo Broadway, que narra la vida de esta artista.
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Actualmente el escenario cuenta con un aforo de 2.500 personas, es decir, el 19 % de las 13.000 que podría recibir en un tiempo sin pandemia. De nuevo, esta cifra se basa en la medida de distanciamiento social, de mínimo dos metros entre personas. Quintero detalla que el Movistar Arena cuenta con las medidas de bioseguridad que exige la normativa, entre ellas la de operar en espacios ventilados. “Tenemos una ventilación natural que cambia entre ocho y 20 veces por hora. De esta forma le damos tranquilidad al público asistente”, menciona.
La esperanza de estos empresarios también la refuerza la vacunación. Según el gerente de Tu Boleta, si la ciudad cumple con las metas que se ha trazado en esta materia, a finales de año los grandes eventos estarían operando al 50 % de su capacidad. Esto es importante, pues, como argumenta, aunque el visto bueno de las autoridades para funcionar con distanciamiento social es algo positivo, no deja de ser cierto que operar con un aforo tan limitado no es rentable para nadie a largo plazo. Para el gerente del Movistar Arena, se necesitaría un aforo de al menos el 60 %.
Hay que recordar que la meta que tiene el Distrito es la de vacunar al 70 % de la población (lo que equivale a más de 5’700.000 personas), para así alcanzar la inmunidad de rebaño. Hasta el momento se ha reportado un avance del 3,45 % mediante la aplicación de 221.727 dosis, de las 300.157 que ha entregado el Gobierno Nacional.
No obstante, para Sánchez también es importante que el Gobierno refuerce el apoyo que se le ha brindado a este sector. Parte de sus propuestas es que se elimine la tramitomanía en las diligencias y los permisos que deben sacar cada vez que se hace un evento. También que se les brinde una exención del 10 % de los parafiscales que tienen que tributar, o que lo que se recoja por este concepto sirva para una autofinanciación del sector. “Esa sería una gran ayuda”, concluye.
Así las cosas, la esperanza de este sector (el cual genera 10.000 empleos en la capital) está puesta en 2021. Esperan con ansias que llegue el día en el que puedan pasar esta página que ha generado la quiebra masiva de un importante porcentaje del tejido empresarial bogotano.