Los detenidos fueron enviados a las cárceles La Modelo y El Buen Pastor en Bogotá. / Policía Nacional
Con el cañón del arma de fuego apuntando a su cabeza, la víctima no tenía opción de huir. Su vida, además de depender de la persona que estaba dispuesta a apretar el gatillo, también estaba sometida a la espera de que sus familiares pagaran el rescate. Son secuestros exprés, el mayor de ellos dura apenas un par de días, porque la presión del delincuente es tanta, que las extorsiones se logran pagar casi siempre en cuestión de horas.